Desde mi perspectiva
José Francisco Bolaños Arquín
La Caja Costarricense del Seguro Social es una de las principales instituciones en nuestro país y su solidez es vital para mantener y mejorar la estabilidad, económica, política y social que todos añoramos.
Sin embargo, un estudio realizado por la Universidad de Costa Rica, alerta que las reservas del régimen de Invalidez, Vejez y Muerte, se podrían agotar en el 2030, si no se hacen los ajustes necesarios para revertir ese proceso.
Ante esta problemática hay que tener muy presente que el envejecimiento de la población es una realidad latente, que para el 2015 era del 11% y para el 2030 será del 15% de una población de unos 5.600.000 habitantes. La población estimada para el 2050 rondará los 6.500.000, en donde 1.690.000 ciudadanos serán adultos mayores, o sea un 26% y si a esto le agregamos que la tasa de fecundidad actualmente es del 1,8 hijos por mujer en edad fértil y para el año 2050 de continuar esa tendencia será de solamente de 0,1 hijos.
La Junta Directiva de la Caja Costarricense del Seguro Social, tomó el acuerdo que en principio regiría a partir de 1 de junio de este 2017, el cual consiste en aumentar la cotización de 1,5 millones de trabajadores asalariados, al pasar de 2,84% al 3,84%, o sea un punto porcentual a las cuotas de los trabajadores y así incrementar los ingresos anuales del Régimen en unos ₡100.000 millones de colones. Sin embargo, en la sesión del 25 de mayo, la Junta Directiva decidió aplazar el acuerdo por una semana, con el propósito de analizar las propuestas presentadas por los diferentes gremios sindicales.
Si se toma como ejemplo a un trabajador no calificado que cuenta con un salario mensual de ₡293.133 colones, el aumento del 1% le significaría ₡2.931 colones, que indudablemente afectará de forma directa una rebaja en su ingreso mensual, lo mismo le ocurrirá al resto de los trabajadores.
Por otra parte tenemos al sector informal que afecta a unos 940.000 trabajadores (principalmente jóvenes y mujeres jefas de hogar o mayores de 45 años), un 45% de la fuerza laboral que no encuentra trabajo, con el agravante que la gran mayoría no cuenta con seguro social.
En este sentido, considero importante buscar la forma de facilitar el ingreso a este numeroso sector, al cual se le aplicaría una tarifa diferenciada, por lo menos en un principio, (monto que se debe fijar de acuerdo con un estudio) y así tanto el asegurado y sus familias tendrían una atención oportuna en los centros de salud, esto con el propósito de ir mejorando su cotización para que en un futuro pueda acceder a una pensión.
Es necesario además, incentivar la afiliación a la CCSS de emprendedores, deseosos y dispuestos a desarrollar su propia empresa y aplicarles un cobro escalonado para los primeros cinco años, lo que podría ayudarlos a consolidar su mipyme, fuente generadora de empleo y de riqueza.
En relación con Trabajadores Independientes, es primordial flexibilizar y disminuir los requisitos y así atraer un importante número de ellos, entre los que se encuentran en su mayoría jóvenes profesionales y técnicos.
Al Banco Popular y Desarrollo Comunal, creado en junio de 1969, se le gira mensualmente el 1% del salario de cada trabajador como ahorro obligatorio y el 0,5% por parte del patrono. Considero que el Banco Popular está en una situación económica y financiera muy sólida; por lo que se podría contemplar la posibilidad de traspasar ese monto, parcial o total para que lo administre el Régimen de IVM.
Ante esta realidad, la corresponde a la Junta Directiva de La Caja Costarricense del Seguro Social buscar las estrategias y los mecanismos adecuados para atraer nuevos ingresos, que con una excelente administración y planificación financiera, poder tomar la decisiones adecuadas y así asegurarle a los trabajadores, la solvencia del Régimen de Invalidez, Vejez y muerte y la seguridad que tendrán su pensión cuando alcance las cuotas y la edad de retiro para tener una vejez digna.
“Se debe actuar con prontitud, el tiempo apremia”
Administrador de Negocios