Pocas veces abrimos el entendimiento al tiempo, pero aun así, dejamos que transcurra inexorablemente, abandonando su sentido existencial…
A pocas horas de la llegada del 2026
Caryl Alonso Jiménez
Para algunos son las sumas y restas al final del año. Para otros el fin de las etapas de vida… Pero el tiempo tiene otras dimensiones que van desde lo cósmico, experiencia, existencia, espera, historia, poder, creación, amor. Entonces, ¿Es medición o existencia…?
De repente fue Beckett (1906-1989), quien pudo expresarlo en, “Esperando a Godot” (2005), donde el tiempo es una extraña espera sobre la unidad lineal de inicio y final…
Es la extraña espera que en ese diálogo de Vladimir resulta dramático, “Lo cierto es que el tiempo en semejantes condiciones, transcurre despacio y nos impulsa a llenarlo con manejos que, cómo decirlo, a primera vista pueden parecer razonables…” (2005, p. 129).
¿Pero quién juzga lo razonable? ¿Cuáles son las reglas y límites? Entonces, ¿Qué es el tiempo? ¿Solo la espera de acontecimientos extraordinarios…? Pero, ¿Y si no ocurren?
Hoy día las dinámicas cotidianas, elevadas al control global y juegos geopolíticos parecieran vaticinios del Armagedón (Apocalipsis 16:16), donde la amenaza es la batalla final de los tiempos.
Intencionalmente se eliminó el sentido crítico para entender el tiempo… y aunque Stephen Hawking (2018) vaticinó que el planeta tiene fecha límite, que por cierto los poderes globales, los estelares y hasta los pedestres si entendieron…. sabían que es el modelo, pero no pueden detenerlo. ¿Es la derrota inminente del tiempo…? No lo sé…
Pareciera que las decisiones son indiferentes a las fragilidades sociales y ambientales, donde la existencia queda más a la especulación de ese extraño mundo al que Aldous Huxley en, “Para un mundo feliz” (1930) ya lo había descrito…
A pesar de los enredos y las olas de temor que se levantan… y el poco entendimiento que tenemos para descifrar acontecimientos futuros de poder y juegos geopolíticos, queda la convicción que tendremos todavía un mundo para más tiempo…
Que será cada vez más imperfecto, y seguirá por derroteros geopolíticos de reparto geográfico, donde resaltarán competencias atravesadas por invenciones que, más allá del optimismo tecnológico tendrá curiosas hazañas, no en la neurociencia para entender el comportamiento cerebral y emocional…. Sino el control tecnológico del cerebro…
Mundo que será la neurotecnología, que como dice el Dr. Florián Solzbacher, Director del Centro de Innovación de Ingeniería de la Universidad de Utah, USA, al explicar que han implantado más de cincuenta dispositivos cerebrales que, en corto tiempo, superaran todos los dispositivos hasta ahora avanzados de la IA (2025). ¿Quiénes sabían esta información y desde cuándo…? ¿Sabrán políticos y las elites sus implicaciones…?
Ironía sobre el papel de la educación, donde en esta región, el diseño de contenidos basados en pensamiento crítico sería, supuestamente, el dique de contención a cualquier manipulación. Pero, ¿Enseñan los docentes con ese criterio metodológico…? No, no están formados en ese enfoque; y tampoco hubo reforma educativa consistente a los tiempos, y tampoco estadistas capaces de ver el futuro.
Esta etapa fue superada con la invención del algoritmo que construyó las bases del sistema de comunicación que controla el comportamiento individual, y curiosamente financiada por el mismo consumidor, una genialidad extractiva sin precedentes en la historia universal de la humanidad.
Resulta sorprendente, el usuario paga toda la cadena del sistema (dispositivos, líneas, conectividad y aplicaciones de control), que resultó excepcionalmente generador de fortunas con repartos en las alturas de la especulación financiera global… ¿Quién estará en desacuerdo…? Ninguno, unos tendrán sus mejores desempeños en la bolsa, y los otros, recibirán el edulcorante en dosis de emoción, con enredos Estatales de papel, que distraen el firmamento teatral de la realidad… y en polaridades engarzados de ingenuidades que no resistirían ningún debate…
Pero en algo tenían razón Arthur Clark y Stanley Kubrick en la metáfora de la cinta, “La odisea del espacio 2001” (1968). Hoy nos preguntamos, ¿Y si aparece otra HAL 9,000? Esa computadora que tomó el control de las decisiones del viaje estelar y en la que revela la amenaza que representa la IA. Extraño, las corporaciones globales ya controlan el sistema…. Entonces, ¿para que un debate …?
El tiempo avanza inexorablemente, la invención del reloj fue la manera de situarnos en el modelo lineal… y todo, por extraño que parezca, va camino hacia derroteros donde ya no importa entender el tiempo…sino la entretención colectiva…pero ¿Lo sabrán…?
Solo va quedando la intimidad como refugio individual que da cabida a las virtudes, esas que hacen de la razón la justificación de la existencia… Es verdad, entendemos poco o nada del tiempo, excepto su avance inexorable que se aleja del punto de partida.
Más por sabiduría que por ingenuidad, aún queda la esperanza, esa fuerza divina de la fe… que aunque no es divisa de cambio, es lingote de oro en la orfebrería personal… que hace del tiempo una razón, y donde esta noche… con la llegada del 2026, y acompañado de Vangelis de fondo y sus “Carrozas de fuego”, vale celebrar la vida y hacer de cada minuto ¡una eternidad…!
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