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Carlos Revilla M.
Hay una película “La trilogía de Nueva York” (Torch Song Trilogy su título en inglés) de 1988, que vi en la Sala Garbo, curiosamente con el nombre de “Amor, extraño amor”, título puesto en español, lo más seguro para mejorar su interés comercial. Pocas películas me han impactado tanto.Es una historia de amor y amistad, pero especialmente de lo que debe ser la tolerancia y el respeto hacia los demás.
Es una película estadounidense basada en una obra de teatro de Harvey Fierstein. Esta tragicomedia se estrenó el 14 de diciembre de 1988, y está protagonizada por el propio Fierstein, junto a Anne Bancroft, Matthew Broderick y Brian Kerwin. Como se ve la cinta cuenta con grandes actores, incluida Bancroft, ganadora de un Oscar.
La obra teatral original dura más de cuatro horas, pero se redujo a dos para la película, por lo que hubo que cortar escenas y añadir más discontinuidades en el guión. Además, el tiempo representado en la cinta es varios años anterior al de la obra de teatro. Pero todos estos cambios, no afectan el mensaje de la película, que es muy profundo, conmovedor y especialmente aleccionador.
Veamos una breve sinópsis de la película:
Se narran, en tres etapas, diez años de la vida de Arnold Beckoff, un travesti profesional gay que vive en Nueva York.
Primera etapa 1971: Arnold conoce a Ed, un profesor bisexual, y se enamoran. Sin embargo Ed no asume su sexualidad y deja a Arnold por una mujer, Laurel.
Segunda etapa 1973-79: durante unas navidades Arnold conoce al amor de su vida, un modelo llamado Alan. Inician una relación y se van a vivir juntos. Posteriormente van a pasar un fin de semana con Ed y Laurel al campo, donde su relación se pone a prueba pero consigue superarla. Asentados totalmente como pareja solicitan acoger a un niño con vistas a adoptarlo. Les conceden la custodia de un adolescente gay, David, y se mudan a un apartamento más grande. Pero el primer día en su nuevo hogar Alan resulta muerto en un ataque homofóbico.
Tercera etapa 1980: meses después del fallecimiento de Alan, en la siguiente primavera, la madre de Arnold viene a visitarlo desde Florida, pero la visita provocará una confrontación pendiente entre ellos. La madre de Arnold no aprueba su homosexualidad, ni la adopción que planea, así como que haya enterrado a Alan en el terreno familiar del cementerio. Tienen varias discusiones donde Arnold le pide que lo acepte como es, diciéndole que si no puede hacerlo no tiene lugar en su vida. A la mañana siguiente antes de que ella vuelva a Florida tienen una conversación donde por primera vez ambos parecen entenderse. Finalmente Arnold se siente completo con David y Ed en su vida (este último ahora ha madurado y está más centrado), y con éxito profesional en su nuevo show (revista).
El final de la cinta es muy conmovedor, con Arnold, sentado en una silla, con la fotos de sus dos grandes amores, recordando pasajes felices vividos con ellos.
A finales de los años 80 del siglo pasado el tema todavía era un poco tabú, y esta película rompió esquemas.
Les soy sincero, mi reacción inicial no fue muy buena, pero al final realmente me llegó, y tengo que decir que me hizo cambiar mucho en mi percepción del tema del homosexualismo. Llegué a comprender y entender que no hay nada de malo ni anormal, que solo se trata de una simple escogencia sexual. La película era con uno de esos cine-foros al final, algo que ya no se usa mucho. La charla la dio una sicóloga, y recuerdo que esta versó sobre la pregunta de si una persona nace o se hace homosexual, algo así como qué fue primero “el huevo o la gallina”, pregunta que ahora no tiene ninguna importancia, pues como ya dije se trata simplemente de una escogencia sexual.
Quiero aclarar, que aunque la película trata sobre la vida de un hombre homosexual, uso la palabra en su contexto general, para incluir tanto hombres como mujeres; eso si, teniendo en cuenta que en la actualidad más bien el vocablo se usa mayormente solo para hombres, junto a gay o gai —ya españolizado—, y se deja la palabra lesbiana para las mujeres.
La cinta me marcó para siempre, al verla uno se da cuenta que también son seres humanos, que sufren y aman como todos, y que además solo desean ser tratados como cualquier otra persona, y especialmente tener los mismos derechos. Por eso siento empatía hacia el tema.
Hubo una época, no tan lejana en el tiempo, en que la homosexualidad estaba incluida en los manuales de siquiatría como un trastorno mental más. Y, como otros problemas siquiátricos, se pensaba que esta “alteración de la conducta” podía curarse con diversas terapias y tratamientos. La investigación científica y el paso de los años se han encargado de desmentir estas ideas. Me llama mucho la atención, que todavía en la actualidad haya grupos, especialmente de los llamados cristianos, que ofrecen curas; incluso organizando seminarios para tal efecto. Por suerte, la investigación científica y el desarrollo de las sociedades con valores igualitarios lograron erradicar esta idea.
Buscando en Youtube encontré el trailer de la película en HD. Lo ideal claro, es ver la película completa, que con un poco de suerte se puede conseguir por streaming o en un club de vídeo (si aún existe alguno).