José Francisco Bolaños Arquín
Costa Rica destina un alto porcentaje de su presupuesto al desarrollo social, alrededor de un 6.3% a educación y el 7% a salud del PIB, cuatro veces mayor que el resto de los países centroamericanos.
Sin embargo, la pobreza se ha mantenido estable con algunos incrementos en los últimos años y se ubica en el 22% y el desempleo en 10%, afectando unas 220.000 personas, situación que está perjudicando mayoritariamente a jóvenes y madres solteras.
De acuerdo con la última encuesta de opinión efectuada por el Centro de Investigación en Estudios Políticos de la UCR, en el mes de agosto de 2015, el 29.4 de los encuestados señalan el desempleo como el principal problema que afecta nuestro país.
Para agravar esta preocupación, la inversión extranjera directa ha venido disminuyendo y tenemos que en el 2013 fue de $2.676.7 millones de dólares, en 2014 se redujo en $570.9 millones para un total de $2.105.9, o sea un 21% menor y algunas empresas han decidido trasladar su operaciones a otros países. Ante esta situación, el Gobierno debe diseñar nuevas estrategias, fortalecer los mecanismos y condiciones que nos permitan competir con éxito en la atracción de inversiones.
Estas empresas en un alto porcentaje contratan jóvenes altamente calificados (técnicos y profesionales) y muchos con dominio de idiomas, principalmente el inglés, pero al haber menos inversiones, se verán reducidas las posibilidades a los nuevos graduados.
El jueves pasado se efectúo una feria del empleo en el Parque Nacional, con una oferta de trabajo de unas 1.500 plazas, pero según cálculos la cantidad de oferentes fue de alrededor de 13.000 personas, muchos de ellos acudieron desde la madrugada para ser los primeros en ofrecer sus servicios.
La mayoría de los puestos que se ofrecían eran para personas con estudios básicos. Aunque la actividad fue todo un éxito para los organizadores, deja una gran preocupación, porque refleja la crisis que vive el país ante una falta de oportunidades laborales.
La micro, pequeña y mediana empresa sin ninguna duda, tiene una gran importancia dentro de nuestra economía y como fuente generadora de empleos. Es necesario integrarla al sector moderno y conseguir con ello un mayor impacto en el desarrollo, el 94% del sector empresarial pertenece a este sector, contribuye con el 32% del PIB y genera más del 50% del empleo privado.
Sin embargo, al desarrollo de las mipymes se destina el 8.6% de los préstamos bancarios y en el futuro inmediato se dificultará aún más ya que la Superintendencia General de Entidades Financiaras (SUGEF), solicita más rigor en los análisis de endeudamiento y valor de las garantías. Si a esto le sumamos la limitada participación de algunos bancos estatales a formar parte de los fondos y los programas del Sistema Banca para el Desarrollo (SBD), será un nuevo inconveniente. Algunas organizaciones como el sector cooperativo, está trabajando coordinadamente con el SBD y el Banco Popular con políticas dirigidas a su desarrollo.
Nos encontramos ante una realidad nacional, que puede complicarse en el mediano plazo; así las cosas, es necesario que los bancos estatales destinen mayores recursos, facilidad al acceso y dispuestos a obtener menor rentabilidad, con el propósito de generar un mayor y positivo impacto social y lograr una distribución más equitativa de la riqueza.
El Banco Central informa que desde hace más de un año, la disponibilidad de dinero o liquidez inunda al sistema financiero con montos máximos superiores a ₵250.000 millones de colones, por una disminución en la solicitud de préstamos, a pesar de que las tasas de interés están bajas.
Ante este panorama, a las mipymes se les hace cada día más difícil obtener un ágil, oportuno y adecuado préstamo bancario o inyectar capital a las que se encuentren operando.
Algunos emprendedores/empresarios logran iniciar su negocio con recursos propios o con ayuda de su familia y en la mayoría de los casos, operan con limitado capital de trabajo y fijo, lo que dificulta su crecimiento y pone en riesgo su supervivencia.
Por mi experiencia en este campo y profesor universitario, en el curso Desarrollo de Emprendedores, los alumnos tenían que preparar un plan de negocios bien estructurado, para lo cual escogían la empresa que les gustaría tener en un futuro. Algunos de ellos, eran proyectos viables y factibles. Con gran ilusión se presentaban a algún Banco del Sistema Bancario Nacional y lo primero que les decían es que tenían que respaldar el crédito con garantía hipotecaria; así no es fácil montar un nuevo negocio y si a eso le agregamos la tramitología existente para obtener los permisos en las diferentes instancias para su operación, muchos se encuentran ante la realidad de ver frustrados sus sueños de convertirse en empresarios.
Se debe propiciar la creación de buenas mipymes y de buenos empresarios, como un medio válido para generar empleo. Las instituciones públicas y privadas creadas con este propósito, deben orientar sus programas en el desarrollo de conocimientos, destrezas y habilidades para la creación de sus propios negocios o hacer sólidos los ya existentes y así disminuir el riesgo al fracaso.
– Administrador de Negocios