Los jefes de hogares se veían obligados a almorzar en casas de pensión, para regresar a caballo por la tarde al pueblo.
Dio la casualidad que en el hogar muy respetable de doña Nicolasa de Méndez, se dieron cita todas las mañanas estos señores, y como era costumbre en aquella época, durante el almuerzo se comentaban los acontecimientos políticos del día.
Una mañana, sentados a la mesa y almorzando todos juntos, don Cleto, que era el más bromista del grupo, muy serio le dice a su amigo don José María Orozco Casarla:
—»¡No sabía que su hermano Jorge era aviador!»
Y don José María, profundamente extrañado, le contesta:
—»¿Por qué don Cleto?»
Y don Cleto, asomando una risilla burlona en sus labios, le responde:
—»¡Porque lo vi pasar en su avión que sólo las varillas se le veían!»
(El avión era el caballo que don Jorge montaba todos los días para ir a San Isidro de Coronado a ver a sus familiares).
Tomado del Anecdotario Nacional de Carlos Fernández Mora. Usado con autorización.