Para quienes siguen hablando de los confites de don Pepe

Bazar digital

Carlos Revilla M.

Carlos Revilla

Soy miembro de un grupo en Facebook para compartir fotos antiguas de Costa Rica. El nombre es un poco rimbombante “Costa Rica Antigua vista por el lente fotográfico de la Historia”, aunque esto es un mero detalle, en realidad es un buen grupo y se comparten muchas imágenes muy interesantes y valiosas, con el aporte desinteresado de sus miembros.

A través del tiempo he coleccionado muchas fotos antiguas, tanto para mi sitio web de historia como para el dedicado a los sucesos del 48, y aún antes de existir internet en el país, ya tenía una considerable colección de ellas.

Siempre he creído que las fotos son para compartir, ¿qué se gana teníendolas guardadas para verlas solo uno? nada, por eso es que las publico, y ahora con el auge de las redes sociales, las comparto en el grupo de Facebook. Las fotos son historia, incluso las actuales de edificios viejos o placas y monumentos, que nos recuerdan hechos y personajes pasados.

No quiero extenderme mucho en esta introducción, que es solo eso; en realidad quiero hablarles de una experiencia derivada de la publicación de algunas de esas fotos.

Empiezo por lo obvio, pero creo que es una aclaración o declaración que considero necesaria, aunque la mayoría de mis lectores lo saben, y además es algo que nunca he ocultado: soy liberacionista, hijo de un miembro del Centro para el Estudio de los Problemas Nacionales, precursor directo del PLN. Esto lo hago para marcar la cancha, y no andar con falsos pudores, como otros, que no dicen con quien están, cuidando una supuesta reputación, y pregonando objetividad (que no la tienen por ningún lado).

También quiero decir, que nunca he trabajado en el gobierno, ni me ha nacido hacerlo. Y si, fui orgullosamente, en mi juventud, pegabanderas, pero no con la connotación peyorativa que le quieren dar ahora. Lo fui de corazón, sin esperar nada a cambio, porque creía (creo) en liberación y lo que hace.

Y por último, soy un socialdemócrata convencido.

Eso si, todas mis anteriores “confesiones”, no me han inhibido para nada de ser crítico, y decir la cosas que pienso sobre mi partido, cuando lo he considerado necesario.

Dicho lo anterior, vuelvo a las fotos. Muchas de las que tengo en mi colección son, por supuesto, fotos de don Pepe y relacionadas con la época de la Revolución del 48. Debo tener una cifra cercana a las mil. Las últimas semanas me he dedicado a «subir» algunas de las mejores al grupo.

Con esto de las fotos, ha pasado algo, que al final de cuentas, tengo que reconocer, me sorprendió un poco; no lo esperaba en la magnitud que se dio o se está dando, porque siguen los comentarios, aun después de varios días. Ingenuamente creí que irían a ver las fotos, sin meterse en política o politiquería. Mis respetos para los que sí aprecian las fotos, y ven solo su lado histórico, que por dicha son la gran mayoría de los participantes.

Si quieren ver una de esas fotos con sus comentarios, pueden hacerlo aquí.

Don Pepe es una figura histórica, murió hace más de 25 años y los sucesos del 48, ya casi cumplen 70 años de ocurridos. Tiempo suficiente que lo hacía a uno pensar, que la división creada por el conflicto ya había terminado, y que se podía hablar de ese tema desapasionadamente. Pero con sus fotos, unos pocos se la han pasado insultando, y especialmente diciendo cosas, que las repiten como loras.

Hay dos formas de joder, una por mala fe, y otra por incomprensión o ignorancia. De las dos, la peor es la primera. Como dijo el propio don Pepe en la “Segunda Proclama de Santa María de Dota”: “…niego todo derecho a calificar de reaccionario, burgués o retrógrado al movimiento nuestro. Solo puede juzgársenos así por mala fe o incomprensión. Contra la mala fe, tenemos balas y contra la incomprensión, tenemos razones…

Si es el caso de joder por incomprensión o ignorancia, se disculpa, y uno trata de enseñarle a la persona o personas que están equivocadas o por lo menos de dejar claro el punto, con la esperanza de que en algún momento les “caiga la peseta” (entiendan), como se decía antes. Si es joder por mala fe, por supuesto no pretendo emular literalmente a don Pepe, con aquello de “contra la mala fe, tenemos balas”, pero si desmitificar algunos argumentos de estas personas, que con el correr del tiempo se han convertido en una especie de leyendas urbanas, que la gente está terminando por creer, pero que son falsos o están distorsionados.

Uno de estos argumentos espurios y de mala fe es el de “me lo comí en confites”, que le endilgan a don Pepe, y cada vez que pueden lo sacan a relucir, con el afán de demeritarlo. Primero reconocer, que si, efectívamente don Pepe dijo esa frase. Pero ese no es el problema, es como la sacan de contexto, y no explican cuales fueron las razones para esa expresión, únicamente apuntando que eso lo dijo cuando le preguntaron sobre el uso de unas platas.

Pero quién mejor para explicarnos este asunto de los confites, que uno de sus hijos Mariano Figueres Olsen. A continuación reproduzco un artículo que escribió hace algunos años sobre el tema, y que me parece pone todo en su correcta y justa dimensión.

La verdad sobre los confites de don Pepe

Mariano Figueres Olsen

Cada de vez en cuando sale algún bocón irresponsable queriendo ofender a don Pepe Figueres con la famosa frase suya de “me los comí en confites”. El último ejemplo que veo es de un columnista de apellido Madrigal, en el medio digital Elpais.cr. Se deja decir este señor (a quien también le he visto buenos artículos), que don Pepe “había justificado la inversión de fondos públicos en confites”. No sea tan bocón. Eso es mentira. No sea tan poco hombre en ofender a quién no está para contestarle. Don Pepe no está pero le sobra quién lo defienda.

