Hijo del Savegre

Gustavo Elizondo Fallas

Gustavo Elizondo

Posiblemente desde que el Río Savegre empezó a buscar las aguas del Pacífico, en los primeros períodos geológicos de Costa Rica, durante la era Terciaria, que fue cuando la Cordillera de Talamanca lograba su máxima altura, ya este imaginaba que en uno de sus vados algún día se establecerían unos hombres que parecían surgidos del fondo de las montañas que lo rodeaban. Dos vecinos de Providencia, pero que habían sido amamantados en Santa María de Dota, los hermanos Efraín y Federico Chacón, cumplieron el designio del hermoso río y en el año 1958 se establecieron en el sitio, para dar a conocer años después a propios y extraños, un mágico lugar donde la pureza de las aguas, la conservación de la montaña y el vuelo del quetzal, forman el equilibrio perfecto, que ha dejado boquiabiertos a visitantes tanto de Costa Rica como de distintos lugares del mundo.

Don Efraín Chacón Ureña, el que sobrevive de los dos pioneros, cumplió el pasado 2 de noviembre la edad de 94 años, con buena salud y sobre todo, con una memoria intacta, que ha logrado plasmar en una autobiografía, en la cual pude colaborar con la recopilación de varios escritos sueltos y algunas anécdotas narradas por él, además de darme el honor de escribir la presentación del libro, que tituló “A orillas del río te recuerdo” y que dedica a su compañera de toda la vida, Caridad Zúñiga Calvo, la recordada Cary.

Este pionero del turismo ecológico, el hombre que luchó con la montaña pero que tuvo la sapiencia de reconciliarse con ella y convertirla en un santuario, ha tenido reconocimientos tanto a nivel nacional como internacional; en nuestro patio se le declaró Pionero de Turismo en la Expotur del año 2003 por la Asociación Costarricense de Profesionales en Turismo, durante la reinauguración del Monumento a Pepe Figueres en 2016, el presidente de la República, Luis Guillermo Solís le entregó el reconocimiento de la medalla de La Paz y la democracia en Costa Rica, a nivel internacional título Doctor Honoris Causa por la Universidad de Cooperación Internacional en el 2011 y el botón Escudo de Armenia, en el festival de Quindío en Colombia;, todo a pesar de que, como lo narra don Efraín en su libro, tuvo que dejar la escuela en tercer grado para empezar a trabajar con sus tíos en el campo y poder ayudar a la economía familiar muy golpeada para una madre abandonada con dos hijos.

Hoy, en la quietud que permite el deber cumplido y la tranquilidad de su santuario, don Efraín no oculta su preocupación, piensa en ese país por el que empuñó las armas en 1948, se decepciona por saber que hoy muchos defienden sus prebendas y no tienen reparo en cobrar, a pesar de que no están laborando, añora aquellos primeros maestros que llegaron a San Gerardo y que lucharon junto a ellos para sacar adelante a la comunidad sin importar el sacrificio de pasar hasta un mes metidos en la montaña que albergaba la humilde escuela, se lamenta por la falta de valores como el trabajo duro que aprendió de niño y transmitió a sus hijos junto con Cary. Cuando conversa se le nota taciturno, es posible que su mente como un dron, recorra lo vivido y mira como la voluntad de unos pocos se impone sobre el deseo de las grandes mayorías de arreglar problemas que requieren decisiones y se pregunta, como también lo hace en su autobiografía, ¿en que momento el país perdió el rumbo?

Cuánto desearíamos los que le respetamos y tenemos estima poder decirle _vea, don Efraín, esto es una situación circunstancial, el país y quienes ahora “le meten zancadillas” pronto recuperarán la sensatez. Como lo refirió Isaac Felipe Azofeifa: De veras hijo, ya todas las estrellas han partido, pero nunca se pone más oscuro que cuando va a amanecer; ojalá que cuando amanezca, don Efraín esté todavía aquí.

Msc Gerencia Social

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Un comentario

  1. Gustavo Elizondo

    El título del Libro de don Efraín es «En tu ausencia escribo mis memorias», el que aquí se menciona fue la primer propuesta que estuvimos trabajando.

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