La reforma tributaria y las pensiones de lujo

Efrén Arauz C.

Efren Arauz

El tema es recurrente, hace décadas se habla del mismo pero de las palabras a los hechos no se pasa, y en esta Administración no es la excepción, solo de eso se habla, sin embargo, no es una tarea fácil, se requiere el apoyo de todas las fuerzas políticas representadas en la Asamblea Legislativa para una aprobación legal.

Todos estamos de acuerdo en una reforma tributaria progresiva, ordenada, justa y que tributen más los que más ganan, el país requiere de nuevos ingresos frescos que permitan un mejor desempeño de la Administración Publica, pero todos reclamamos una mayor racionalización del gasto público, un recorte a los gastos superfluos, una revisión a las partidas que permitan el despilfarro, pero sobre todo se reclama una mejor recaudación y control del contrabando.

El tema de las pensiones de lujo técnicamente no es significativo para una reducción sustantiva del gasto publico pero sería una excelente señal de que el gobierno está dispuesto a hacer recortes de todo tipo. No basta con bajar las pensiones futuras, ni plantear coadyubancias pasivas que no van a prosperar, urge una reducción total en las pensiones actuales, que se legisle a presente y a futuro ya que también es un problema de ética política y moral ciudadana.

El país ha vivido una macroeconomía y sobre todo se maneja un índice de inflación artificial, sostenido a base de empréstitos externos, ya las calificadoras de riesgo nos tienen en lista negra y los bancos externos en cualquier momento nos cierran el crédito, si no hacemos algo al respecto la situación se puede volver caótica, hora de actuar.

En virtud de que en las próximas semanas se inician las sesiones extraordinarias, sería una excelente oportunidad para que el Ejecutivo plantee un impuesto alto a las pensiones de lujo, de un cincuenta por ciento, por decir algo, para que a partir de ya, del presente, todas queden en un cincuenta por ciento, es la única forma que hay para que nadie alegue derechos adquiridos y se dé un buen ejemplo de austeridad ciudadana, estamos a tiempo.

Abogado

Revise también

William Hayden

Síntomas de decadencia de nuestra democracia

La seriedad de la política en broma y con fisga William Hayden Quintero Que ilusos …

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *