Ocean Castillo Loría
“Moda, es lo que pasa muy rápido de moda”.
Dalí.
I
Siendo niño, recuerdo que uno de los primeros contactos con la radio, fue consecuencia de la audición del programa cubano, “La Tremenda Corte”. Si la memoria no me falla, el programa se trasmitía por “Radio Columbia”, en horas de la mañana, luego de otro espacio llamado “El ja – ja del aire”, dirigido por el reconocido locutor Edwin “Metro” González. Corría la década de los ochentas.
Posteriormente, el espacio de “Tres Patines”, se emitía en las tardes (ya en los noventas), por lo que luego del colegio, podíamos escuchar el programa (recuerdo en mis primeros años de secundaria, como compartía con un condiscípulo, el gusto por las ocurrencias del “pillo” cubano) Más adelante, hasta los noctámbulos podían disfrutar de la “Tremenda Corte”, ya que se trasmitía a la media noche. Inclusive hoy por hoy, en pleno siglo XXI, los programas se trasmiten en horas de la noche.
Se dice que el programa llegó a Costa Rica en los años sesentas, traído por el reconocido periodista deportivo, José Luis el “Rápido” Ortiz”. Él interpretó el papel de “Tres Patines”; esto durante el primer año, cuando se tenían los derechos de interpretación, pero no de reproducción de las grabaciones originales. Hoy, los capítulos originales, se siguen trasmitiendo por Radio Columbia.
Con la llegada del Internet, pudimos “bajar” o “descolgar” los programas, gracias, primero a la admiración que en otros países generaba el espacio radiofónico. Al presente, en nuestra discoteca, tenemos gran cantidad de los programas de la “Tremenda Corte”.
Gracias a ello, la voz del secretario, el Tremendo Juez, Nananina, Rudesindo y Tres Patines, entre otros personajes, se escucha fuerte y clara. Pero esas voces, esos “tremendos casos”, se siguen escuchando por la radiodifusión que se le da a la “Tremenda Corte”, en América Latina.
El escenario del programa, era una corte correccional. Esas entidades judiciales se introdujeron en Cuba, en 1889, durante la primera intervención de los Estados Unidos, y eran tribunales simples, que atendían delitos menores. Sobre ese tipo de delitos, se hacía parodia en “La Tremenda Corte”.
Conforme a algunos estudiosos del programa, “El Tremendo Juez”, es semejante a uno de los primeros jueces correccionales, un estadounidense de apellido Pitcher, hombre estricto, recto y amante de las leyes. El juez se hizo famoso por sus enérgicas sentencias, que implicaban fuertes multas o días de arresto. Los originarios de La Habana, como fruto de su humor, acuñaron la frase: “Mr. Pitcher no come bolas, ‘ten’ días o ‘ten’ dolars”.
Entre 1900 y 1940, llegaron a Cuba, un millón de inmigrantes europeos. De ellos, un 60% eran españoles, luego de la guerra de independencia, algunos volvieron a su patria, pero luego retornaron a la Isla. Este fue el caso de Ángel Castro, padre de Fidel Castro.
“Tres Patines”, es en Latinoamérica, el clásico “vivo” o “vivazo” diríamos en Costa Rica, que engaña o “tumba” al otro u otra (“Rudesindo” o “Nananina”); solo para anotar la evolución del lenguaje, hoy “tumbar”, significa el robo de droga entre narcotraficantes de la misma banda o cartel.
Esa viveza de “Tres Patines”, es comparada por algunos conocedores, como fruto de la herencia de la picaresca española, para otros, toda la dinámica de “La Tremenda Corte”, es propia del costumbrismo cubano, donde los cuadros de humor, se desarrollan entre: el chino (Personaje engañado), la mulata (Mujer ‘metiche’, que defiende al engañado) y el negro (El engañador), no en balde, Leopoldo Fernández, en las primeras emisiones de “La Tremenda Corte”, pintaba su rostro de negro.
Lo que llama la atención y atrae de los personajes de la “Tremenda Corte”, es su autenticidad, que incluye una realidad disparatada. Tal realidad, puede ser expresada con palabras sencillas o rebuscadas.
En el caso de “Tres Patines”, su humor tiene base en el hecho de que es ingenioso, estafador, mentiroso, confianzudo y descarado. Él es el pillo de barrio, es el personaje que trata de defenderse de las acusaciones por sus hechos, pero siempre termina o en la cárcel o pagando una fuerte multa.
II
En este punto trataremos de hacer una reconstrucción cronológica, de eventos, que permitirán observar la confluencia de un grupo de artistas en lo que fue el programa “La Tremenda Corte”.
Adolfo Otero nació en 1893. Él sería el actor encarnaría a “Rudesindo Caldeiro y Escobiña”, en la versión radiofónica del programa.
Mimí (Manuela) Cal Fariñas (Quien encarnara a “Luz María Nananina”, en la versión radiofónica de “La Tremenda Corte”), nació el 12 de enero de 1900.
Quien llagara a ser uno de los grandes cómicos de América Latina (Leopoldo Fernández), nació en la provincia de Matanzas, 140 kilómetros al este de la Habana. En el centro – occidental de Matanzas, se ubica el pueblo de Jagüey Grande, donde nació Leopoldo Fernández Salgado, un 26 de diciembre. era el año 1904.
En 1908, nació Evaristo Simón Domínguez, quien asumiría el nombre artístico de Aníbal de Mar, quien sería conocido como “El Tremendo Juez”, en “La Tremenda Corte”.
Leopoldo Fernández, tuvo grandes capacidades histriónicas, actuó en circos, teatros, la radio y la televisión. En esos espacios, llegó hasta a bailar y cantar (Pese a que Leopoldo, no tenía gran voz para cantar). Entre los papeles que interpretó el actor estaban los de ladrón, negro (De hecho, originalmente, “Tres Patines”, era negro), payaso, caballero galán, adulador o aventurero.
Estas habilidades le eran heredadas de su padre, quien fue artista, cantante, coreógrafo y hasta jefe de policía de Jagüey Grande. Su primogénito, quien llevara su mismo nombre (Leopoldo), comenzó a actuar en un circo casero, perteneciente a la familia.
El humor siempre lo acompañó, se cuenta que siendo niño, su padre lo mandó a buscar una cazuela de carne con papas. El aroma de la comida, abrió el apetito de Leopoldo, que mientras caminaba, comenzó a comer, cuando se dio cuenta de que se lo había comido todo, se sentó a llorar en una acera del pueblo, alguien le preguntó por qué lloraba, el niño dijo: “Venía caminando con la carne con papas. Tropecé. Me caí. Y lo único que pude recoger fue el caldo”.
Don Leopoldo, Doña María y sus hijos: Leopoldo, Ofelia, Joseíto, Leopoldina y Aleida, salieron de Jagüey Grande a la Habana. Los niños estaban pequeños, lo que permitió a Leopoldo Fernández Salgado, entrar en el ambiente artístico de la capital. El sobrino de Leopoldo, Octavio Rodríguez Fernández, nos dará los nombres que a lo interno de la familia, usaban los hermanos y hermanas de Leopoldo: Ofelia (Tita), Joseíto (Tatica o Dagoberto); Leopoldina (Nina) y Aleida (Hueso).
Esta parece una versión optimista de la biografía del actor, la historia más generalizada es que siendo niño Leopoldo, debió abandonar sus estudios escolares para ayudar en la economía de su casa, para ello, vendía pan, luego fue telegrafista y posteriormente, entra en una tabaquería, donde se dedica a leer a los trabajadores que hacían los puros. Por la época, este trabajo de leer a los obreros era muy natural.