Los que hicieron famoso el cuento de los confites, son los de La Nazión, y cada vez que pueden lo vuelven a sacar a relucir. Producto de eso, hasta jovencitos sin fundamento he visto ofendiendo con el tema. No hay peor pecado que ser tontico. Es parte de la obra de La Nazión: desinformar, engañar, manipular a la gente, todo por tratar de ser quienes gobiernan en este país. Nunca podrá La Nazión perdonarle a don Pepe que en 1948, en el San Luis Gonzaga, en Cartago, cuando sus enviados le ofrecieron a don Pepe que se quedara de dictador si quería, pero que gobernara con ellos y por sus intereses, comenzando por abolir las Garantías Sociales, don Pepe los mandara rapidito para la casa y les enseñara el guayabo.

A la historia. Don Pepe hizo empresas y proyectos para servirle al país. Las empresas públicas que desarrolló las hizo como funcionario público, con recursos públicos, y a veces hasta con recursos privados. Las empresas privadas que formó las hizo con fondos privados, y jamás con fondos públicos.

Entre los tantos proyectos que don Pepe emprendió, hubo varios en reforestación, en tiempos en que las motosierras arrasaban con bosques en todo el país. Fueron muchas las horas de trabajo y estudio, y varios los escritos y publicaciones que sobre el tema generó don Pepe. Los camiones de La Lucha orgullosamente portaban en sus puertas el emblema: “Por cada árbol que cortamos, sembramos 100”. Quisiera saber de alguna empresa maderera que pudiera decir lo mismo. En esa época, y dentro del ámbito de empresario privado, don Pepe planteó que se podría ayudar a la Sinfónica Juvenil del país, con el aporte de alguna finca que se dedicara sosteniblemente al negocio de la madera. Fue así como se propuso conseguir fondos, privados, para tal fin. Dos amigos estadounidenses le ofrecieron a don Pepe financiar el proyecto (luego una Asociación privada), y así lo hicieron, en el ámbito privado. Jamás hubo un solo cinco de fondos públicos involucrados en el proyecto, ni en su inicio ni en su manutención. Cuando los fondos de los donantes estadounidenses se acabaron, don Pepe siguió adelante con su cometido, con fondos personales, propios, privados, de sus empresas. Nunca esa finca ha dado una pulgada de madera o un cinco de beneficio a las empresas de La Lucha. Así era don Pepe, aunque a los mezquinos les cueste creerlo o aceptarlo.

Buscando siempre cómo “joder” a don Pepe, algún periodista (creo que de la Nazión) le preguntó en una ocasión por “las platas de la Sinfónica”. don Pepe, impaciente siempre con la estupidez, gozador de un humor muchas veces sarcástico, y a sabiendas de que se trataba de inversiones privadas, en un desarrollo privado, no le quiso dar importancia, contestándole: “Eso me lo comí en confites”. Claro, el pobrecito periodista, sintiéndose ridiculizado, se fue directo a inventar una novela. Y si no es novela, que alguien, quien sea, por favor, que me demuestren de qué partida del erario público nacional salieron los fondos que con total irresponsabilidad reclaman. Papelitos hablan, decía don Mario Echandi. No pueden demostrarlo sencillamente porque nunca fueron fondos públicos. Pero así escribe La Nazión la historia, trata de meternos en la mente puro veneno, disfrazado de confites. Que le critiquen otras cosas a don Pepe, porque era solo un ser humano, aunque enorme ser humano. Pero el cuento de los confites de don Pepe, es porque los confites eran de don Pepe.

Como ven, este asunto de los confites de don Pepe, lo usan solo para joder de mala fe. No voy a pretender ser un iluso y creer que con esto dejarán de hacerlo, que va, y menos ahora que José María Figueres, su hijo, tiene fuertes aspiraciones presidenciales, y que pareciera lleva ventaja para ganar la convención de abril de este año, y ser el candidato presidencial del PLN para las elecciones de febrero del 2018.

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4 comentarios

  1. Carlos Francisco Echeverria

    Creo que la frase de don Pepe es mucho más antigua que lo que cree el propio Mariano. Debe ser de los años 50, porque recuerdo haberla escuchado cuando yo era un niño, mucho antes de todo lo de la Sinfónica.

    • Carlos Revilla Maroto

      Si, no fue la primera vez que la usó. Me han dicho que también lo hizo con la plata que recibieron las empresas de La Lucha como indemnización, por haber sido destruidas en la guerra por el gobierno. De nuevo, don Pepe podía hacer con esa plata lo que quisiera, eran sus confites como muy acertadamente dice Mariano. Me parece que utiliza el último refrito de la frase, para ser actual, y no tocar temas ya muy viejos y de los que seguramente ya nadie se acuerda. Bien por la observación, totalmente válida, que me da oportunidad de hablar un poco más del tema.

      • Ana Cecilia Villalobos Vargas

        Gracias por aclararme ese asunto…ahora si tengo la verdadera información sobre los confites de «Don Pepe».

  2. Carlos Manuel Hernández Herrera

    Para definir a don Pepe, es menester haberlo conocido y, más aún, haber palpado sus principios. Era el año 1947, y a Cartago, llegó don Pepe. La huelga de Brazos Caídos, estaba en su apogeo, y en el parque de esta ciudad, con claridad y decisión dijo: “se impone el sacrificio y, llegará la hora de hacerlo” todos los jóvenes que le escuchábamos… cuando la hora llegó, marchamos a cumplir con ese compromiso patriótico. Don Pepe despertó en la juventud una actitud decidida y en defensa de los mejores ideales. Han transcurrido 70 años y los que nos acercamos a los 90 años, evocamos esos momentos sublimes e históricos.

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