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Carlos Revilla M.
Hace unos días en una reunión me topé con un muy buen amigo, también liberacionista, y al despedirnos con un abrazo, me dijo —dos veces— «mae, salí del closet», y se fue.
¿Por qué mi amigo me dijo esto?
Primero aclarar que eso de «salir del clóset», no es por mi orientación sexual, ni nada parecido, aquí de lo que estamos hablando es de decir de una vez por todas como será mi voto en las próximas elecciones.
Ciertamente sus palabras no salieron de la nada, junto con él, y otros amigo(a)s y conocido(a)s de la época de nuestras juventud, hemos estado conversando, en un chat de Whatsapp llamado JL 70 (por Juventud Liberacionista de los año 70). Es una relación de muchos años y que realmente, para muchos, trasciende la política y entra en el plano de la amistad, por lo tanto, también hay confianza, y si, a veces nos decimos las cosas sin tapujos.
La discusión los últimos días ha sido, precisamente, el voto. Al haber dejado el propio PLN esta decisión a la libre, ha decantado hacia ambos candidatos. Esto, de los que han anunciado que votarán por alguno de los dos, porque hay otros que han dicho que votarán en blanco o nulo.
Lo anterior da un panorama muy cercano a lo que se vive actualmente en el PLN a pocas semanas de la segunda ronda.
Aclaro, que en este caso, estoy hablando de la militancia/dirigencia, no del liberacionismo de a pie. En una parte de la militancia existe un rechazo hacia Carlos Alvarado/PAC, incluso en algunos hasta podría decirse que hay un resentimiento rayano en el odio.
¿A qué se debe lo anterior? El PAC nace de un cisma del propio PLN, y no fue nada tranquilo, muchas cosas se dijeron en su momento, y muchos buenos militantes se pasaron al PAC. Cuando se hace esto, romper el vínculo para irse, es muy traumático, y solo cortando de tajo se pude lograr el salirse del todo. Una de la forma de lograrlo es renegando de la “vida pasada”.
Así, es como se mantiene vivo con los reclamos que se le hacen al PLN. Claro que en la actualidad eso no es todo, y especialmente ahora que probaron las mieles del poder, hay otras razones también. Pero esto queda para otro análisis.
Todo lo anterior, ha echado más leña a la hoguera del odio y resentimiento entre ambos partidos. Hay que decir, además, que la militancia liberacionista, reciente la persecución, malos tratos, la generalización de las acusaciones de corrupción y otros, que lanza la gente PAC.
Es cierto que las generalizaciones siempre son groseras, pero la realidad es que a pesar de eso, las acusaciones, ya individualizadas, tienen algún merito. Igualmente hacia el otro lado.
En fin, las recriminaciones son de nunca acabar.
Vuelvo a lo de salir del clóset.
En mi caso, no he dicho todavía como votaré, aunque si he defendido que no se debe votar por Fabricio Alvarado, con argumentos que tienen que ver con principios y valores, que siento estaría traicionado si lo apoyara a él.
¿Y cuáles son esos principios y valores?
Pues bien, Manuel Damian Arias, un buen amigo, escribió un mensaje que resume brillantemente mi posición. En el se refiere a un intercambio que se dio entre dos personas, algo que no nos debe distraer, lo importante es el contenido.
Veamos:
“Yo no entiendo, de verdad, por que discuten. Al final, ambos están de acuerdo. Bueno, todavía a don Fernando le doy el beneficio de la duda. Pero, desgraciadamente, todo hace ver que ambos están de acuerdo en votar por Fabricio Alvarado. Es decir, en poner el último clavo en el ataúd del Partido Liberación Nacional.
En otras palabras, y para dejarlo claro, ambos están a favor del fundamentalismo religioso radical y del fundamentalismo salvaje del libre mercado. Resulta absolutamente angustioso, leer como buscan pretextos imposibles, para explicar desde la socialdemocracia, una decisión absolutamente incoherente con los más básicos principios y valores de esa ideología, así como del legado de don Pepe y de Los otros padres fundadores liberacionistas.