En 1916, Mimí Cal debutó como actriz, en la Compañía de Pous. Para 1924, ella se presenta con su primer esposo, Manuel Colina, con el que formó el dúo “Mimí – Colina”, en México. Cal estará en la Compañía Pous, hasta 1926. Mimí Cal, fue en su juventud, una exitosa bailarina de rumba en los centros nocturnos cubanos, su belleza era la sensación de la época.
Para ese año (1926), Fernández vuelve a su pueblo y forma una compañía teatral con unos amigos, en ese momento, pasa por Jagüey Grande la compañía mexicana de artes dramáticas de Blanquita Gómez, que lo contrata para que los acompañe en la gira por Cuba. Luego de esa serie de presentaciones, Leopoldo vuelve a Jagüey Grande, a reincorporarse a su proyecto de actuación.
Entre tanto, en la década de los veintes, otro gran cómico alcanzaba el éxito como símbolo del humorismo popular (Adolfo Otero) En 1929, trabajaba en la emisora CMW, luego pasó a las siguientes emisoras:
• CMK
• RHC.
• Radio Progreso.
Por su parte Mimí Cal, pasa a trabajar con la Compañía de Lecuona, trabajó en las siguientes obras:
• “El cafetal” (1929), en el papel de Cipriana.
• “El batey” (1929), como Guadalupe.
• “María de la O” (1930), en el rol de Caridad Almendares.
Ese último año, Adolfo Otero, trabaja en el teatro, en la compañía, “Garrido y Piñeiro” (1930 a 1935), presentándose en el Teatro Martí.
En 1931, Mimí Cal y su primer esposo se presentan en Panamá y otros países.
Ese mismo año, Leopoldo Fernández, debuta en el Teatro Martí, en la comedia lírica “Frivolina”, presentada por la Compañía Cubana de Zarzuelas de la empresa Suárez – Rodríguez. Donde trabajaba como sustituto en el papel de “negro”. Para ello, participó en un concurso de baile de Charleston. Vistió a la usanza de los negros del sur de los Estados Unidos, en su presentación, introdujo lo que hoy llamaríamos pequeñas “rutinas” de humor. Leopoldo gana el concurso.
De diciembre de 1931 a enero de 1932, trabajaría en la Compañía de Revistas y Zarzuelas de Robreño – Grenet, en el teatro de Payret, asimismo aparte de actuar, era director artístico y autor dramático.
Aníbal de Mar, comienza su carrera actoral en 1934. Entre los primeros papeles que interpretó se encontraba el del detective “Chan Li Po”. Las aventuras del investigador, se comenzaron a trasmitir en radio, los libretos comenzaron a ser escritos por el famoso Félix B. Caignet (Autor de la radionovela: “El derecho de nacer”)
De Mar, hacía tan excelente interpretación, que había oyentes, que pensaban que el actor en realidad era chino. El primer capítulo de esa serie se intitulaba: “La serpiente roja”, en ella se introduce la figura del narrador, cosa novedosa para la época, De Mar, le imprimía al personaje, delicadeza en el habla, la gente admiraba la capacidad de deducción de “Chan Li Po”.
Mimí Cal enviuda y se casa con Leopoldo Fernández. Para 1935, Cal sigue actuando en el teatro, en ese momento, en la obra “Lola Cruz”, encarnando el personaje de “Ña Regla”.
En 1937, Aníbal de Mar, actúa en su primera película. El actor lleva a “Chan Li Po” al cine, con la película del mismo nombre del primer episodio radiofónico. Ese filme es histórico, ya que fue la primera película sonora cubana. Esa cinta fue difícil de hacer, ya que, el sonido estaba grabado en el mismo negativo, y estaba avanzado de la imagen, por 22 cuadros, pese a este problema, la gente y la crítica, recibieron muy bien la obra. En la película queda clara la habilidad actoral de De Mar, quien había adquirido experiencia actoral en las carpas.
Una de las características que tenía la película y que llamaba la atención, era que su argumento se desarrollaba en Inglaterra (Londres) Li Po, tiene que desentrañar una trama familiar.
En esa década de los treinta, ya consolidado como artista, Leopoldo Fernández, viajó a Puerto Rico y a Venezuela, en 1938, en este último país, presentó una comedia con gran suceso. Al año siguiente conocería al libretista Castor Vispo. En los cuarenta, se uniría a su gran hermano y compañero en los escenarios: Aníbal de Mar (Quien llegaría a interpretar al “Tremendo Juez”)
El escritor Castor Vispo, era gallego y llegó a Cuba, como consecuencia de la derrota de la República Española. Él llega a la Isla, con 18 años, su primer trabajo, fue en las oficinas de un almacén; luego Castor, comienza a escribir, con un estilo particular, en el semanario “La Semana” (A esta publicación, Vispo, envió unos versos que no fueron publicados pero le permitieron conseguir trabajo). Allí, crea “El Barón el calzoncillo encantado”.
De la prensa escrita, Vispo pasaría a la radio, donde escribiría, una serie humorística cuyo personaje era un detective gallego, con nombre americanizado: “Rudy Rod” (Como se ve, el nombre no escapa en semejanza al de “Rudesindo”. Según algunas fuentes, el nombre completo de la serie era: “Rudesindo Rodríguez, Rudy Rod”; quien interpretaba al detective, era Adolfo Oetro, que luego encarnaría a Rudesindo en “La Tremenda Corte”; otras versiones dicen que el intérprete fue Aníbal de Mar, quien sería “El Tremendo Juez”); “Rudy Rod”, era la parodia de un programa escrito, por el afamado Félix B. Caignet. Según algunas fuentes, la serie se estrenó en 1937.
Se dice que luego, Vispo cofundaría la revista cómica “Zig – Zag” (29 de agosto de 1938)
Por otro lado, Aníbal de Mar, realizaba dos personajes, “Don Pancracio” y “Felipito”, en un espacio radiofónico que se emitía desde Santiago de Cuba. Los personajes eran padre e hijo y fueron llevados al cine en 1939, en la película: “Una aventura peligrosa”.
En abril de 1940, Vispo, hace otra parodia, ésta bajo el título: “Pepe el cortao”, ella, hacía burla de las aventuras de “Pepe Cortés”, autoría de Caignet y Aramis del Real. Estas series fueron todo un éxito en Cuba. Posteriormente, Vispo produce “El Precinto competidora”, antecedente de “La Tremenda Corte”.
Al igual que con “La Tremenda Corte”, los capítulos del “Precinto Competidora”, duraban 15 minutos, se trasmitía 6 veces a la semana, a las 9: 30 pm, por medio de la estación CMQ. Al igual que “La Tremenda Corte”, el programa se representaba ante un auditorio, por lo que los actores se vestían para representar las emisiones. Así, el personaje de Leopoldo Fernández era negro, por lo que él, se pintaba el rostro. Las mediciones de lo que hoy conocemos como “rating”, ubicaban esa producción entre los 10 primeros lugares de audiencia.
Ya hemos dicho que el productor del programa era Vispo, el autor era Arturo Liendo. El reparto era el siguiente:
• Aníbal de Mar: Sargento Malacara.
• Leopoldo Fernández: Vigilante Chegoya.
• Adolfo Otero: El Juez.
Otros actores que los acompañaban, eran: Mimí Cal y Rolando Ochoa.
El precinto, es lo que se conoce en varios países de América Latina, como el cuartel de policía, donde se ventilan querellas y se solicitan los servicios policiales. Este era el centro de los argumentos de los programas.
De seguido, referiremos a la época de la “Tremenda Corte”, en su versión radiofónica, de 1941 a 1961.
III
Castor Vispo y su equipo de producción, se dedicaron a buscar cómicos locales, para hacer un espacio de humor blanco en 1941. El marco internacional era el de la II Guerra Mundial, la idea era entretener y hacer olvidar los avatares del conflicto.
