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Carlos Revilla Maroto
Recientemente “subieron” a un grupo de Facebook de fotos antiguas, una placa de obra pública de la administración Figueres de 1953-1958. No se ve tan mal, está en una columna de la antigua iglesia de Llano Grande Cartago, que por cierto se mantiene en pie, porque la declararon patrimonio, curiosamente detrás de la nueva.Aunque interesante, hay muchas en el país. Esa administración de Figueres duro cuatro años y seis meses, esto con la finalidad de “normalizar” el calendario político y electoral, que había cambiado a la fuerza, después de los hechos de la guerra civil. En ese primer Gobierno constitucional de don Pepe, se hizo mucha obra pública, por lo que no es de extrañar que hayan placas. Una de mis favoritas es la que está en el centro de salud de Frailes de Desamparados, donde parece que hasta le dan mantenimiento, pues se ve como nueva. Son muy bonitas, con el escudo de Costa Rica.
Pero, lo que si es muy interesante y una rareza, es encontrar alguna placa de obra pública de la Junta Fundadora de la Segunda República, esto porque solo estuvo en el poder por 18 meses (año y medio) y es muy difícil en un período de tiempo tan corto hacer obra. Agreguémole también a eso, el estar saliendo de una cruenta guerra civil, lo que dificultaba aún más el poder hacer cosas.
El ministro de obras públicas de la Junta era don Chico Orlich, quien a la postre llegó a ser —como sabemos— presidente de la República. En aquellos tiempos ser ministro de obras públicas o de fomento como se le decía antes, era quizás uno de los puestos más apetecidos por los políticos, porque era algo así como la antesala para una posible candidatura presidencial. Nada que ver con ser ministro en estos tiempos modernos, donde más bien, es un sacrificio con posibilidades muy altas de salir «quemado», es decir desprestigiado, y con la carrera política truncada.
Bueno, pues me encontré una de esas placas en el pueblo de San Cristóbal Norte, cerca de «La Lucha» y San Cristóbal Sur, aunque como la topografía en esos lugares es muy quebrada y difícil, se sienten casi como separados, hay que dar una vuelta muy grande para pasar de la parte Sur a la Norte o viceversa o aventurarse por alguno de los caminos directos, que están en muy mal estado.
A San Cristóbal Norte se puede llegar por el lado de Santa Elena (entrando por Desamparados) o por la Interamericana (vía Cartago), por donde es más sencillo, pues por el otro lado es como se dice ahora una carretera de características geométricas restringidas o para decirlo a lo tico, con muchos vericuetos y el terreno muy quebrado.
Lo construido en la época de la Junta, es la sede de la policía o resguardo, como se le decía en esa época, aunque la construcción, según atestigua la foto que tomé hace como 15 años, dice «Guardia Rural», algo que ya no es correcto, pues esta desapareció hace algunos años al unificarse las policías en la ahora llamada «Fuerza Pública», cambio que atestigua una imagen más actual.
Curiosamente la placa no está directamente sobre la edificación, más bien a la par, en lo que parece ser un pedestal con un asta, donde deben poner la bandera de Costa Rica.
Aunque no hay registro que San Cristóbal Norte haya tenido actividad bélica durante la Revolución del 48, como si la tuvo la parte Sur; es famosa la batalla que se dio en ese pueblo, por ser la primera y la única en que participó directamente don Pepe. Es posible que por su cercanía al lugar donde estaban las fuerzas del gobierno en la Interamericana, conocido como La Cangreja y Casamata, este fuera tomado militarmente y destruyeran el edificio del resguardo, de ahí la nueva construcción de la Junta. Ese escenario de guerra fue tomado, recuperado, y vuelto a tomar varias veces por el ejército rebelde y las fuerzas del Gobierno. Además en esa época San Cristóbal Norte debió ser solo un caserío.
El pueblo es bucólico y, fiel reflejo de la campiña costarricense, con una iglesia muy bonita. Vale la pena una visita, no queda tan largo.