Claire Burchett
La policía ha arrestado a 25 personas acusadas de planear derrocar al gobierno alemán en una serie de redadas en todo el país.
El grupo está acusado de intentar proclamar a Heinrich XIII, un descendiente de la realeza alemana, como su líder al frente del estado. Entre los arrestados se encontraban miembros del grupo Reichsbürger (que se traduce como «ciudadanos del Reich»), un movimiento dispar de grupos e individuos, incluidos algunos con posiciones de extrema derecha.
A los partidarios de Reichsbürger se les ha impedido antes intentar acciones violentas, pero este último incidente y la lista de sus presuntos miembros han causado mayor preocupación.
Un ex miembro del parlamento alemán, que ha sido juez hasta poco después de su arresto, estaba en el grupo. Birgit Malsack-Winkemann fue diputada parlamentaria de la extrema derecha Alternative für Deutschland (AfD), pero dejó el partido en 2021.
Varios exmilitares también fueron arrestados en relación con el intento de golpe. Es motivo de gran preocupación para las fuerzas del orden, ya que tales lazos dan a los posiblemente extremistas peligrosos acceso a armas y personas entrenadas.
A comienzos de 2022, Heinrich XIII fue señalado por la prensa alemana como alguien cercano a los círculos de Reichsbürger y un convencido de las teorías de la conspiración, lo que llevó a su familia, la Casa de Reuss, a distanciarse públicamente de él.
Sin embargo, no tiene un alto perfil, aparte de un discurso de 2019 en la conferencia WorldWebForum en Suiza, que contenía un mensaje antisemita y revisionista. La participación de un aristócrata habla de las motivaciones monárquicas de algunos Reichsbürger, que desean restablecer a un Kaiser como jefe de estado.
¿En qué creen los Reichsbürger?
Los Reichsbürger no tienen una estructura centralizada, pero se estima que tienen al menos 21.000 partidarios. Su creencia clave es que el actual estado alemán (la Bundesrepublik o República Federal), sus instituciones y representantes elegidos democráticamente no son legítimos.
Los partidarios del movimiento se niegan a someterse a la autoridad estatal, por ejemplo, pagando impuestos. Se hicieron famosos en los primeros años de la pandemia por no cumplir con las restricciones de COVID-19.
Algunos partidarios del movimiento consideran que los pasaportes y tarjetas de identificación oficiales alemanes son ilegítimos. Mientras que otros prefieren usar un certificado oficial de ciudadanía (llamado gelber Schein o certificado amarillo), algunos fabrican sus propios pasaportes ilegales y licencias de conducir. Unos documentos que a menudo incluyen menciones a antiguos estados alemanes como lugares de nacimiento, como los reinos de Baviera o Prusia. En 2021, un funcionario alemán fue destituido de su cargo después de solicitar un pasaporte en el que el Reino de Baviera aparecía como su lugar de nacimiento.
Los miembros del grupo generalmente creen que alguna versión anterior del estado alemán es de hecho la forma legítima de estado, aunque hay cierta inconsistencia en cuanto a cuál de ellas.
Algunos seguidores creen que la verdadera forma de Alemania fue la que existió entre 1871 y 1918, cuando se estableció el Reich alemán después de la unificación y antes de la primera guerra mundial. Otros citan la constitución de la República de Weimar de entreguerras como la única verdadera de Alemania. Y otros todavía se centran en 1937 para demostrar lo que creen son las fronteras legítimas del territorio alemán, que entonces incluía al antiguo Reino de Prusia, ahora Polonia y Rusia, pero no Austria, que se anexionó en 1938.
Una creencia unificadora entre los Reichsbürger es que el actual estado alemán carece de soberanía. Creen que los aliados occidentales (Francia, Reino Unido y EEUU) supuestamente han mantenido el control después de que su ocupación de Alemania Occidental terminara en 1955. Por lo tanto, algunos creen que el actual estado alemán es un régimen títere que no representa los intereses del pueblo alemán.
A veces se refieren a él como Deutschland GmbH (Limitado), lo que implica que no tiene poder sobre sí mismo y solo existe para enriquecer a sus controladores. También se utiliza el nombre BRD GmbH, que se refiere al nombre abreviado de la Alemania Occidental de posguerra.