El elenco original de la comedia fue el siguiente:
- Leopoldo Fernández (José Candelario Tres Patines)
- Aníbal de Mar (El Tremendo Juez)
- Mimí Cal (Luz María Nananina)
- Adolfo Otero (Rudesindo Caldeiro y Escobiña)
- Miguel Ángel Herrera (Interpretó al secretario del juzgado en la mayoría de programas; a veces era sustituido por Julito Díaz)
En este punto, es interesante saber el origen del curioso apellido de José Candelario: Castor Vispo vio las improvisaciones de Leopoldo Fernández, y la forma en que se movía, y dijo: “Este no camina en dos patines, lo hace en trespatines”.
Los productores y directores del programa, fueron Francisco Álvarez de Lara (Paco Lara) y Miguel Llao, este último, inclusive en algún momento, protagonizó un personaje secundario en el programa.
Indudablemente, la inteligencia de Vispo, consistía en presentar el centro del argumento (El nudo) y el desenlace de manera sencilla. Así:
- “Tres Patines”, es el pícaro pillo, que embauca a Rudesindo. En algún programa, se dice que sus antecedentes penales, cubren 9 tomos de 300 páginas cada uno. A lo largo de los programas, se dan detalles de su familia, siendo la principal protagonista, su “mamita” (A ella referiremos más adelante), pero también hablará de sus tíos, y hasta de su padre y de su abuelo o de algunos de sus primos.
- “El Tremendo Juez”, es el magistrado duro, pero también hábil, capaz de desentrañar el engaño de “Tres Patines”. Una característica fundamental del personaje, es que se vive quejando de achaques y enfermedades. Siempre dictará las sentencias en rima.
- “Luz María Nananina”, por lo general, defiende a Rudesindo, muestra animadversión a “Tres Patines”, al que califica por lo general, como: “El sinvergüenza de Tres Patines”. De su familia, en los programas se habla en algunos momentos de sus sobrinas (“Ángela Toribia”, “ Úrsula Mónica”, “Bárbara Críspula”, “Frígida Tárcida” y “Pánfila Rómula”)
- “Rudesindo Caldeiro y Escobiña”, gallego, al que casi siempre engaña “Tres Patines”.
- “El secretario”, le pregunta al “Tremendo Juez” por su salud y por lo general, éste lo multa; le informa al juez sobre el caso del día, le toca apuntar las multas de los participantes del juicio.
En esta dinámica, el “Tremendo Juez”, busca reformar a “Tres Patines”, éste por lo general se burla del primero lo que causa el enojo del jurisconsulto…
En la serie actuaron otros personajes como secundarios: tal fue el caso de Erdwin Fernández (“Simplicio Bobadilla y Comejaibas”. Este actor murió en Cuba en 1967) o Wilfredo Fernández (“Perico Jovellanos y Campoflorido”)
En 1941, el programa se emite en Cadena Azul y luego en CMQ. Esta última era una de las principales emisoras de Cuba, antes del triunfo de la revolución en 1959. Se dice que el paso a CMQ, en 1942, se dio por la búsqueda de ventajas para sus anunciantes y patrocinadores.
El personaje de “Tres Patines”, es una especie de “buscavidas”, un día vende lotería, otro día, periódicos, otro, pone inyecciones, al día siguiente “maneja una máquina de alquiler” (Taxista), luego vende terrenos etc.
La manera en la que aborda sus actividades implica embaucar, engañar a gente inocente (Esta característica, por lo general, la encarnaba Rudesindo Caldeiro y Escobiña), para ello se justificaba en confusiones de situación o enredos en el lenguaje. Para algunos conocedores, esos enredos lingüísticos, pudieron inspirar al mismo Mario Moreno Reyes (“Cantinflas”) y más adelante, quizás a Eugenio Derbez.
De hecho, esos juegos con el español, inclusive se han estudiado académicamente (Tal es el caso del trabajo de Blanca Estela Ruiz, del Centro de Estudios Literarios de la Universidad de Guadalajara: “La tremenda corte: el ingenio no mengua o la tremenda muerte de la lengua”. Ella ha realizado varios trabajos sobre el programa)
La serie tuvo tal éxito, que llegó a trasmitirse de lunes a viernes, el programa se grababa mientras estaba saliendo al aire, en ese momento había auditorio presente, por cierto que en una ocasión, uno de los miembros del público se durmió, lo que provocó un nuevo chiste de “Tres Patines”:
“… Y el drama (El programa) ha estado bueno, porque mira como se ha dormido ese hombre (Risas del auditorio y del “secretario”), se ha desgindao pa tras”. Ni siquiera las risas de la gente, despertaron al sujeto.
Luego esa grabación (Matriz), se pasaba a otro estudio, donde se reproducía en 10 o 12 copias. Esas copias, eran las que se vendían a Colombia, Costa Rica (Cadena de Emisoras Columbia), Panamá, Puerto Rico, Venezuela etc. Todavía en la época del “casette”, se vendieron varias copias y como ya lo hemos dicho, actualmente, se puede acceder a las emisiones, vía Internet en formato MP3.
Como los libretos se escribían todos los días, se cuenta que, en varias ocasiones, a poco antes de empezar, los textos no estaban terminados. Se dice que al finalizar los libretos, se repartían a los actores, para hacer un rápido ensayo. Se dice que en una ocasión, Leopoldo tuvo una discusión con Castor Vispo y le dijo: “Quédate tranquilo, que a nosotros no nos hace falta un escritor para hacer el programa”. Fernández rompió los libretos de todos los actores 5 minutos antes de iniciar la emisión. Ese programa se hizo sin libreto, lamentablemente, no hay dato del programa en particular, que permita identificarlo.
El tiempo neto del programa, era de 15 minutos, para lo cual, había que escribir muchas cuartillas, cosa que solo hacía Vispo. Esa labor era muy cansada, pero Castor siempre pudo sacarla adelante. Se dice que “La Tremenda Corte”, consta de más de 360 episodios. Solo unos pocos no han sido escuchados fuera de Cuba.
Es así como en la década de los cuarentas, Vispo y Fernández recibieron varios premios como libretista y actor respectivamente. En el caso de Vispo, no era famoso solo por “La Tremenda Corte”, sino por obras como: “El Vigilante Tiburcio Santa María de la Novena Estación”, que era un programa en versos.
Hay dos personajes que se mencionan en “La Tremenda Corte”, pero que nunca comparecen, una, “Cucusa”, la novia de “Tres Patines” y la otra, la “mamita” de este personaje: a “Cucusa”, se le describe tan flaca “como un fideo”, es trigueña y de muy buen carácter, “Tres Patines” diría que su novia tenía “perfil griego”, “porque nadie lo entiende”.
En el caso de “mamita”, ella es la “mente maestra”, de muchos de los hechos delictivos de su hijo. Ella es una anciana, pero se rebaja tanto la edad, que “Tres Patines”, sostiene que es mayor que ella. En el fondo, muchas de las fechorías de “Tres Patines”, son motivadas por el amor a “mamita”. En uno de los programas, él se intenta robar unas gallinas. Cuando el “Tremendo Juez”, desentraña la culpabilidad del “pillo”, él le pide que no lo mande a la cárcel, pues al día siguiente, era el “Día de las madres”. El magistrado le pregunta qué le va a regalar a “mamita”. “Tres Patines”, le dice que unas gallinas. “El Tremendo Juez”, le señala que el juicio que se estaba realizando, era por el intento de robo de las gallinas. Dice “Tres Patines”: “Pero ‘mamita’ las quiere, y hoy yo no las suelto y no las suelto, aunque me caiga atrás el “Loco del cuchillo”. En la sentencia, el juez, absuelve a “Tres patines” y le permite que se robe las gallinas.
