Vía costarricense
Johnny Soto Zúñiga
Sin duda alguna, las lecciones que se deben aprender a raíz del “caso del cementazo”, no pueden quedar en el olvido. En los años 90s del siglo pasado tuvimos la experiencia de los procesos de intervención, cierre y disolución del Banco Anglo Costarricense creado desde 1863. Hoy a 23 años de ese pasaje trágico histórico que debilitó la confianza en el sistema financiero nacional; en especial la banca estatal; hoy vuelve a repetirse hechos que afectan y restan credibilidad de parte de los costarricenses en la administración y funcionamiento de la banca nacional. La gente no necesariamente hace la distinción entre bancos públicos y privados; si no que de una u otra manera le resta confianza.
Con el Banco Anglo, altas autoridades de dicho banco y otros involucrados fueron investigados, enjuiciados y tuvieron sentencias penales que los enviaron a la cárcel. Hoy la historia está parecida; los investigados están con prisión preventiva como medida cautelar solicitada por la Fiscalía, alegando “la magnitud del daño causado por la afectación a la institucionalidad del país”. Acaban de negarles el arresto domiciliario y que se les colocaran tobilleras de control satelital; se les ha privado su libertad; porque se alega que existe el riesgo de fuga por gozar de medios económicos suficientes para una supuesta huída del país; además estando afuera podrían obstaculizar la investigación en marcha. Lo importante, es que la Fiscalía General y con su unidad especializada de investigación del caso del cementazo y otros casos; está realizando las pesquisas, allanamientos y recabando las pruebas testimoniales y documentales, para determinar si existen actos ilícitos o no.
Ante la opinión pública; se nota una Fiscalía actuando con rapidez; y no como era la percepción anterior de que todo se investigaba de manera muy lenta; y que en la mayoría de los casos, se diluían las pesquisas; para que al final se dieran desistimientos, sobreseimientos y falta de pruebas; cuando el caso ya perdía interés; o incluso esta lentitud podrían permitir a los involucrados y actores llegar a esconder o destruir pruebas fundamentales. Vemos que la celeridad en otros países es rápida y aquí al parecer “todo duerme el sueño de los justos” y no pasa nada; nadie sale involucrado y no cometen ningún tipo de delitos (será que estamos ante un sistema demasiado garantista; donde reina la impunidad, en especial las gentes con recursos económicos).
Lo preocupante es como pueden haberse establecido distintas ramas o redes para penetrar los Poderes de la República; y ejercer un tráfico de influencias y cometer de una u otra manera delitos penales y actos administrativos que violentan nuestro ordenamiento jurídico. Esto tendrá que dilucidarse con el avance de las investigaciones que lleve a cabo el Ministerio Público y las instancias judiciales respectivas. Seguidamente traeré a colación los distintos peligros para la institucionalidad democrática y republicana del país que conlleva que grupos organizados o “mafias” tengan acceso a comprar conciencias a funcionarios públicos. No queremos vivir como en otros países donde la división de poderes es muy frágil; y el poder político, empresarial o grupos mafiosos simplemente por tener mucho dinero puedan comprar a los funcionarios para que dicten y ejecuten los actos administrativos a favor de sus espurios intereses.
A manera de ilustración; trascribiremos algunos términos de las organizaciones criminales y su funcionamiento. Mafia es un término utilizado a nivel mundial que se refiere a una clase especial de crimen organizado, extendido desde su origen en el Mezzogiorno italiano a cualquier grupo del crimen organizado, con similares características, independientemente de su origen o lugar de acción.
La Mafia nació en la región de Sicilia, Italia, en donde se autodenominó Cosa Nostra, aunque agrupaciones similares fueron comunes en Irlanda, Reino Unido y Estados unidos. En su origen era una confederación dedicada a la protección y el ejercicio autónomo de la ley (justicia vigilante) y, más adelante, al crimen organizado. Sus miembros se denominaban a sí mismos «mafiosos», es decir, ‘hombres de honor’. Los miembros de los distintos clanes mafiosos emplean una serie de «códigos de honor», inviolables, de los cuales el más conocido es la omertà o ley del silencio.
