Bazar digital
Carlos Revilla Maroto
Como saben mi formación ideológica es la socialdemocracia. Allá por mis tiempos de juventud, el Partido Liberación Nacional por medio de la Juventud Liberacionista capacitaba y formaba a sus miembros. Asistí a múltiples seminarios, talleres, charlas, etc. sobre esta ideología, impartidos por verdaderos maestros. Recuerdo de aquella época a Carlos Monge Alfaro, Eugenio Rodríguez, Alberto Cañas, entre otros.El presidente de la Juventud Liberacionista en ese entonces era Marcelo Prieto, quien es otro de esos grandes maestros y «Gurús» de la socialdemocracia. Por supuesto, no puedo dejar de mencionar a Manuel Carballo Quintana, lo que me lleva a Cedal y La Catalina, que pueden ser considerados, sin exagerar, templos de esa ideología.
Escribo esto con nostalgia, y aquí la etimología de la palabra no puede ser mas apropiada (del griego) nos=recuerdo y algia=dolor. Ciertamente recuerdos muy dolorosos, no por aquel entonces, si no más bien por el presente y el pasado cercano (después de mediados de los años 90s), cuando el PLN dejó de capacitar y formar a sus miembros y apenas ha vuelto a hacer un tímido intento de retomar la tarea.
En esas capacitaciones se hablaba —por supuesto— de la historia de la socialdemocracia. Ahí aprendí sobre Bernstein, Kautsky, Rosa de Luxemburgo, y muchos otros. Dentro de esos recuerdos, siempre me llamó la atención la Sociedad Fabiana de la que hablaban algunos de los folletos de texto que nos daban.
Me pareció interesante hacerles una descripción sobre que es esta sociedad, fundada en 1884 y que se mantiene hasta nuestros días. Los fabianos, a diferencia de Karl Marx, que predicaba el cambio revolucionario, creen en la evolución gradual de la sociedad hacia el socialismo, y apuestan por el trabajo discreto y reformas graduales que, en su opinión, llevarán poco a poco al socialismo. La sociedad Fabiana es muy importante para la socialdemocracia pues introduce lo que hoy se conoce como el reformismo. De mas está decir que Liberación Nacional es un partido reformista (por lo menos en teoría).
El nombre de esa sociedad también me interesó mucho, pues se debe al general Romano Quinto Fabio Máximo, el denominado Cunctator (que significa «el que retrasa»), que enfrentó al general Cartaginés Anibal durante la segunda guerra púnica (las guerras libradas entre Roma y Cartago). Fabio había conseguido frenar los enfrentamientos directos buscando desgastar al ejército de Anibal dejando pasar el tiempo, utilizando tácticas de hostigamiento y de guerrilla, cortando las vías de aprovisionamiento de víveres y de material, etc. (los romanos tuvieron que lamentar varias derrotas, a cual peor, por enfrentarse directamente en el campo de batalla). Fabio fue el precursor de lo que ahora se conoce como la «guerra de guerrillas».
En 1889 se publicaron los “Ensayos Fabianos”, que contienen el programa de la Sociedad Fabiana. Entre los miembros más destacados de la sociedad se contaron el escritor George Bernard Shaw, la anarquista Charlotte Wilson, la feminista Emmeline Pankhurst y el escritor H. G. Wells. Los fundadores fueron tanto Sidney Webb como su esposa Beatrice Webb.
Los fabianos se caracterizaron por su pragmatismo, alejándose de ideas utópicas, lo que los llevaba a prestar atención únicamente a las vías concretas que el socialismo podía tomar en Gran Bretaña. El socialismo consistía para ellos no en un movimiento revolucionario, sino en el desarrollo y la evolución de las instituciones existentes en un sentido socialista.
Los fabianos eran partidarios de la propiedad pública de los medios de producción para acabar con el desorden económico y los abusos provocados por el capitalismo. También deseaban la extensión de la sanidad y la educación gratuita para todos los ciudadanos, así como la regulación detallada de las condiciones de trabajo para acabar con la lacra de la explotación infantil y los accidentes de trabajo.
La Sociedad Fabiana tuvo parte fundamental en el surgimiento del Partido Laborista Británico, fundado en 1906, y que en 1922 ya se convirtió en la segunda fuerza política del país, desbancando a los liberales. La vinculación entre la Sociedad Fabiana y el Partido Laborista fue permanente durante la primera mitad del siglo XX. De hecho, la mayoría de los ministros que aportaron los laboristas en sucesivos gobiernos eran o habían sido miembros de la Sociedad.
El declive de la Sociedad Fabiana comenzó a finales de los años 30, motivado por una serie de factores entre los que podemos citar las diferentes posiciones internas respecto a la experiencia de la Unión Soviética y la pérdida de influencia en el Partido Laborista, desplazada por gente proveniente del sindicalismo y de la clase obrera. Sin embargo, la Sociedad Fabiana continuó su labor hasta nuestros días, aunque ya sin su antiguo protagonismo.
Pero, en realidad, la Sociedad Fabiana cumplió la mayoría de sus objetivos, pues gran parte de las reformas que propusieron fueron puestas en práctica durante la Gran Depresión y después de esta. El surgimiento del Estado del Bienestar a partir de 1945 debe mucho a los esfuerzos y el trabajo intelectual de la Sociedad Fabiana.
En la actualidad ha experimentado un renacimiento, con locales y una membresía que aumenta desde 1997 y que ha llegado a ser la más numerosa en las últimas tres décadas. En el parlamento británico, de la primera década del siglo XXI, el número de diputados del partido laborista que pertenecen a la Sociedad Fabiana se ha incrementado sustancialmente.
Con la ayuda de la Wikipedia.
El artículo también me llenó de nostalgia. Nostalgia dice el actor principal «En la gran belleza», la película italiana que el Buki no le ha conseguido a nuestro experto cineasta Luis Raúl, la nostalgia, dice es lo que nos queda frente al presente que no nos gusta y el futuro que se adivina peor.
En algún momento fui seleccionado en un proyecto para ir a estudiar a La Catalina allá en los lejanos sesentas eran gente cercana al PR y la URD de Guatemala, situados en la confluencia de ambos. Pero vino el remolino y nos alevantó, como dice la cancion mexicana la cautela, y cuando estabamos alla en las alturas, un golpe de viento nos desapartó, o como dice el poema de Octavio Paz vino nuestra señora la Tolvanera y se lo comió.
Después visité La Catalina para un seminario, creo que fue a fines de los sesentas o en los 70s. Hervía el ambiente intelectual el libro obligado que era «Historia de las doctrinas economico sociales» de Walter Montenegro, edicion FCE, cierto Kautsky, Socialismo Fabiano, el socialismo en libertad de Jean Jaures, uuufff nostalgia pura….
Que esto y que lo otro, salud con guisky que las maltas quedaron como triste recuerdo que no puedo olvidar, como dice la canción «Tristes recuerdos» del gran Antonio Aguilar.
¡Salud! viva la nostalgia… como en la película La gran belleza.
Supongo que Arturo Montenegro es de esa generación que en los 70’s estaba llena de idealismo socialista y apostaba por un futuro mejor. Mi padre fue de esos. Enhorabuena, salud! y saludos.