La “Mamita”, padecía angina de pecho. En algún momento, ella y “Tres Patines”, se dedican a la medicina, Rudesindo llega a consultarlos, él tenía un pie inflamado, “Mamita”, le dice que tiene “pielitis”.
En otro orden de cosas, aparte del programa de radio, los actores hacían otros trabajos. Aníbal de Mar, seguía participando en el cine. Filmes en los que participó el actor fueron: “Romance musical” (1941) y “Fantasmas del Caribe” (1942)
Para 1943, en la revista Billboad, se hace una breve mención de “La Tremenda Corte” y “Tres Patines”. Adolfo Otero, también fue actor de cine, apareciendo en el filme: “Hitler soy yo” (1943), donde era protagonista (En la película actúa también Aníbal de Mar. El libreto era de Castro Vispo)
Mimí Cal, Leopoldo Fernández y Aníbal de Mar, eran grandes histriones, se destacaron en el teatro, la radio y la televisión, pero por aquellas épocas, la radio era lo que mejor pagaba a los actores.
Hemos dicho que Cal y Fernández, estuvieron casados 16 años, luego de divorciarse, siguieron dando vida a “Nananina” y “Tres Patines”, incluyendo alusiones pícaras a su unión. Por ejemplo, en un programa, “Tres Patines” le dice al Juez: “Yo a esta señora (“Nananina”), la llevo (Puede relacionarse con ella hasta engañarla)”. A lo que la mujer le responde: “No, no, no, tú ya me llevaste una vez y no me fue nada bien…”
En otro programa, el juez le dice a “Tres Patines”: “Cuando usted se casó con Nananina, ¿Fueron de “luna de miel”?. Éste le responde: “Ahí nunca hubo miel”, allí interviene Nananina: “Y si en esa luna nunca hubo miel, ¿Por qué se quedó tanto en esa luna?, porque fueron 16 años”. “Tres Patines”, trata de cambiar de tema, el juez, le dice: “Pero contéstele a la señora…”, “Tres Patines” hace enredos de palabras a lo que dice la mujer: “Déjelo, déjelo, pobrecito que lástima me da”. Todo el diálogo se hace en medio de la comicidad y las risas de los actores y el auditorio.
Precisamente, dando constancia de la capacidad de improvisación, en uno de los programas, Nananina, debe decir el nombre de sus sobrinas, de los que dejamos constancia más arriba. Se deduce que durante el ensayo del programa a Mimí Cal, le costó la pronunciación de los nombres, por lo que el juez le dice: “Dígalos con calma Nananina”, interrumpe “Tres Patines”: “Ahí es cuando es, ahí es cuando es”. Dice el juez: “Dígalos con calma: ¿Cuáles son los nombres de sus sobrinas?”. Nananina comienza a pronunciarlos, pero le gana la risa, le dice el juez: “Señora, ¿Le dan risa el nombre de sus sobrinas?”. Responde Cal: “Es que me hace gracia, porque ustedes están esperando que me equivoque”. Dice “Tres Patines”: “No, no, no, eso no falla señora, eso no falla”.
Finalmente, con ayuda del “Tremendo Juez”, Nananina, pronuncia los nombres de las sobrinas, dice “Tres Patines”: “Señora y ¿‘cucaramacara’ no es sobrina suya?”, ella le dice entre risas que no, el juez le dice a Tres Patines”: “ya, Tres Patines”, pero el “pillo” sigue: “¿Y Magalabomba?”; Nananina no aguanta la risa, Aníbal de Mar, con risa le dice al acusado: “Ya “Tres Patines ya…”.
El éxito con los personajes fue de tal nivel, que en el caso de Mimí Cal, la gente la llamaba por el nombre de Nananina y no por su nombre propio. Cal inclusive fue actriz de televisión, en el programa: “Detrás de la fachada” al lado de José Cepero Brito. En esa serie, se contaba la vida de los vecinos de un edificio de apartamentos.
En 1947, en Nueva York, Aníbal de Mar, participa con los estudios MGM, en el doblaje al español de la película “Little Mr. Jim”, donde hizo la voz del personaje chino, llamado Chingwah Lee.
En 1948, Fernández actúa en la película: “El vigilante Chegoya”, en el rol protagónico. Y es que dicho “vigilante”, era el personaje que encarnaba Fernández, en el programa ya mencionado “El Precinto competidora”. El filme era una serie de cuadros humorísticos, que ya habían aparecido intercalados, en el “Noticiario Royal News”. En razón del origen del personaje (El programa de radio), en la película también aparecen Mimí Cal y Aníbal de Mar.
En ese año de 1948, Castor Vispo, crea para RHC Cadena Azul: “Tiburcio Santamaría: el vigilante poeta de la 9na. Estación de Policía”; que era un programa en verso que ya hemos mencionado; y posteriormente “La verdad desnuda”.
Para 1948 – 1949, Castor Vispo, adapta la obra, “El Barón el calzoncillo encantado”, para RHC Cadena Azul.
En la radio, Aníbal De Mar, también interpretó al detective Mr. Chan, en la serie: “Raffles: el ladrón de las manos de seda”, (Década de los cincuenta) ese personaje también fue llevado al cine y el actor, participó en la película.
La dupla de Fernández y de Mar, encarnarían a personajes como “Pototo” (Leopoldo) y “Filomeno” (Aníbal); “Pototo” era distraído”, “Filomeno”, era un incómodo cascarrabias. Otra pareja de personajes fueron “Juan Ramón” (Fernández) y “Domitilo” (De Mar); pero con los primeros, fueron más exitosos.
Aníbal de Mar y Leopoldo Fernández, actuaron por esa época en varias películas: en 1950, actúan en “Música, mujeres y piratas”, que era una comedia musical, realizada por Manuel de Pedrosa, ellos encarnan los papeles de “Pototo” y “Filomeno”, esos personajes buscan un fabuloso tesoro, pero lo que encuentran es un grupo de piratas. En este filme, también aparece Mimí Cal. En la parte musical, aparecen “La Sonora Matancera” y la “Orquesta Cosmopolita”. La crítica calificó mal la obra, pero el público cubano, la recibía bien.
Ese mismo año, filman “Príncipe de contrabando”, donde “Pototo”, se hace pasar por un príncipe hindú, que llega con su secretario a un hotel de lujo, “Filomeno” y él, se hacen de dinero, presentando espectáculos musicales en el cabaret del hotel.
En ese 1950, Adolfo Otero, filmó “Siete muertes a plazo fijo”, del productor Manuel Alonso, quien también había producido “Hitler soy yo”.
“Siete muertes a plazo fijo”, es considerada una de las mejores películas de la época, en ella se narra lo que sucede en una noche de fin de año, donde varias personas reunidas en una fiesta, escuchan las predicciones de un astrólogo, que vaticina la muerte de 7 de ellos, los hechos se desencadenan de modo que parece que la predicción se cumpliría, al final el astrólogo es un demente.
Otero hace el rol de dueño de una funeraria, su nombre es Pantaleón Corona, él y un amigo son encañonados por el asaltante “Siete Caras”, él los obliga a entrar en la casa del banquero donde se realiza la fiesta. Tan pronto como los asistentes, se reponen de la “visita” del ladrón, Corona pasa a asediar a los “futuros difuntos”. Algunas de las líneas más graciosas de la cinta, corresponden al personaje de Otero:
• “Que tenga usted una muerte feliz y sosegada”.
• “Dime cómo te entierran y te diré quien eras”.
• “Vamos, haga un esfuerzo. Si no se muere, de qué vamos a vivir nosotros”.
