Ágora
Guido Mora
Cuando los costarricenses acudimos a las urnas ilusionados por el cambio ofrecido por Luis Guillermo Solís y, ante la ausencia de alternativas políticas confiables, emitimos el voto a favor del ahora Presidente, teníamos la esperanza de que esta Administración representaría un verdadero cambio, un golpe de timón en el manejo de los asuntos públicos.
Nuestro país estaba urgido de la consolidación de una nueva alternativa, que enriqueciera el espectro político nacional, ante la pesadumbre creada por acciones impopulares y moralmente cuestionables, acaecidas en anteriores Gobiernos.
Hoy, quince meses después de que Luis Guillermo asumiera la Presidencia y se iniciara el primer Gobierno ajeno al bipartidismo político tradicional, que manejó los destinos del país por más de cincuenta años, reina la duda, la incertidumbre, la desazón y el país ha caído en un desanimo sin precedentes.
Priva entre una buena cantidad de habitantes, el sentimiento de que la fe de más de 1,3 millones de costarricenses ha sido traicionada.
Un Gabinete débil y timorato, contradicciones entre jerarcas de ministerios, instituciones autónomas; rectificaciones del Presidente ante declaraciones de Ministros y Viceministros, dejan la sensación de que lo que prevalece en el manejo de los asuntos públicos es la improvisación, un total desconcierto y una absoluta desarticulación.
El Presidente ha perdido credibilidad, legitimidad y a una buena parte de sus aliados.
Los francotiradores, enemigos del rompimiento del bipartidismo, dentro y fuera del Partido Acción Ciudadana, lograron atinar sus disparos y han puesto en evidencia los problemas de articulación que caracterizan a la Administración Solís Rivera.
La suma de yerros, señales erróneas y confusas, los mensajes contradictorios y las acciones equivocadas, han coadyuvado a la construcción de un panorama oscuro para este Gobierno.
Es indispensable que don Luis Guillermo haga un alto en el camino. Que reflexione y logre discernir entre lo imprescindible, lo urgente y lo accesorio. Que evalúe el accionar y las metas de su Administración, que organice su Gabinete para arremeter, de forma inmediata, a la planificación, la articulación y la ejecución de acciones concretas que se orienten a rescatar al país de esta anarquía, de la prevalencia de intereses particulares y del desánimo que priva entre los costarricenses. Ese es el cambio que hubiéramos deseado y que no hemos visto.
Es imprescindible que asuma otra actitud ante la realidad política costarricense, que le permitirá no sólo rescatar el futuro de su Administración, sino también el futuro de Costa Rica.
Señor Presidente, Usted en su discurso de Inauguración nos dijo a todos los costarricenses: “reitero con todo respeto y sinceridad lo que tantas veces dije a mis conciudadanas y conciudadanos: cuando me equivoque, corríjanme; cuando me pierda, búsquenme; cuando flaquee, denme fuerzas. Si no les escucho, reclámenlo; si les abandono, si no estoy ahí cuando más me necesiten, si usurpare con aviesa intención la confianza depositada en mí con tanta generosidad por un pueblo que demanda honestidad y buen gobierno, repúdienme”.
No deseamos ni alimentamos los intereses de corazones mezquinos que quieran repudiarlo. Consideramos que va por el rumbo equivocado, creemos que debe corregirlo; le pedimos vehementemente que encarrile su accionar.
Por Costa Rica, le solicitamos que interrumpa su accionar cotidiano que consume su tiempo y sus energías. Que se detenga y reflexione, que escuche las voces y no traicione la fe que miles de costarricenses pusimos en su mandato.
Señor Presidente, es hora que defina claramente el norte de su Gobierno y el accionar de su Administración, no va por el buen camino y ante el llamado en su Discurso Inaugural, le solicitamos por el bien de Costa Rica, que corrija el rumbo y que comience a Gobernar.
– El Ágora era el centro de la actividad política, administrativa, comercial y social de la antigua Atenas
No podemos pedirle a un arbol de naranja que produzca peras.
Seguimos creyendo que ese discurso (falsedad mas grande) inicial de Luis Guillermo (no puedo decirle presidente) fue sincero, fue la mentira mas grande que nos hizo creer Luis Guillermo. Lo que mas duele es que jugo y sigue jugando con la inteligencia de todos los ticos y eso si me molesta muchisimo, bueno por lo menos a mi no se a ustedes.
Terminara su periodo de 4 años y no va a tomar el traje de presidente.