y multiplica las fortunas del capital social para el desarrollo y prosperidad rural
El testimonio de un hombre convencido que la educación de la niña es la clave para el desarrollo…
Caryl Alonso Jiménez
Es verdad, el modelo economico del siglo XXI premia a los audaces que son capaces de multiplicar fortunas que a veces, “vengan de donde vengan…”, como me dijo un distinguido y honorable personaje en la universidad donde estudiaba en los años ochenta.
Pero para sorpresa de este planeta, que se precia de admiraciones a veces inventadas sobre aquellas alucinaciones de un mundo que solo existe en la realidad aumentada del metaverso…. También existen otras fortunas… el capital social en el área rural.
Fortunas que se multiplican con un CEO que tiene la virtud de encontrar en la realización y el porvenir de otros, la suma de ideales de ese mundo mejor que todos aspiramos. Para este CEO de la realidad cotidiana, que se debate entre la presión y el estrés por hacer de la vida de los demás una esperanza…
Esa es la historia de Armando Tzul Zagui, es la historia de un hombre venido de las tierras altas de Totonicapán, en el altiplano occidental de Guatemala… su viaje infantil hace ya más de cincuenta años lo llevó a una peregrinación hacia las tierras bajas del norte de Guatemala, a Alta Verapaz…. Allá donde las tierras fértiles de la ciudad de Carlos V, vieron florecer las más delicadas orquídeas del continente latinoamericano, pero también de la pobreza rural…
Son las tierras de los Q’eqchi, que quedaron al margen de usufructuar el desarrollo y la prosperidad… y fueron quedando en las esquinas de los informes del Índice del desarrollo humano… Son esos poblados ancestrales encallados en la dureza del sistema y atrapados en el tiempo…
Pero justamente, en esas vueltas y revueltas de los hermanos religiosos Salesianos, en una obra silenciosa, porque las obras de la bondad tienen que ser desde la humildad del que sabe que puede darlo todo. No cabe duda, ven en la vida ancestral la imagen del creador, y propician iniciativas que pueden parecer más pequeñas que las computadoras que inventó Steve Job en un garaje… Pero obra gigante, ellos crearon a finales de los años noventa el Programa Talita Kumi (Que en idioma arameo significa: niña levántate), de ayuda a la niña Q´eqchi, de Alta Verapaz.
Son esos Programas nacidos del corazón de sacerdotes comprometidos con su tiempo pero condenados a morir porque en el desarrollo humano no hay fortunas para la inversión en capital social. A finales de los años noventa Talita Kumi estaba condenada a morir por las deudas y gastos diarios en internados para niñas, el pago de profesores y personal especializado. La idea de la educación de niñas Q’eqchi fue el padre salesiano Jorge Puthenpura en los años ochenta, hoy es un anciano que ve la respuesta a sus oraciones en una de las obras gigantescas en Centroamérica.
Pero justamente, la presencia de un CEO de proporciones ambiciosas en el campo social en los años noventa, que tenía el currículo de un hombre decente, con la talla de convicciones del tamaño de su fe, José Armando Tzul Zagui, tomó la decisión de recuperar Talita Kumi… y 25 años después es el Programa de educación para niñas privado más exitoso de Guatemala.
Hoy en día administra tres programas en diferentes espacios geográficos del mundo Q’eqchi, con un modelo pedagógico de educación para niñas que suma hoy en día 1,600 niñas entre 12 y 21 años. El Programa contempla para el mediano plazo, nuevos internados que permiten que las niñas mantengan permanente vinculación a la educación secundaria.
Entre las preocupaciones de Armando Tzul Zagui estaba el construir un eslabón hacia la educación superior, que sirviera de puente para el salto de la mujer profesional al mundo de la vida laboral. Propuso que Talita Kumi fuera el alojamiento de una de las universidades que incluyó entre su portafolio de negocios espacios para multiplicar fortunas… pero para el desarrollo humano de la mujer guatemalteca, la Universidad Mesoamericana que encontró en Armando Tzul a un hombre visionario…
Hoy día Talita Kumi tiene al CEO más extraordinario en el ambiente del crecimiento y desarrollo humano. Pero también el Consejo Directivo de la Universidad Mesoamericana decidió que el Director de la Universidad Sede Alta Verapaz fuera ocupado por el mismo CEO de proporciones gigantescas en sus aspiraciones. José Armando Tzul es el director de Talita Kumi y Director de la Universidad Mesoamericana con 1,010 estudiantes matriculados en 4 carreras y con más de 200 egresados.
Un hombre de voz sencilla, mirada intensa y dotado de una humildad capaz de reconocer que los acontecimientos de la sociedad y a nivel global, no van bien; pero ello no sacrifica su fe. La mañana del 9 de agosto en una lección inaugural me dijo, – El Desarrollo humano comienza con el poder la educación de la niña, y eso cambiará al mundo.
Don Armando Tzul, me dijo esa mañana, “La pobreza no es una condición divina, es una exclusión que debe cambiar, y la educación es el primer gran desafió para construir las aspiraciones de la niñez y juventud, que se convierte en esperanza”. Esa esperanza que inspira y conmueve… con la sonoridad silenciosa de aquel mensaje poderoso en historia de todos los tiempos, hoy dirigido a las niñas… ¡Talita Kumi…!