En 1951, se estrena “Hotel de Muchachas”, el filme era en blanco y negro. La película fue dirigida por Manuel de la Pedrosa. Los protagónicos eran Fernández y De Mar, quienes volvían a interpretar a “Pototo” y “Filomeno”, respectivamente. En esa película, Julito Díaz, quien en algunas ocasiones actuó como el secretario, en “La Tremenda Corte”; tuvo un papel secundario en el filme. “Hotel de muchachas”, se convirtió en un clásico, lo que le permitió a Fernández y de Mar, seguir con los personajes.
En la película, “Pototo” y “Filomeno”, son dueños de un hotel, que está en quiebra. Idean reemplazar todo el personal, con lindas muchachas para atraer clientela. De ahí, derivan una serie de incidentes cómicos, además se presentan una serie de números musicales, entre los que destacan el grupo “Los chavales de España”. En ese año, el actor Adolfo Otero, se convertía en artista exclusivo, de Unión Radio.
En 1954, Otero debuta en la radio CMQ, en el programa “La mesa cuadrada”, los libretos de esa emisión los escribía Castor Vispo. El programa tenía como moderadores a Jesús Alvariño (De quien hablaremos más adelante) y Luis Echegoyen. En julio de ese año, el programa pasa a la televisión. Se termina de trasmitir en octubre de ese año.
En 1955, “Pototo y Filomeno”, pasaron de la radio a la televisión. Con ello, “La Tremenda Corte”, tuvo un nuevo aire. Los segundos personajes (“Juan Ramón” y “Domitilo”), se presentaban en un show televisivo, llamado “Los Ricachos”, donde los actores eran acompañados de un elenco estelar. En el programa televisivo, se hacían segmentos humorísticos y canciones tropicales con orquesta. Este tipo de espectáculo, los llevó a presentarse en centros nocturnos
Para 1956, el cantante Manolo Vega, ya frecuentaba la emisora CMQ, y él cuenta interesantes anécdotas: Vega admiraba al elenco de “La Tremenda Corte”, él decía que su corazón se estremecía cuando Leopoldo Fernández, le decía: “Manolo, vamos a la cafetería a tomar café”. A ellos, por lo general los acompañaba Jesús Alvariño, de quien ya hemos hablado.
A la hora de pagar, todos hacían intento de meterse la mano a la bolsa, pero Vega, “les ganaba”, sintiéndose orgulloso, de poder pagarles a sus admirados amigos. Había ocasiones que pagaba Fernández: “No Manolo, hoy pago yo”, le decía el actor. Vega confirmará que Fernández, era bien serio, pese a las ocurrencias que les hacían reír. Leopoldo no reía diciendo algo.
En una ocasión, la escena se repitió, Vega buscaba la “peseta” para pagar, Alvariño siempre hacía que buscaba el dinero, pero nunca invitaba; Fernández, le sujeta la mano a Vega y le dice: “Sin apuro, sin apuro, tienes toda la mañana para que encuentres tu dinerito”.
Para los cincuentas, Fernández y De Mar, tenían tanto éxito que grabaron dos discos (“LP”), uno de ellos, fue grabado con la orquesta charanga “Melodías del 40”, en ese material se encuentra, quizás la canción más conocida interpretada por los comediantes: “Ahorita va a llover”. En el segundo disco, grabaron con el grupo de música campesina de Miguel Ojeda. Con el primer disco, de 1957, ganaron un disco de oro, por sus ventas.
Con “Melodías del 40”, se presentaron en televisión, en programas como “El Casino de la Alegría”, producido por la CMQ y “Jueves de Patagás” de la misma emisora. Del mismo modo, realizaron giras bailables, pues para entonces ya eran personalidades populares y altamente queridos por la gente. Las giras fueron pocas, pues, la realización de “La Tremenda Corte”, les consumía mucho tiempo.
Mimí Cal, fue contratada en 1957, en Puerto Rico, ese mismo año, Leopoldo Fernández y Aníbal de Mar, vuelven a actuar como “Pototo” y “Filomeno”, en la película “Olé Cuba”.
Noviembre de 1958, fue muy duro, Adolfo Otero, sufría un infarto y era atendido en una clínica que fue conocida como de “reyes”. Al llegar los primeros periodistas, ya Otero había muerto. La información trasmitida por “Radio Reloj” (De Cuba) y CMQ. El dolor por el fallecimiento, fue de tal grado, que enfermeras y médicos debieron pedir ecuanimidad.
Leopoldo Fernández, Aníbal de Mar, Mimí Cal, exigían llenos de tristeza, detalles del acontecimiento. El dolor del elenco, quedó patentizado, en las declaraciones a los medios de prensa.
Cuando a Julito Díaz, se le dio la noticia, cayó fulminado por un ataque cardiaco. Los cuerpos de Otero y Díaz, fueron llevados a la funeraria Caballero. Fueron velados juntos. En otra versión, la cosa fue al revés: cuando a Otero se le dijo que Díaz había muerto, sufrió un fuerte dolor abdominal que le generó la muerte: parece que Otero falleció por un Aneurisma de Aorta Abdominal Roto.
En otro orden de cosas, se dice (Cosa que es natural), que en algún momento Fernández y de Mar, tuvieron desavenencias, al grado de terminar sus días disgustados, llegó a plantearse que la actriz cubana, Eva Vázquez, llegó a mediar entre ellos, pero el disgusto se repitió y no tuvo solución. La cuestión es, que si esta presunta enemistad, se dio en algún momento de la emisión de “La Tremenda Corte”, ellos mismos lo aclararon en un diálogo dentro del programa.
Trataremos de transcribir las palabras de los involucrados:
– Tremendo Juez: Usted sabe que por allí andan diciendo que usted y yo estamos disgustados no sé porqué…
– Tres Patines: ¿Quién dice?
– Tremendo Juez: no sé lo andan diciendo por ahí, que Nananina usted y yo, no sé qué es lo que pasa…
– Tres Patines: Que estamos disgustados y que nos vamos a separar y… ¿Quién tendrá interés en eso?
– Risas leves del secretario…
– Tremendo Juez: no sé, no sé, pero andan diciendo por ahí le hago esa salvedad…
– Nananina: son muchos años señor juez, no puede ser eso.
Una evidencia de los vínculos de Fernández y de Mar, es que luego actuaron en televisión. De ahí que, si bien las diferencias pueden ser naturales, no necesariamente fueron radicales o en todo caso, trasladadas al plano artístico.
En 1959, Cal, fue a Miami a trabajar con Leopoldo Fernández, en “Se soltó el loco con Pototo”. He aquí otra evidencia de que pese a las diferencias que pudieron haber existido en el plano personal o artístico, las relaciones del elenco, les permitían trabajar juntos. En 1959, Leopoldo, aparece en la película “Surcos de libertad”.
El sobrino de Leopoldo, Octavio Rodríguez Fernández, para ilustrar la fama del actor, cuenta que en un momento determinado, sufrió una operación de vesícula, y tuvo que abandonar la temporada de revista en la que estaba trabajando y fue sustituido por un actor muy bueno de apellido Rodríguez, finalmente se restableció, pero la gente desconocía que iba a reaparecer.
Ese día, dice Rodríguez, sucedió algo increíble, en el teatro se escuchó la voz de Leopoldo, diciendo “Oye Nananina”, esto antes de aparecer en el escenario, el teatro se puso de pie; Rodríguez quien estaba presente, dijo que el público aplaudió por cerca de 10 minutos, por primera vez en la vida, el sobrino, vio a su tío, volverse de espaldas y empezar a llorar.
Se dice que cerca de 1960, hubo cambios en “La Tremenda Corte”, se dice que por el triunfo de la revolución cubana. Sobre este punto, hay una versión dura y una versión que podríamos llamar “suave”.
