Pensamientos de José Figueres Ferrer (III)

Vía costarricense

Johnny Soto Zúñiga

Johnny Soto Zúñig

Seguimos con esta tercera entrega del pensamiento político del Caudillo José Figueres Ferrer y fundador del Partido Liberación Nacional, que este 12 de octubre del 2017 cumplió 66 años de su creación y que ha participado desde 1953 en todas las elecciones nacionales hasta la fecha. Este mes ha iniciado formalmente la campaña política conforme lo establece el Código Electoral y la convocatoria del Tribunal Supremo de Elecciones. De ahí la importancia de traer en esta oportunidad algunos escritos sobre materia electoral que consideraba don Pepe Figueres.

En Ambiente Democrático: Todo lo hemos afrontado en un ambiente democrático. El mecanismo electoral es ahora mejor que nunca. La contienda está dirigida por un Tribunal Superior de Elecciones, nombrado por la Corte Suprema de Justicia. Las autoridades son hoy más educadas, más respetuosas y más eficientes que en ninguna época anterior. Hay que tener esto presente cuando se habla de los tiempos viejos. Estamos afianzando el respeto a la dignidad humana. Perseguimos el ideal de hacer del ser ciudadano un ser cada vez más digno y más libre. Para mejorar en lo posible nuestro mecanismo electoral, y recibir el beneficio de la experiencia de otras democracias, el Gobierno ha solicitado la asistencia técnica de las Naciones Unidas.

Para que se vea con ojos mundiales del comportamiento de los costarricenses en el ejercicio del sufragio, se han invitado también observadores políticos internacionales. Son ellos grandes personalidades, exponentes del credo democrático, recomendados por el Secretario General de las Naciones Unidas, de acuerdo con la Comisión de los Derechos Humanos. Este progreso general, con esta paz; este orden con esta libertad; este planeamiento económico y social, con este respeto al sufragio popular; esta vida de hoy, es la Segunda República.

Otros Errores: En estos 10 años históricos, no todas las faltas, ni todos los desengaños, han venido de quienes formaban el régimen derrocado. Bastante mal se han portado muchos de ellos, con invasiones y complots. Pero también algunos de los nuestros han fallado. Tan pronto como terminó la guerra, buen número de gentes acomodadas se resintieron porque cumplimos nuestras promesas de justicia social. Tal vez habían creído que esas promesas eran solamente buenas para hacer discursos. Ciertos políticos de oficio, que en 1947 y 48 ofrecían al pueblo la revolución, mientras procuraban sabotearla, se sorprendieron cuando la revolución se hizo. Después, al ver que tratábamos de gobernar en vez de politiquear, se sorprendieron por segunda vez y se dedicaron a dificultar nuestra tarea.

Todas esas gentes que fueron nuestros aliados de oportunidad, se han aliado después con los dirigentes de los 8 años. Unos y otros se han burlado así de los ciudadanos que les siguieron, en uno u otro bando. Para unos jefes y otros, según se ve, no hubo más que una lucha entre políticos, por conservar el Poder, o por alcanzarlo. Juntos han librado una constante oposición al Movimiento que triunfó en el 48, y que hoy gobierna conforme a un programa consultado con los sufragantes. Lamento decir que no ha sido una oposición digna de la madurez democrática de nuestro pueblo. Han actuado con un criterio simplista, según el cual, el oficio de la oposición es meramente obstruir, no dejar gobernar. Por eso no han hecho nada.

El ejemplo más visible de lo que ha sido la oposición, fue su actitud ante los trabajos urbanísticos de la Avenida Segunda de San José. Promovieron un escándalo porque se ampliaba la avenida. En Costa Rica hay lugares lejanos, como Tilarán y Buenos Aires, que les pueden enseñar a esas gentes el ancho que deben tener las calles de una ciudad. Algo se ha avanzado en nuestro país en el arte de hacer gobierno responsable. Lo que todavía no se conoce, es la manera de hacer oposición responsable.

El Padrón Electoral: No ha sido tarea pequeña poner al día el Padrón Electoral, de manera que todos los ciudadanos estén en condiciones de votar. Durante la crisis de 1940 al 48, se procuró más bien confundir los registros, para facilitar el fraude. Desde la guerra de Liberación, se han hecho grandes esfuerzos por ordenar las cosas. El trabajo se duplicó por la necesidad de inscribir a las mujeres, que votaron por primera vez en 1953. Después del esfuerzo que hicieron los partidos en la campaña pasada, en inclusiones, exclusiones y traslados, yo esperaba que en la contienda actual ya tuviéramos el Registro depurado, con todos los votantes incluidos.

Durante los cuatro años de esta Administración, el Tribunal de Elecciones ha contado con todo el apoyo del Gobierno para realizar su gran labor. Además, la Asamblea Legislativa nombró una comisión mixta de los partidos, para colaborar en la faena electoral. Sin embargo, al llegar la nueva campaña quedaba tanto por hacer, que las agrupaciones políticas ha tenido que emprender otra vez por su cuenta las inclusiones y traslados. Es de suponer que todos esos esfuerzos, sumados al que se realizó durante la lucha de 1953, hayan dejado el Padrón Electoral, si no perfecto, en mejores condiciones que nunca. Los votantes inscritos pasan de 350 mil.

Las deficiencias que aún queden, deben perjudicar por igual, en proporción, a todos los partidos. Es imposible que haya habido parcialidad, en el Tribunal, en los funcionarios del Registro, y en los fiscales que todo lo han vigilado, en nombre de todos los partidos. En la última campaña, de 1953, el partido que eligió al actual gobierno perdió tal vez de 40 a 50 mil votos, por defectos de inscripción. Los contrincantes también se han quejado de que muchos partidarios suyos se quedaron sin votar, en aquellas elecciones. Deben tener razón. Las pérdidas deben haber sido proporcionales al número de sufragantes de cada cual. En esta elección del próximo domingo, también se quedarán ciudadanos sin votar por inscripciones imperfectas. Pero no hay duda de que el Padrón Electoral está ahora más completo que nunca.

Para el futuro, tal vez, con la ayuda técnica de las Naciones Unidas podamos adoptar métodos más sencillos, o más expeditos, para mantener, siempre al día, el Registro de votantes. Por ahora, el Tribunal superior de Elecciones ha hecho lo más que ha podido, y el Poder Ejecutivo, muy interesado en mejorar el mecanismo electoral, no podía, por ley, hacer otra cosa que suplir fondos de acuerdo con la Asamblea y facilitar el trabajo de los Magistrados.” (Discurso del 29 de enero de 1958)

Hasta aquí con estos pensamientos de don Pepe Figueres; en materia electoral, luego de 10 años de haberse dado los acontecimientos trágicos de 1948; y como en ese tiempo observaba el avance y la consolidación del sistema electoral. Es muy oportuno para el análisis de nuestra historia patria, y el fortalecimiento de la democracia y el Tribunal Supremo de Elecciones que garantiza la pureza del sufragio.

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