La seriedad de la política en broma y con fisga
William Hayden Quintero
Ya está por concluir el nombramiento de candidatos presidenciales y de diputados por parte de los partidos que participarán en la próxima contienda electoral. En los que ya han escogido no todo es bueno, se ha faltado al ejercicio más puro de la democracia. Ejemplos. En el Partido chavista Pueblo Soberano (PPSO) el cuál debe ser de excelencia en los procedimientos democráticos porque el presidente Chaves lleva 4 años criticando a los partidos viejos, en especial a Liberación Nacional por sus viejas mañas, pero su proceder es peor de lo que ha criticado. El PPSO con la partición de dos personas, Rodrigo Chaves y Laura Fernández actuando en secreto y con el más puro hermetismo escogieron la fórmula presidencial e hicieron las listas de los posibles candidatos a diputados. Laura con los dineros pagados por los aspirantes la noche previa a la Asamblea Nacional invita a los delegados a un convivio personal en el hotel Aurola con habitación, comida, guaro y desayunos incluidos. El domingo, día de la Asamblea, que fue a puerta cerrada, con los delegados bien chineados y algunos de goma les enseña las listas de candidatos hechizas de la forma explicada pide por el micrófono el voto por las listas sin que los delegados tengan la menor idea de quienes van en ellas, pero obedientemente las aprueban y así fue la escogencia. ¿Fue esto un proceso democrático? No que va. Los mismos delegados presentaron diez amparos electorales ante el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) que los descartó, por la forma y no por el fondo.
En el PLN partido criticado por sus mañas el procedimiento fue más democrático. En primer lugar, el candidato presidencial no fue escogido a dedo por dos personas como ocurrió en el PPSO, hubo una convención abierta el 6 de abril con la participación de cuatro precandidatos con aspiración a la presidencia de la República (en principio fueron siete los pretendientes) y en esta convención votaron liberacionistas y no partidarios. Por el proceso de la votación democrática salió el candidato vencedor. Para la escogencia de los diputados, durante meses las asambleas cantonales escogieron los posibles nominados, fue un proceso difícil, tedioso y conflictivo, tal es así que en San Ramón se realizaron 12 asambleas sin llegar a consenso dada una lucha interna entre dos tendencias, una a favor del exalcalde Nixon Ureña y otra del candidato Ramos de imponer a Miguel Guillen el secretario del partido a quien se la había ofrecido para pagarle el favor de su inclusión como precandidato, sin ser liberacionista. Ambos bandos perdieron, se partió el ayote por derecho, ni Nixon ni Guillen y fueron otros los designados. Tampoco el candidato presidencial Ramos pudo imponer por Limón a su protegido Marvin Taylor, la asamblea escogió a otro. Con las listas confeccionadas en las cantonales, en una magna asamblea realizada en el Centro de Convenciones con más de 200 militantes se aprobaron las candidaturas a diputados. Nada que ver con lo que hizo el PPSO del chavismo. Dos miembros del directorio político con su caché e influencias: Miguel Guillen (secretario) y Ricardo Sancho (presidente) pretendían la diputación, uno por Alajuela y el otro por Cartago, pero la Asamblea les dijo que no. A las pruebas me remito, comparen ambos casos, el PPSO y el PLN hagan objetivamente la comparación.
En este proceso de las elecciones del 2026 solo el PLN escogió a su candidato presidencial democráticamente por medio de votación en una convención. Pero no solo en el PPSO se brincaron los procesos democráticos, aunque la verdad no peca, pero incomoda, hay que decirlo. En nueve partidos personalistas su fundador y presidente se escogió, asimismo, a su fórmula presidencial y a los candidatos a diputados y con el voto de asambleas nacionales alcahuetes y domesticadas les dieron el barniz democrático. Así no se vale, esto es una democracia anquilosada que se deja utilizar para fines personales.
Se me agotó el espacio para recrear las historias de la mafia escritas por Mario Puzo (El Padrino IV) con el caso del CARIÑITO DEL BCIE, con los personajes de Monterant, Bulgarelly, Erwen Masis y los diputados comprados para que no voten o voten en contra del levantamiento de inmunidad.
Hace nueve años (16 de setiembre de 2016) comencé a escribir esta columna. En 2035 horas utilizadas llevo 407 entregas consecutivas que alcanzan para un libro de 610 páginas con 732.600 palabras. Han desfilado en ellas todos los personajes políticos y politiquillos del montón. Desde esa fecha he cubierto los últimos veinte meses del gobierno de Luis Guillermo Solís, los cuatro años en la administración de Carlos Alvarado y del 8 de mayo del 2022 a la fecha los de Rodrigo Chaves. Dos procesos electorales (2018 y 2022). Un buen compendio de la historia política que la editaré en un próximo libro. Los temas políticos tratados son serios y verdaderos, pero les doy sabor, bromeo con ellos y les pongo alguna dosis de fisga, de chota, porque la política no hay que tomársela en serio.
Me divierto de lo lindo al escribirlos y gracias a ello y a Dios que me quiere mucho, al tener la cabecita entretenida he alejado a los enemigos de la vejez, el alemán alzhéimer y los italianos franco deterioro y zambito. Tengo muchos seguidores y pocos detractores, la mayoría de estos últimos han brotado como la mala hierba en esta época chavista de los ticos jaguares básicos, me mandan al carajo, pero me río de ellos con sus comentarios, no me desvelan para nada, por aquello de que a un bagazo poco caso y me alientan a seguir porque si les chima es porque estoy en lo cierto.
– Economista jubilado