Algunas fuentes de información, dicen que hay constancia de que entre 1960 y 1961, el gobierno enviaba grupos simpatizantes que escandalizaban con consignas comunistas, de manera que interrumpían las actuaciones. Ese último año, se emitió un decreto, en el que todo espectáculo de radio, teatro y televisión, debía ser sometido a una Comisión de Censura.
En aquel 1961, “La Tremenda Corte”, se presentó adaptada en el Teatro Nacional. Hay constancia de que esa noche hubo una balacera, por parte del grupo gubernamental de represión G 2. Leopoldo Fernández fue arrestado y condenado a 27 días de arresto domiciliario.
Estos hechos contravienen lo que sigue, pues en realidad, la motivación de la salida de Fernández de la isla no es claro, por lo general se sustenta en un evento que no está comprobado: en una obra de “Pototo y “Filomeno”, en un teatro de La Habana, los personajes discutían de dónde colgar un retrato de Fidel Castro, aquí la versión tiene variantes: en una, “Pototo” (Fernández), le dice a “Filomeno” (De Mar): “Déjame, que a este lo cuelgo yo”.
En otra versión, se dice que antes de presentar el retrato de Castro, a “Pototo”, se le enseña la foto de Fulgencio Batista, el personaje le dice a “Filomeno”: “A ese me lo botas”. Cuando “Filomeno” le enseña el retrato de Castro, “Pototo” le dice: “A ese me lo cuelgas”.
Lo que sí es común en el relato, es la reacción del auditorio: silbidos, risas, aplausos… se dice que a partir de allí, Fernández, cayó en desgracia con los Castro. De ahí la migración del actor. El mismo actor diría, ya estando en Miami: “Caballero, si yo hubiera hecho y dicho aquello, no estaría aquí contando el cuento”.
El hijo de Aleida Fernández (Octavio Rodríguez Fernández), sobrino de Leopoldo, le negó a la prensa escrita eso. Octavio decía: “Él nunca se paró en ninguna tribuna, a gritar en contra de la revolución”. Otros especialistas, afirman lo mismo.
Lo que sí pudo haber sucedido, es que la revolución cubana, impuso restricciones a los ingresos de los artistas, cosa que perjudicaba a Leopoldo. Evidencia de esto, es que no solo Fernández, salió en esa época de Cuba. Con la baja de sueldo en los actores, obviamente hubo un amplio desacuerdo. Leopoldo no ganaba lo que ganaba antes y se marchó.
Esto queda reforzado con el hecho de que en aquellos tiempos, Leopoldo ganaba buena cantidad de dinero. Quienes lo conocieron, decían que era un despilfarrador y aficionado a los casinos. Cuando éstos fueron suprimidos por la revolución, se dice que Fernández, pudo haber perdido interés de vivir en la isla.
Por su parte, amigos suyos, dicen que Leopoldo fue hasta miembro de las milicias revolucionarias al principio de la revuelta. Se dice que grabó un mensaje a favor del movimiento guerrillero, ese mensaje se pasó por la radio clandestina.
Hay una evidencia más el apoyo de Fernández a la revolución cubana, esta es la producción del disco: “Ensalada rebelde”, en que él y de Mar, encarnando los personajes de “Pototo” y ”Filomeno”, cantan a favor de la revolución. Esto es claro en tres melodías: “Ensalada rebelde”, “Una carta de Fidel” (En la que se rinde homenaje a los revolucionarios) y “Liborio”, que ensalza la reforma agraria (Para la realización de este trabajo, tuvimos la oportunidad de escuchar el disco)
Entre noviembre de 1960 y mayo de 1962, Fernández, hizo funciones diarias, con la Compañía de Revistas, que era de su propiedad, en el Teatro Estrada Palma (A partir de 1961, esa sala se llamó “Federico García Lorca”)
IV
Según la historia, Leopoldo Fernández Salgado (Reconocido como “Tres Patines”), salió de Cuba en 1962, sin despedirse de su madre (Que no debe ser confundida con la sagaz “mamita” de “Tres Patines”. Pese a ello, en un episodio de la comedia radiofónica, el actor describe a su madre: “una mujer bajita, gordita, con vestido de flores”); la progenitora de Leopoldo, se llamaba María Salgado Prieto. Doña María, no tenía el ánimo pícaro de “mamita”. Era adusta, rigurosa y seria.
El cómico salió del país en barco, acompañado de su entonces esposa, Eneida González y su hijo Leopoldo Fernández Jr. La idea del actor era que esa separación sería corta. Doña María murió en 1966, sin ver el rostro de su hijo.
En Estados Unidos, Fernández se dedicó a otros trabajos y más adelante, filmó una película: “Tres Patines en acción”, cuyas locaciones se ubicaron en Puerto Rico y Miami, la película fue dirigida por Manny San Fernando, en ella, “Tres Patines”, trabajaba en una jefatura de policía.
En México, en los sesentas, Fernández, se asocia con Jesús Alvariño, con el que realizó 50 programas de televisión de “La Tremenda Corte”, esto como consecuencia a la retrasmisión de los programas de radio, a través de XEFB – AM de Monterrey, las emisiones tienen gran acogida entre el público, lo que genera la posibilidad de llevar el programa a la televisión.
Del elenco original, solo participaron Leopoldo Fernández y Aníbal de Mar. En ese programa, participó Leopoldo Fernández Jr., hijo del cómico, encarnando el personaje de “Polito Abril y Mayo”. Es en 1966, cuando se emiten esos programas, en el canal 6 de Monterey y en el canal 8, en el Distrito Federal, de Televisión Independiente de México. Ante la ausencia de Castor Vispo, el mismo Fernández, escribía los libretos.
La versión televisiva de “La Tremenda Corte”, fue de los primeros programas que se exportaron a otros países. En los primeros capítulos de la serie televisiva, no aparecía “Rudesindo Caldeiro y Escobiña”. El papel luego lo asumió, el actor Florencio Castelló, quien tenía gran experiencia y había actuado con Pedro Infante (“Ahí viene Martín Corona”) y Mario Moreno “Cantinflas” (“Ni sangre ni arena”). Castelló toma el rol, pues Otero, había muerto en 1958, como ya lo hemos dicho.
Por su parte, se dice que Mimí Cal, se niega a retomar el papel de “Luz María Nananina”, por lo cual lo asume Norma Zúñiga; el personaje del secretario, lo rotan tres actores diferentes. El resto de papeles, lo asumían actores desconocidos, pero a muchos se les abrieron las puertas del éxito. Tales fueron los casos de María Antonieta de las Nieves y Alfonso Zayas.
Otros actores lograron imprimir su imagen en los televidentes, tal fue el caso de Marco de Carlo, el argentino que interpretaba a “Patagonio Tucumán y Bandoneón” y que entraba al juzgado diciendo en voz alta: “A la voz de aura… primeraaaaa” (Parece que esta expresión, es una aclamación popular, en reuniones de familia, y criollas en el Río de la Plata. Ella sirve para motivar el baile, el beber un trago o promover una situación pícara) Lo mismo sucedió con Eny González, quien encarnaba a “Ángela Toribia Mercado” (Ella fue la tercera esposa de Leopoldo Fernández y terminó su vida, por la vía del suicidio al ingerir pastillas)
El programa se tornó insostenible, eran muchos los costos y pocos los patrocinadores, se dejó de trasmitir a mediados de 1969, eso sí, en el campo internacional, el programa era un éxito, por ello, los actores trataron de mantenerlo.
Veamos con más detalle, las temporadas de ese espacio de televisión:
- La primera temporada va desde mediados de 1966 hasta algún momento de 1967. El formato es parecido al de los programas de radio. Los principales acusadores eran Rudesindo y Nananina. En esa temporada, Eny González, solo hace papeles secundarios.
