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Carlos Revilla Maroto
Quiero hablarles esta vez de lo que pienso debe ser un partido político. Parto, no estrictamente desde una posición ideológica, pero si de lo que debe ser un partido socialdemócrata y en este sentido es que hablo de socialdemocracia, es decir, como deben funcionar sus estructuras, en este caso la presidencia y la secretaría general. También está el tema de cómo deben estar constituidos, tomando en cuenta la participación y democracia interna, pero esto lo dejo para otra oportunidad.Esto se vuelve muy actual dado que comienza a calentar la elección de las nuevas autoridades del Partido Liberación Nacional. Y como es costumbre ya empiezan a sonar los nombres para ocupar los puestos del que será el nuevo Comité Ejecutivo Superior Nacional. Ya vence el período de cuatro años y hay que renovarlo en su totalidad. Estamos hablando de los puesto de presidente, secretario general y los sub de esos puestos. Con la particularidad que se debe respetar la paridad de género, es decir, no pueden ser todos solo hombres o mujeres, se debe alternar.
También es importante recordar que esta elección la hacen los delegados a la Asamblea Nacional (ampliada) del PLN, con esto estamos hablando de unos 150 asambleístas más o menos. La elección o elecciones (las candidaturas son por puesto) se llevarán a cabo en algún momento del mes de febrero o marzo (aún no se ha definido la fecha exacta) en una o varias asambleas convocadas para el efecto.
Comienzo diciendo que tengo una visión de partido político socialdemócrata, quiero decir con esto que para mi el partido debe ser en su estructura un partido de militantes, un partido con adherentes (afiliados), quizás no como se estilaba antes en lo que se llamaba un “partido de cuadros”, aunque sería deseable estén capacitados en todo lo relacionado al partido, especialmente en el aspecto ideológico (socialdemocracia). En estos momentos, prácticamente la militancia no existe y la capacitación es casi nula.
Dentro de la visión que tengo, en este caso del PLN, hay que tomar de ejemplo a los partidos socialdemócratas de Europa, que en muchos aspectos son un modelo a seguir. En particular me voy a referir al funcionamiento de la presidencia y la secretaría general. En esos partidos el peso del partido lo lleva el Secretario General y este es la gran figura. La secretaría general bajo la batuta de su secretario conduce al partido y es la cabeza visible de este; todo gira a su alrededor. Por el otro lado la presidencia es un cargo honorífico que descansa en una figura normalmente ya señera que goza del consenso de la mayoría de los militantes del partido.
En cambio en el PLN, en los últimos tiempos, esto ha sido al revés. El protagonismo lo ha tenido el presidente y el secretario general ha quedado relegado a un segundo plano. Incluso vean que increíble, hace unos años el Directorio Político aprobó quitarle la vocería del partido al Secretario General y dársela al presidente. Y eso es solo un detalle, las funciones se traslapan a cada rato, en muchos aspectos no están deslindadas las funciones de cada cual.
Esto no se puede atribuir en su totalidad, como lo quieren hacer ver, a falta de liderazgo o a un estilo de trabajar. Eso es solo una parte de lo que está sucediendo. También es cierto que le han ido quitando atribuciones a la secretaría general, con el agravante que hace ya muchos años que las secretarías no funcionan. De nuevo el bendito asunto de la maquinaria electoral, como ha funcionado, no está haciendo falta lo otro (las secretarías). Lo que sucede es que para la última elección ya eso no funcionó.
Es inevitable entonces hablar sobre las cualidades que debería tener un candidato a la presidencia o secretaría general del partido. Y si lo hacemos, también es inevitable hablar de los candidatos(as). Los nombres que se mencionan para la presidencia y que pareciera serán rivales al puesto, son los de José María Figures y Francisco Antonio Pacheco.
De ellos ya Pacheco fue presidente del PLN por varios años, creo que seis o siete, hasta que renunció. Y fue en su período donde precisamente se aceleró el cambio en el protagonismo entre la presidencia y la SG o presidente y secretario general, que es lo mismo, que a mi juicio perjudicó al partido en lugar de ayudarlo, como explicaba anteriormente de las funciones de cada cual.
Con todo respeto para Pacheco, a quien aprecio, no creo que sea el mejor candidato a la presidencia del partido en la coyuntura actual. Tiene un perfil que ya no le sirve al PLN por ser de la vieja escuela. Su anterior período fue bueno, aunque, que paradoja, eso es lo que me hace considerar que no debería estar en el cargo de nuevo, porque siempre se metía en todo y usurpaba funciones del SG. Por ejemplo, en su período fue que se dio el cambio en la vocería del partido.
El presidente debe ser una figura que tenga, ojalá, la aprobación de la mayoría de los liberacionistas, y con una estatura ética y moral incuestionable, pero que sea solo eso, una figura.
Fue inevitable entonces mencionar algunos nombres para el puesto, entre ellos el de don Francisco Antonio Pacheco. Ahora bien, si Pacheco llega con el compromiso de ser esa clase de figura, pues excelente, el cumple de sobra con todos los requisitos, pero eso si, que deje hacer al secretario general su trabajo. El problema es que no creo que sea así con él ni con Figueres, que tampoco cumple con los requisitos para ser presidente, aunque reconozco que me gusta su idea de reinventar al PLN, pero esto sería en detrimento de la SG.
Mi posición no es nada personal, es basada en lo que creo debe ser un verdadero partido socialdemócrata, al que aspiro llegue a ser alguna vez el PLN.
¿Y los candidatos a secretario general? de esto les hablaré en la próxima columna, después de su participación en un debate que se llevará a cabo el próximo sábado.