Con los mismos haciendo lo mismo no existe posibilidad de cambio
Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo Albert Einstein
Por Guido Mora
Amigas y amigos liberacionistas:
Este 12 de octubre conmemoramos 71 años de la fundación del Partido Liberación Nacional.
Esta organización política ha pasado de ser la constructora más importante de la realidad política costarricense en la segunda mitad del Siglo XX, a convertirse en la minoría más grande del ejercicio del poder político del Siglo XXI.
El deterioro, la erosión del apoyo popular y la pérdida de importancia en el ejercicio del poder no es fortuito. Deben de sentarse las responsabilidades ante esta situación: quienes han ejercido las posiciones de liderazgo y han conducido a Liberación Nacional a sufrir tres derrotas electorales consecutivas, deben de asumir su responsabilidad.
Hoy Liberación Nacional es una organización totalmente desvinculada de los intereses de los costarricenses; no existe un verdadero interés en construir una narrativa y una propuesta que llegue hasta los ciudadanos más humildes de nuestra Costa Rica olvidada.
Liberación Nacional es una organización que los costarricenses asocian con términos tan despectivos como la corrupción y el nepotismo. Esta también es responsabilidad de quienes han ocupado puestos de elección popular los últimos años.
A 71 años de su fundación, Liberación Nacional tiene la obligación de superar esta crisis y transformarse. Esta organización política tiene el compromiso histórico de volver a ocupar puestos de privilegio en el ejercicio del poder, porque Costa Rica necesita a Liberación Nacional, eso sí, a un Liberación Nacional renovado.
Sin embargo, ante la coyuntura que vivimos, a las puertas de la elección de un nuevo Comité Ejecutivo Nacional, vemos a los mismos, a quienes han acompañado a algunos de los candidatos perdedores en sus derrotas; a quienes incluso han sido artífices y corresponsables de esta lamentable situación, postulándose a ocupar cargos en este órgano partidario.
Hay una cosa clara, a pesar de narrativa, de las promesas de cambio, Liberación no logrará renovarse con los mismos liderazgos trasnochados, de los mismos, ofreciendo hacer lo mismo.
A las puertas de la elección de un nuevo Comité Ejecutivo Nacional, hago una instancia a los miembros de la Asamblea Nacional, para que reflexionen sobre el futuro de nuestro partido.
Sólo un candidato ofrece posibilidades reales de cambio y transformación política, un candidato libre de ataduras familiares, leal a los intereses ideológicos, independiente y que, además, nunca ha abandonado las tiendas liberacionistas, para optar por un puesto en otras agrupaciones políticas, siguiendo candidaturas personalistas, que también condujeron al fracaso.
No podemos entregar a Liberación Nacional a personas que entran y salen del partido, cómo si este fuera un autobús que sólo les conduce a obtener y alcanzar sus objetivos en la búsqueda de intereses personales.
En mi perspectiva, sólo Yayo Vicente ofrece la garantía de cambio, de un cambio posible, que revitalice las estructuras liberacionistas y adecue el partido, para cumplir con los retos que nos plantea la segunda mitad del Siglo XXI.
Les invito, estimados miembros de la Asamblea Nacional a que reflexionen y le den a Yayo Vicente la oportunidad de conducir la transformación que requiere Liberación Nacional.
Este próximo 22 de octubre, vote pensando en el futuro de Liberación Nacional, dele su voto a Yayo Vicente.