- La segunda temporada va de algún punto de 1967 a 1968. En ella, participan más actores. Entre ellos, “Polito” Fernández, hijo de quien encarnara a “Tres Patines”
- La tercera temporada, va de 1968 a 1969, hay más cambios actorales, a excepción de Marco de Carlo (“Patagonio Tucumán y Bandoneón”); Aníbal de Mar y Leopoldo Fernández, se miran desgastados en su capacidad de actuación.
Según Raúl Salcedo, “Cascarita”, quien protagonizara al “Secretario”, durante la primera temporada y luego encarnara varios papeles en la segunda temporada, le contó a su hijo, José Raúl Salcedo, que el libreto se les entregaba un martes y grababan un jueves, los libretos debían aprenderse de memoria, pues no existía el método de “apuntador”.
Además, si se cometía un error, debía comenzarse la grabación de nuevo, ya que no existían los métodos de edición que existen hoy. Salcedo se dio cuenta del éxito del programa, hasta la década de los noventas, cuando artistas de otros países, le hablaban del éxito en América Latina, incluido Costa Rica (El programa se trasmitió en la década de los ochentas, en el viejo Tele Nac canal 2; y aún recientemente, se pasaba en las madrugadas en canal 7)
Por ese tiempo, Leopoldo y su cuadro de actores, también se presentaban en los teatros de Monterrey y en varias ciudades del norte. A veces, en el espectáculo, se presentaba alguna adaptación de “La Tremenda Corte”.
El año de la cancelación, Fernández actúa en una película llamada: “Vírgenes de la nueva ola”, cuyas locaciones estaban en Miami y Puerto Rico, ese es el primer filme que el histrión isleño hace en colores y sin la compañía de Aníbal de Mar. En esa película tiene una breve aparición el afamado bolerista Daniel Santos.
El filme es del mexicano Fernando Cortés, en ella, Leopoldo realiza un papel secundario, interpreta a un empresario – comediante, que arriba a Miami, para refugiarse de los acontecimientos que se daban en Cuba (Gobierno Castrista), y que luego trabaja en Puerto Rico, administrando el club “The Scene Au Go – Go”.
En ese año de 1969, en México se publicaron revistas de historietas de “La Tremenda Corte”, la colección solo consta de 25 números y era publicada por “K” S.A., la misma que imprimía a “Kaliman”. Los créditos de los dibujantes, no aparecían, pero quienes conocieron las publicaciones, decían que había dos dibujantes anónimos involucrados.
En Perú (Leopoldo Fernández llega al país, el 15 de mayo de 1969, acompañado de su hijo ‘Polito’, la esposa de éste, Malva Suárez y el productor Jesús Alvariño) Leopoldo trató de forjar proyectos artísticos de la mano de “Tres Patines”, por ejemplo, “El guardia Tres Patines”, producido por Panamericana Televisión. Además, en ese año de 1969, “Tres Patines”, se toma una fotos, frente al Palacio de Justicia de Lima, acompañado de la modelo inca, Camucha Negrete.
Se desconoce si por una cuestión de derechos o por ausencia del elenco que actuó en la versión televisiva, de “La Tremenda Corte”, se pasa a producir “El guardia Tres Patines”. La temporada de ese programa empezó el 27 de mayo de 1969. La diferencia de actuación, era que Fernández improvisaba, los peruanos, seguían el libreto. No cabe duda, que el hecho de que Panamericana compró los 260 capítulos y los derechos de “La Tremenda Corte”, permitieron la contratación de Fernández por un corto tiempo.
Por esos años, Fernández, realizó varias comedias cortas para televisión, una de ellas, se llamaba: “Yo detesto a las mujeres”, él era el protagonista y actuaba con la que fue su última esposa: Vilma Carbia. En 1971, presentó en varios teatros hispanoamericanos, de Nueva York, su comedia: “Lo tengo pisao”. Vilma Carbia, era puertorriqueña, y había animado el programa de televisión: “Rendesvouz”, ella ya había estado casada, con el empresario cubano Tony Chiroldy.
Para 1973, Leopoldo Fernández, aparece en la película “El profeta Mimi”, de origen mexicano.
En 1978, muere Mimí Cal en Miami (Se presume que ella terminó sus días en un hogar de ancianos en el que residía). Corría el mes de mayo.
Ese año (Enero), Leopoldo Fernández vino a Costa Rica (Traído por el viejo canal 11, hoy propiedad de REPRETEL), en una entrevista con el periódico “La Nación”, él expresaba que era muy distinto al personaje que encarnaba, ya que él era serio y sensible.
Sobre su carrera de actor, se mostraba satisfecho, pero subrayaba que era un hombre sin patria desde que había salido de Cuba (Lamentablemente Leopoldo no aclara las razones de su salida de la Isla); eso sí, en esa conversación dijo que no mezclaba la política con sus actuaciones, pero estaba orgulloso de haber salido de Cuba, como un “anticomunista”.
La idea de Leopoldo, era grabar programas desde Costa Rica para toda América, Fernández reconocía que en el país había mucho talento y subraya lo bueno de la gente del país, que motivaba “…a cualquiera a quedarse toda la vida…”
Sobre sus programas de televisión, expresaba que él era el que hacía los libretos, además subrayaba la capacidad de improvisación, lo que le daba naturalidad a las emisiones. Fernández decía que se grababan dos programas diarios.
Para 1980, moría Aníbal de Mar… propiamente el 22 de febrero de ese año.
En Estados Unidos, muchos miembros de la comunidad cubana, pudieron conocer a Leopoldo Fernández, se cuenta la anécdota de un cubano que pudo conocerlo en una de las tantas emisoras del país del norte. Este cubano, con los años pudo traer a su padre a los Estados Unidos. El señor en cuestión, tenía 90 años y siempre había admirado a Fernández. Como es lógico, el hijo le pidió a Leopoldo, si podía conocer a su progenitor. Quedaron de almorzar en un restaurant, en la avenida 4 de Miami. El anciano, no sabía a quién iba a conocer, cuando Fernández llegó, le dio un abrazo al anciano, como si lo hubiera conocido de toda la vida, al hombre, se le iluminaron los ojos, había regresado a la vieja Cuba, de la mano de su amigo de la radio, Leopoldo.
V
El resto de los hijos de quien actuara como “Tres Patines”, son: Leopoldo, Leonor, Leobaldo, Leonel, Leonora y Lenia. Ellos y ellas, fruto de las relaciones del actor con sus diversas esposas.
Según algunos periódicos internacionales, Leopoldo “Pucho” Fernández y Lenia, son hijos de la primera unión matrimonial del histrión cubano; el otro hijo es el conocido “Polito”, del que ya hemos hablado, este dijo en algún momento, que su padre, más bien era un hombre solitario y no era dado al bullicio ni a la fiesta. Se desconoce quién fue la madre de “Polito”. De Leonor, Leobaldo y Leonel, también se desconoce el nombre de sus progenitoras.
Leopoldo “Pucho” Fernández, actuó en una serie televisiva llamada “El barrio Cuatro Calles”, en ella, protagonizaba al panadero “Pepón”, el cual se convertía en “superpan”. La frase que lo convertía en súper héroe era: “Levadura, levadura, dame musculatura dura, dura”. Esa serie se trasmitió en Costa Rica, en canal 4, mucho antes de que ese emisor pasase a ser propiedad de REPRETEL. También es interesante, que “Pucho”, fue de los primeros artistas, en hacer “stand up comedy”. El hijo de quien encarnara a “Tres Patines”, falleció el 27 de julio del 2008.