Todo sobre la pírrica excusa de sacarse el clavo con el PAC. Al contrario de lo que hace toda la social democracia mundial, que es tratar de detener el avance de la extrema derecha fascista, en Costa Rica el PLN pone a disposición del predicador a sus diputados y a sus supuestos genios económicos.
Afortunadamente, muchos jóvenes y yo, que ya no soy tan joven, tienen el cuadro muchísimo más claro que ustedes y, por lo tanto, siendo liberacionistas y sin renunciar al legado histórico de nuestro partido, están convencidos de que solo hay una alternativa para el próximo 1 de abril, que no es la mejor, pero que es la menos mala. Votar por Carlos Alvarado Quesada. Claro, pero los que son como yo, no tenemos kilometraje y, en los últimos gobiernos, solo se nos ha visto como tontos útiles y pega banderas.
Apostar por restauración nacional, es poner en riesgo la democracia liberal y representativa de Costa Rica. Sin embargo, eso ustedes no lo quieren entender y, de manera absolutamente insostenible, pretenden ir de la mano con don Fabricio para guiarlo en la conducción del país hacia el abismo.
Al conferirle su apoyo, activa o pasivamente, a don Fabricio, ustedes han terminado por comprar las flores que se usarán en el funeral del PLN.
Los que entendemos el calibre de este error, no, mejor dicho, de este horror histórico, no olvidaremos nunca como le vendieron el alma al diablo.
Un partido de centro izquierda, demócrata y progresista, no puede y no debe dar su apoyo a un grupo confesional que, ni siquiera, comparte los más fundamentales valores sobre los que se asienta la definición de República, que se construyó en la revolución francesa y en la independencia de los Estados Unidos. Mejor ni hablar de otros asuntos, como la justicia social, la equidad, el desarrollo sostenible o, principalmente, los derechos humanos.
El silencio cómplice, por momentos cobarde, de otros que piensan como yo, pero que no lo manifiestan públicamente, para no quedar mal con la cúpula, es vergonzoso. Muy triste.
Señores, políticos y empresarios de gran nivel, de amplia trayectoria, no se molesten en contestarme. Yo solo soy un militante de base, probablemente un soñador, que todavía cree en principios y valores que ustedes parecen haber olvidado.
De todos modos, mi humilde opinión, no va a afectar para nada las aspiraciones de don Fernando o los negocios de don Luigi.
Como hijo de la clase media que, en Costa Rica, fue posible gracias a las políticas económicas y sociales solidarias del antiguo PLN, permítanme nada más expresarles mi decepción.
Si don Fabricio es presidente, gracias al apoyo de los liberacionistas, me temo que yo, y otros que piensan de la misma manera, tendremos que buscar otros horizontes. Así de simple. No es una amenaza, todo lo contrario. Es una oda a la nostalgia de lo que una vez fuimos y ya no somos.”
Hasta aquí llega el texto de Manuel. No pude haberlo expresado mejor.
Después de leer lo anterior, me di cuenta que “el mantel no está para tafetanes”, y que llegó el momento de «salir del clóset», y decir claramente y sin ambages: voy a votar por Carlos Alvarado.
Dejo claro eso sí, que esto no significa darle la adhesión al PAC. Sigo y seguiré siendo liberacionista. La coyuntura me hace tomar una decisión, que tengo que reconocer fue más bien fácil, pues no tengo esos odios y resentimientos de algunos contra el PAC, y menos creo que ese partido vaya a enterrarnos, como dicen otros. Si en algún momento, el PLN desaparece del panorama político del país, los únicos culpables seremos los propios liberacionistas y nadie más.
Voz de esperanza y sensatez ante la posición de no pocos, de traicionarse a si mismos, a su partido y su país. Gracias Carlos.