El deterioro de los índices sociales y económicos

Ágora*

Guido Mora

Guido Mora

Desde los inicios de este Siglo XXI, se ha presentado un deterioro significativo en los índices macro y micro económicos, acompañado del empobrecimiento de las condiciones sociales de grandes sectores de la sociedad costarricense.

Considerando el impacto de la crisis económica mundial y, al margen de la problemática que ésta generó, hemos observado un significativo incremento de la pobreza. Según lo establecen importantes institutos de investigación social: Costa Rica es el país de América Latina donde en los últimos años, se ha generado el mayor aumento del Coeficiente de Gini, que mide el crecimiento de la desigualdad entre los sectores más favorecidos y los menos favorecidos de la sociedad.

Ha crecido la corrupción y han disminuido las inversiones en infraestructura social. Se ha deteriorado la infraestructura vial, sin que se hayan propuesto alternativas de renovación o sustitución de obras.
El sector público se ha vuelto más ineficiente y el sector privado está atado a un sin número de requisitos y tramitología, que frena su crecimiento.

Los tratados de libre comercio han deteriorado las condiciones de la industria nacional, poniendo a competir economías desiguales, con reglas de juego similares. Como poner dentro de un ring de boxeo a un peso pesado, contra un peso pluma, donde el peso pesado, de un “guantazo” saca del ring a su contendiente.

Los comerciantes, el sector financiero y los importadores han sido favorecidos, en detrimento de actividades económicas que generan producción y empleo.

Nuestros países compiten en desventaja en el proceso de intercambio de mercancías, por efecto de las economías a escala y el tamaño de los mercados –tanto por la poca población, como por la escasa capacidad adquisitiva-. La aplicación de la tecnología en el aparato productivo, hace que los costos de producción en los países desarrollados sean en muchos casos, menores que los de nuestras empresas.

Se ha deteriorado la calidad de la educación, tanto en escuelas como en colegios. Ni que decir en universidades, en donde los títulos se compran pues la educación ha perdido el objetivo de formar y se ha convertido en un negocio, que no tiene escrúpulos en engañar a miles de jóvenes que pagan cada cuatrimestre, las fortunas que les imponen estas empresas privadas, dedicadas a este “lucrativo negocio”.

La calidad de las instituciones encargadas de velar por la salud de todos los costarricenses, también se ha deteriorado. La Caja Costarricense de Seguro Social está escapando de una quiebra técnica, sin saber si podrá recobrar la estabilidad y el funcionamiento normal, a pesar del ataque premeditado e irresponsable al que fue sometida.

Sé amigo y amiga que a Usted, igual que a mí nos duele ver el deterioro que ha tenido el país en estos últimos 15 años, para no mencionar los problemas que enfrentó nuestra sociedad la última década del siglo pasado.

Pero entonces, déjeme decirle una verdad de perogrullo: ¿Saben ustedes quienes son los responsables de esta situación?, “Los responsables del deterioro de los índices de salud, de educación, de infraestructura, del incremento de la pobreza, de la desigualdad social y de transformar nuestro país en una sociedad excluyente, son los políticos que nos han gobernado durante todos estos años”. ¿Le sorprende esta respuesta? No debería.

Porque los responsables de esta realidad son todos estos personajes, contemporáneos, quienes hoy levantan su cara mostrando un semblante de inocencia, al hablar desde su curul en la Asamblea Legislativa, para hacernos creer que no son culpables de nada de lo que ha ocurrido en nuestro país, mientras ellos han sido Gobierno o mientras han cogobernado.

Son quienes habiendo ganado las elecciones, han ocupado y se han turnado en puestos de presidentes, ministros, de diputados o de presidentes ejecutivos. Quienes, con sus acciones o sus omisiones, mientras ejercían el Gobierno de la República, han puesto en práctica medidas económicas y sociales que les fueron impuestas, o que se pusieron en ejecución, con el propósito de devolver el favor a los grupos económicos, por la contribución que les otorgaron durante la campaña política.

Y ante todo aquellos quienes, desde su posición de Presidente de la República, orientaron las acciones, para impulsar medidas que, a lo largo de los años, sólo han hecho que en vez de que lográramos “costarriqueñizar” Centro América, permitieron que hoy Costa Rica se haya “centroamericanizado”.

Quienes en detrimento de las ideas socialdemócratas impulsadas por la Junta Fundadora de la Segunda República y el preclaro pensamiento de José Figueres Ferrer y los padres fundadores del Partido Liberación Nacional, destruyeron las características que hacían diferente a Costa Rica, del resto de las economías Centroamericanas.

Los autores de este sensible deterioro no son los sectores sociales, ni los sindicatos, ni las cooperativas. Ni la burocracia estatal, ni las convenciones colectivas. Estos sólo se han aprovechado del clientelismo político y de la corrupción, impulsada por los grupos que se han turnado en el ejercicio el poder político.

Los responsables de esta situación son los políticos actuales, los que usted y yo vemos hoy reclamando espacios o deseando figurar, con el afán de repetir el puesto político que ya desempeñaron. Son ellos quienes han gobernado y administrado la cosa pública, en beneficio de pequeños grupos económicos que les son afines y a los cuales representan.

Ellos y los medios de comunicación que se han encargado de montarnos imágenes falsas de lo que simboliza cada político y cada partido.

Ahora les pregunto, si no nos gusta el estado de cosas prevaleciente, ¿Qué vamos a hacer para cambiarlo? Y, ¿qué harán ustedes, señores políticos, para recobrar la confianza de los costarricenses?

Permítanme terminar parafraseando al famoso físico Albert Einstein: “Si quieres obtener resultados diferentes, no hagas siempre lo mismo”.

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* El Ágora era el centro de la actividad política, administrativa, comercial y social de la antigua Atenas.

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