Ya hemos hablado de la primera (Cuyo nombre se desconoce), segunda (Mimí Cal) la tercera (Eny González) y hemos mencionado a la quinta esposa del cómico, la cuarta esposa de Fernández, fue la actriz Rosaura Andrew, ella era cubana y fue muy conocida en Puerto Rico, por su personaje de “Titi Chaqua”. Varias fuentes, expresan que fruto de la unión nació Miguel (Miguelito) Fernández Andrew. Rosaura, falleció en el 2010.
Lo que podríamos llamar la azarosa vida romántica de Leopoldo Fernández, no es de extrañar, los que lo conocieron, decían que al actor, le gustaban los buenos trajes, el café con leche y las mujeres bonitas.
El 11 de noviembre de 1985, Vilma Carbia, encontró a Leopoldo, cabizbajo en una silla, como durmiendo, ella le habló, él no contestaba, su esposa creyó que era una de sus típicas bromas. Pero Leopoldo estaba muerto. La noticia tuvo tal calado, que la desaparecida revista “Rumbo”, en Costa Rica, publicó en portada la noticia, dedicándole un reportaje especial.
Carbia le dijo a la prensa: “…se me fue el hombre que más feliz me hizo en la vida…” ella estuvo casada con Fernández, 10 años. En su departamento en Miami, se resguardaban las fotos y trofeos, homenaje al comediante.
La actriz dijo que la enamoró el alma de Leopoldo, su sentir, su hablar. Según ella, Leopoldo Fernández, nunca habló de sus relaciones anteriores, y veló por sus hijos, hasta el día de su muerte.
Ellos se casaron el 8 de setiembre de 1975, en Miami y al día siguiente viajaron a Nuava York, para una actuación. Carbia relataría que, entre la cafetera y el café que siempre lo acompañaban, y las bromas de los compañeros del elenco de actuación, no hubo luna de miel.
Ella cuenta que en una ocasión en México, tomaron un taxi, el conductor les pidió permiso para sintonizar “La Tremenda Corte”, una vez que llegaron a su lugar de destino, Leopoldo se identificó, el taxista no creía que aquel hombre fuera “Tres Patines”. Y es que, con los desconocidos, Fernández, daba muestras de gran seriedad.
Otra anécdota de la última esposa del actor, es que él era un excelente cocinero. Ella no sabía cocinar y con la pareja siempre vivía un hijo de ella o de él.
Ya se ha dicho que Fernández era un hombre de excelente vestir, pero solo faltó en ello, una vez. Vilma Carbia, relató que durante 3 años, cuidaron a la nieta de ella, de nombre Alexandra María. Cuando ella marchó con sus padres, Leopoldo salió en bata y pantuflas a despedirla. Alexandra le decía adiós, a su “abuelo Leo”.
Las deudas del funeral y el entierro de Fernández, los canceló Carbia en cuotas, la lápida reza: “Cómico genial, esposo sin igual”. La última voluntad del actor, fue que no mirasen su cuerpo en el féretro, bromeaba diciendo que si lo veían dirían que estaba más saludable que cuando estaba en vida.
Poco después de su muerte, la viuda, Vilma Carbia, negoció con Radio Martí, el que se pudiera trasmitir por ella, “La Tremenda Corte”, con lo que se podía oír el programa en Cuba, por la vía de la emisora anticastrista, con sede en Estados Unidos. Se dice que luego del triunfo de la revolución cubana, los capítulos de la “Tremenda Corte” que se trasmitían en Estados Unidos, habían sido comprados a la CMQ, por un empresario, que los pagó a un precio risible. El nombre de ese empresario, era Abel Mestre.
Al momento en que Vilma Carbia dio estas declaraciones a la prensa, a Fernández no se le había dado una estrella en la famosa Calle 8 de Miami. Para marzo de 2008, vía Internet, se sabe de la existencia de ese símbolo con el nombre de Leopoldo Fernández.
“La Tremenda Corte”, ha sido objeto de diversos homenajes y reconocimientos:
- En 1998, un grupo de humoristas cubanos, hicieron un homenaje a la producción de Paco Lara y Miguel Llao, dentro del programa: “¿Y tú de qué te ríes?”
- En Ecuador, la cadena de televisión Teleamazonas, presenta un “relanzamiento”, llamado “La Tremebunda Corte”.
- En Costa Rica, el programa humorístico, “Pelando el Ojo”, parodia “La Tremenda Corte”, donde se juzgan noticias nacionales de actualidad.
- En enero de 2009, el periódico mexicano “La Jornada”, informa que entre otras, grabaciones de “La Tremenda Corte” pasaban a formar parte de la Fonoteca Nacional de México.
No cabe duda que, visto en retrospectiva, el humor de “La Tremenda Corte”, contrasta con la chabacanería que en muchos espacios de radio y televisión se presentan, hoy lo normal es la alusión sexual o la manipulación de sectores de la sociedad (Mujeres, homosexuales etc.). La blancura de ese humor de “La Tremenda Corte”, es lo que le permite seguir siendo exitoso.
En esto jugaron un rol fundamental, el libretista Castor Vispo y el cuadro de actores, no solo por su capacidad representativa, sino, por sus habilidades para la improvisación. Esto es lo que a su vez, muestra a los personajes en su plena autenticidad.
Del mismo modo, es claro, que el programa es ejemplo de la capacidad imaginativa de la radio, con solo escuchar a los personajes, se traslada a los oyentes al juzgado correccional, donde se escenifican las ocurrencias del “Secretario”, el “Tremendo Juez”, “Tres Patines”, “Rudesindo Caldeiro y Escobiña” y “Luz María Nananina”.
Es lamentable que hoy, esa capacidad imaginativa, se ha perdido y el mal gusto es abusado como forma de alcanzar el ser “gracioso”. Lo cierto es que el humor es cosa difícil, quizás más que el drama. Lo que ha resultado en la actualidad, es que muchos de los comediantes se ríen de sus tonterías, bajo el silencio del auditorio.
Aún más, la falta de creatividad e imaginación ha sido suplida en tiempos de globalización, por la “copia” de rutinas gracias al Internet. Frente a esta realidad, permanecen incólumes en el recuerdo, los libretos de Castor Vispo y la magia del elenco de “La Tremenda Corte”. Sucede lo mismo, con las películas de “Cantinflas”; inclusive, con la obra de Roberto Gómez Bolaños, “Chespirito”.
Es más, no puede dejarse en el olvido, el humorismo blanco, de Gaspar Enaine (“Capulina”), de quien Roberto Gómez Bolaños fue libretista, cuando “Capulina” actuaba junto a “Viruta”. Era la actuación intencionada con el objeto de hacer reír.
La magia de esa permanencia, está relacionada con la ausencia de obscenidad, la ausencia de alusiones sexuales, la ausencia de ese campo de batalla entre hombres y mujeres, en que se han convertido muchas áreas de la vida.
Valga decir que lo mismo está sucediendo con la música, por lo menos en aquella que pone énfasis en el sexo y las drogas…
Por lo pronto, vivimos la alegre paradoja de que a pesar del paso de los años, hoy como ayer podemos escuchar el sempiterno grito de entrada de “Tres Patines”, a la sala de juicio, grito que por cierto, era el que se usaba entre los presidiarios cuando alguien los iba a visitar a la cárcel: “¡A la rejaaaaaa!”
Tremendo articulo, disfruté de cada párrafo, puedo escuchar una y mil veces un mismo capitulo que jamas me aburriría.
Viajaría a Miami solo para tomarme una foto junto a la estrella de nuestro querido Tres Patines.
Gracias por tan buen articulo.
Saludos, excelente reportaje me gustaría saber sobre la vida de Eny González, donde murió, y cuál fue el motivo del suicidio.
Muchas gracias.