Revisionismo histórico y antisemitismo
El enfoque revisionista histórico y el cuestionamiento de la soberanía alemana puede fomentar una concepción de Alemania como un país sin tacha del que se puede estar orgulloso sin problemas. Al centrarse en las fronteras de antes de la guerra y pasar por alto la historia de la posguerra, los Reichsbürger pueden ignorar la derrota de Alemania en la segunda guerra mundial, así como su proceso para reconciliarse con su pasado nazi y colonial, en particular el Holocausto y el genocidio de los Herero y Nama de 1904 en Namibia. La eliminación de estos momentos oscuros de la historia alemana permite a los partidarios del movimiento centrarse en su propia victimización, percibida como subditos de un estado alemán que no reconocen.
Un revisionismo similar es común en la extrema derecha alemana más amplia, en particular en algunos miembros del partido populista AfD. El repudio de la importancia del Holocausto y el énfasis en los momentos «positivos» de la historia alemana fomentan una relativización del Holocausto y el antisemitismo.
Sin embargo, a diferencia de la AfD, que ha adaptado su retórica para encajar en la corriente política principal, algunos seguidores de Reichsbürger ignoran por completo las leyes alemanas actuales que prohíben el negacionismo del Holocausto y la difusión de propaganda nazi. El grupo está vinculado al antisemitismo abiertamente y a la difusión de teorías de conspiración antisemitas sobre el poder de las «altas finanzas», así como a la negación directa del Holocausto. En marzo de 2020, la policía alemana se apoderó de la propaganda neonazi durante las redadas en las casas de algunos miembros de Reichsbürger.
Sin embargo, el revisionismo histórico puede confundir la imagen. Aunque muchos de sus seguidores son antisemitas y glorifican el pasado colonial, el Reichsbürger no se define específicamente como un grupo de extremistas de derecha. En realidad, solo una pequeña parte del movimiento puede definirse como tal.
En esencia, el extremismo de derecha se define en gran medida como antidemocrático. Mientras que muchos Reichsbürger se niegan a respaldar la legitimidad del estado democrático actual de Alemania, la falta de una visión unificada dentro del movimiento hace que no sea claro qué sistema preferirían, la monarquía constitucional del Kaiser Wilhelm II, el experimento democrático de la Alemania de Weimar o la dictadura de la Alemania nazi. Sin embargo, en el caso de la trama más reciente, el papel clave de Heinrich XIII implica que el objetivo era la restitución de una monarquía constitucional al estilo del régimen del Kaiser Wilhelm II.
¿Una amenaza creciente?
Evidentemente, algunos seguidores de los Reichsbürger están empezando a participar en distintas formas de violencia política. Los últimos arrestos siguen a muchos otros incidentes. En 2016, un oficial de policía fue asesinado durante una redada contra un miembro del grupo que mantenía una colección ilegal de armas del movimiento. En agosto de 2020, los miembros del Reichsbürger intentaron irrumpir en el parlamento alemán como parte de una protesta contra las restricciones del COVID-19.
La presencia de antiguos oficiales militares y de un ex parlamentario en el grupo arrestado más recientemente sugiere que los Reichsbürger no están exentos de una influencia potencial. La AfD ha negado durante mucho tiempo cualquier vínculo con el movimiento, pero ha evolucionado cada vez más hacia la derecha en los últimos años. En 2019, el Ministerio del Interior alemán informó que había identificado algunas conexiones aisladas entre los Reichsbürger y la AfD.
Los Reichsbürger podrían ser considerados un grupo marginal, pero sus ideas claramente atraen a algunos lo suficiente como para convencerlos de que un golpe de estado es un objetivo que vale la pena. Y los vínculos con organizaciones más influyentes los harían más peligrosos, por lo que las autoridades han tomado este asunto con toda seriedad.
Claire Burchett es Doctoranda en Política Europea en el King’s College de Londres.
Fuente: The Conversation, 8 de diciembre 2022
Traducción:Enrique García para sinpermiso.info