En nuestro continente americano; tenemos La mafia en EE. UU.; que posiblemente ejerción influencia en el resto del continente; y hoy día vemos en América Latina una gran organización del crimen organizado; lo carteles de la droga y contrabando; etc. Al principio, Gambino, la familia Genovese y la familia Lucchese.
Cada familia está dirigida en última instancia por un Don, que era aislado de las operaciones reales por varios niveles de jerarquía. Según la creencia popular, el asesor más cercano y de mayor confianza del Don era el llamado consigliere (‘consejero’ en italiano). En realidad, el consigliere era el encargado de mediar en las disputas internas. También se ocupaba de la economía del «negocio», aunque un segundo también podría hacerlo. Luego había unos cuantos regimi con un número variable de soldati (‘soldados’), que llevaban a cabo las operaciones reales. Cada regime era dirigido por un caporegime, que informaba al jefe. Cuando el jefe tomaba una decisión, nunca daba las órdenes directamente a los soldados que las llevarían a cabo, sino que pasaba las instrucciones hacia abajo por una cadena de mando jerarquizada. De esta forma, las capas más altas de la organización estaban a salvo de verse implicadas si se capturaba a los miembros de las capas más bajas. Esta estructura fue inmortalizada en la famosa novela de Mario Puzo El Padrino.
El ritual de iniciación surgido en Sicilia a mediados del siglo XIX apenas ha cambiado hasta hoy. El jefe de la policía de Palermo informó que el mafioso que va a iniciarse es llevado en presencia de un grupo de jefes y subjefes. Uno de estos hombres pincha en el brazo o la mano del que está siendo iniciado y le dirá que derrame la sangre sobre una imagen sagrada, normalmente un santo. El juramento de lealtad se realiza cuando la imagen es partida y quemada, simbolizando la aniquilación de los traidores. Esto fue confirmado por el primer Pentito, Tommaso Buscetta.
Un golpe o asesinato debe ser aprobado por los jefes de la familia, ya que existe el peligro de sufrir ataques de represalia que posiblemente iniciasen una guerra. En estado de guerra, las familias «se van a los colchones» (apartamentos en alquiler vacíos en los que unos cuantos soldados dormirían por turnos en colchones en el suelo mientras que el resto se quedarían apostados en las ventanas preparados para disparar a los miembros de las familias rivales).
La mafia estadounidense finalmente llegó a tener un mayor número de miembros italianos no sicilianos entre los más acérrimos y forjó buenas relaciones con gánsteres de otras nacionalidades, distinguiéndose así de la organización original de Sicilia. (Fuente: Wikipedia)
Con estos antecedentes históricos, conocemos que las mafias entrenan gentes; y reclutan “cerebros superiores” al servicio de sus intereses y si lo combinan con la influencia de los políticos; pueden llegar a establecer una “autoridad política superior” de la cual se viene hablando hace muchos años en este país. Incluso ahora están en la picota varios magistrados; donde existe la duda de que si fueron nombrados a cambio de ejercer ciertos actos judiciales a favor de algunos políticos. De ahí la importancia de estudiar la forma de nombramiento de las altas autoridades del Poder Judicial de la Asamblea Legislativa; o que se utilicen otros filtros y procesos; donde no sean los partidos políticos representados que tengan dicha potestad constitucional absoluta.
Todo lo anterior; ha venido generando muchas dudas en la ciudadanía; muy preocupada con los últimos acontecimientos sucedidos en los tres Poderes de la República; donde se ha destapado posibles o supuestas redes de influencia en ellos. Esto ha minado la credibilidad en la opinión pública; y solo nos resta esperar a que las autoridades respectivas realicen las investigaciones de manera transparente en beneficio de la institucionalidad y democracia costarricense.