Vía costarricense
Johnny Soto Zúñiga
En estos días de reflexión, un tema de suma importancia para todos los seres humanos es preguntarse por el concepto de “eternidad”; que va relacionado con la creación del Universo, de nuestro mundo, de los seres vivientes en esta tierra. Para los que somos teístas, que creemos en la existencia de Dios como el Eterno, Infinito y creador de todas las cosas, del tiempo, del pasado, presente y futuro. Para nosotros Dios es todo y nada existe si no es por su mano infinita (Monoteísmo, sólo existe un Dios). Partiendo de esta premisa y creencia, no tenemos ningún problema para comprender, razonar y ver todos los asuntos mundanos de aquí y del más allá si conocemos que Dios es eternamente existente; siempre está; como dicen podría ser el “presente continuo”, es Eterno, Infinito, Omnipotente y Omnisciente; no se acaba nunca.
Se dice que el concepto de eternidad proviene del latín aeternitas, relacionado con el de inmortalidad, de duración infinita y sin límites; donde no existe el tiempo; está fuera del tiempo. Diversos filósofos han reflexionado sobre este concepto. Por ejemplo Aristóteles trata de demostrar que la materia, el movimiento y el tiempo deben haber existido y existirán. El cristiano San Agustín escribió que el tiempo existe solo dentro del Universo creado, de manera que Dios existirá fuera del tiempo, ya que para Dios no existe pasado ni futuro, ya que es un Eterno presente; es decir siempre está, siempre ha existido; es infinito. Los seres humanos mueren en cuerpo; lo único seguro que sabemos es la muerte; que algún día terminamos nuestros días en este planeta tierra. Entonces surge y le damos preponderancia a la mente, a la sabiduría y creemos que existe el alma o ánima o espíritu que sería infinita y es la búsqueda de la unión con Dios.
Sin embargo, aunque al morir enterramos el cuerpo; en realidad el alma o espíritu sigue; incluso algunos sabios y pensadores le dan poca importancia al cuerpo físico, considerándolo una parte más del sueño de la materialidad. Por eso es de suma importancia creer en que existe el alma y el espíritu; mientras elevemos nuestras oraciones a Dios El Eterno; todos somos una chispa de Dios; y nos unimos con El. Esto se denomina “práctica espiritual en la corporeidad”. Mientras vivamos en este mundo nuestro cuerpo es importante y lo tenemos que utilizar para todo; no obstante la espiritualidad es lo más fundamental para nuestra unión con El Eterno. Como señala Likkutim Yekarim: “El Bendito Creador es infinito y rodea los mundos. Nosotros siempre estamos caminando en Dios, Bendito sea Él, y no podríamos hacer ni un solo movimiento sin el influjo y el flujo de vida de Dios.”
También debemos referirnos a lo que han escrito los científicos sobre el concepto de eternidad. “Para el físico Isaac Newton el tiempo es absoluto, verdadero y matemático, y fluye con independencia de todo otro fenómeno. Newton relaciona la eternidad con Dios:
Él es eterno e infinito, omnipotente y omnisciente; esto es, su duración se extiende desde la eternidad a la eternidad y su presencia del infinito al infinito.
La moderna teoría de la relatividad una descripción física del universo y del tiempo, en la cual éste es relativo al marco de referencia de la observación; asimismo, pasado y futuro podrían de alguna manera coexistir con el presente. La teoría presentista describe el universo en relación con la llamada invariancia galileana, en la cual solamente existe la duración presente. Este concepto, el presentismo se halla muy extendido en la actualidad. La postura contraria (no existen límites entre pasado, presente y futuro) viene representada por el llamado eternalismo.
La física moderna, de tendencia más bien eternalista, describe el comienzo físico del universo como una gran explosión, o Big Bang. La NASA ha sido capaz de verificar la época del origen del universo a partir de la reciente detección de la radiación de fondo emanada por el Big Bang. El tiempo, el espacio y la materia surgieron hace alrededor de 13.000 millones de años (otras fuentes lo sitúan entre 10.000 y 15.000 millones de años). La ciencia determina que, desde su origen, el tiempo se ha movido en una única dirección, o flecha del tiempo. En este modelo, el pasado precede al presente, que a su vez precede al futuro.” (Ver Wikipedia)
“El físico y divulgador Brian Greene en su libro El tejido del cosmos, explica el concepto de eternidad dominante en la física desde Einstein, quien calificaba el tiempo de “ilusión pertinaz”. Esta eternidad física sería inmanente al propio universo, no trascendente, como pretenden las religiones. La argumentación de Greene parte de la relatividad, que ha demostrado que los momentos pasados o futuros no pueden ni deben ser interpretados como menos reales que el pretendido momento presente. De este modo, el tiempo ha de entenderse como un todo que excluye las fronteras entre pasado, presente y futuro, todo, pues, indiviso, aunque fundido con el espacio (véase Eternalismo).
De la misma manera que imaginamos que todo el espacio está realmente ahí fuera, que existe realmente, también deberíamos imaginar que todo el tiempo está realmente ahí fuera, que también existe realmente. Pasado, presente y futuro parecen ser ciertamente entidades distintas. Pero, como Einstein dijo en cierta ocasión: «Para nosotros, físicos convencidos, la distinción entre pasado, presente y futuro es sólo una ilusión, por persistente que sea». Lo único que es real es la totalidad del espacio tiempo.” (El tejido del cosmos, Ed. Crítica, 2010, p. 183-184)
“En su libro La teoría del todo, el físico Stephen W. Hawkins expone la hipótesis más novedosa. Sin estudiar directamente el tema de la eternidad, propone, partiendo de la relatividad general y la mecánica cuántica, un modelo de universo difícilmente concebible, el cual, por un lado, es “finito en el espacio y el tiempo” pero, por otro, está exento de bordes o fronteras, es decir, no tiene principio ni final definidos. La mecánica cuántica permitiría la no existencia de singularidades —singularidades como el «principio» (big bang) o el «fin» (big crunch).
Hawking compara este espacio con la superficie esférica de la Tierra, finita en extensión pero sin bordes o fronteras, aunque asignándole dos dimensiones extra, incluyendo la cuarta dimensión temporal (con lo que parece sugerir lo que se ha definido como hiperesfera).
Hawking concluye:
La teoría cuántica de la gravedad ha abierto una nueva posibilidad. En esta, no habría ninguna frontera para el espacio-tiempo. […] No habría singularidades en las que las leyes de la ciencia dejaran de ser validas ni bordes del espacio-tiempo en el que hubiera que apelar a Dios o alguna nueva ley para establecer las condiciones de frontera para el espacio-tiempo. Se podría decir: “La condición de frontera del universo es que no tiene frontera”. El universo sería completamente autocontenido y no estaría afectado por nada fuera del mismo. No sería ni creado ni destruido. Simplemente sería.” (La teoría del todo, Ed. Debolsillo, 2009, p. 103-104. Ver tema en Wikipedia)
Finalmente, todos los seres humanos que creemos en Dios El Eterno; lo primero que debemos hacer es amarse a uno mismo, amar al prójimo y hacer siempre el bien. Si Dios Es Todo, El Infinito, nuestra alma y espíritu se unirá con Dios en la Eternidad; este es el principal vínculo de unión, del amor que no tiene límites, se siente amor por el Ser Infinito, nuestro corazón, la devoción y la bondad, a la oración; es la transformación profunda que requiere la participación del corazón.