Atrapados

Conversaciones con mis nietos

La razón no sirve para la existencia.Ernesto Sábato

Arsenio Rodríguez

Se derraman las ultimas noticias en nuestro derredor como lluvia intensa. Que si el Golfo de México o el de América. Como si fuera tan importante esta nomenclatura de origen confusa, para llamar los mares y las estrellas, como si eso fuera más importante, que el hecho de que estén ahí, toda esa agua, todo ese universo toda esa vida. Hoy, gracias a la tecnología no de la comunicación sino de la propagación del ruido, del miedo, de los distintos conceptos ideológicos, de la avaricia, las manías, las opiniones confrontamos estas banalidades. Pero nacemos y morimos, no importa a cuál de las opiniones nos afiancemos. Parecería ser, pero no lo sé, que debe haber algo mas profundo en todo este devenir de la vida. Más allá de lo que uno piensa y dice, se inventa y se aferra con pasión. Parece ser que estamos todos atrapados en una situación.

Atrapados en una multitudinaria colmena celular, formando siluetas en el espacio-tiempo. Enclaustrados en estos maravillosos templos de nuestros cuerpos y egos, formados por diminutos sacos acuosos ensamblados por ramos de flores moleculares que cambian de disfraz continuamente y procesan la energía para inventar sonrisas, besos y pura vida.

Atrapados en esta casa de espejos y ecos, donde los reflejos se multiplican en pensamientos, recuerdos, definiciones y opiniones. Programados por la cultura y la historia, los prejuicios, los vicios, las aspiraciones y las alegrías de aquellos que se reprodujeron a través del vientre materno para migrar la colmena a otro panal.

Heredando amorosa, instintiva e inevitablemente predisposiciones biológicas de salud y enfermedad, y contextos y talentos étnicos. Circunscritos cada uno y todos a la cultura y a la historia, a las trayectorias vitales, a los sueños, a las pesadillas y a los escenarios de vida de los amantes que nos lanzaron a la vida.

Atrapados en corrientes de vida antiguas, más allá de la cultura y la etnicidad, en los imperativos biológicos de la evolución, en la que la consciencia se desarrolló hasta estar lista para ver su reflejo en la casa de los espejos, pasando a través del instinto, el impulso, el deseo, la solidaridad, el miedo, la satisfacción y la frustración. Hasta generar pensamiento y autorreflexión. A través de miríadas de pruebas entre la curiosidad y el ambiente, para manifestar el potencial dormido de saberse.

Atrapados en imperativos cosmológicos de origen impulsados por partículas excitadas y ruidosas, que rebotando unas con otras formaron átomos, moléculas y galaxias. Y en su pasión por verse y conocerse a sí mismos eventualmente desarrollaron ojos y mentes.

Pero ¿quiénes estamos atrapados en esta colmenas, en esta casa de espejos, en estos imperativos de evolución? ¿Quién está entretejido en este tapiz de información, hilvanado por el ADN, los enlaces kármicos, las relaciones, los átomos, los neutrinos y toda clase de partículas, manifestándose en este continuo de espacio-tiempo? ¿En esta condición de ser consciente?

A veces, en nuestro cautiverio, se siente una libertad, una libertad libre de tapices, un despertar más allá de estar despierto, y en pocos instantes estamos solos. Desatados de toda definición, más allá de la yuxtaposición de tú y yo. Solos pero enteros, más allá de la colmena, más allá de la Casa de los Espejos, más allá de los antiguos impulsos evolutivos, que destilaron esta esencia de libertad total.

Solos en una soledad unitaria, en una plenitud que no se parece a nada, y que no necesita nada. Más allá del tiempo, del espacio, del pensamiento y de la definición.

Si atrapados en estos sueños soñados, a veces nos despertamos y somos. Y una sensación de amor se derrama tan profundamente a través de ese instante de ser, que si hacer ese instante permanente es la meta del sueño que nos atrapa, de los impulsos cosmológicos, de los espejos y sus reflejos, de los extremos de la dualidad ambivalente. Entonces creo que si vale la pena, estar atrapados en esta maravillosa y compleja colmena, en los reflejos de esta casa de espejos, en esta naturaleza de instintos y de ser distintos.

Entonces sí, el tiempo y el espacio valen la pena, para dar a luz a la apariencia y lentamente dar a luz a un Ser siempre consciente. Como un impulso de amor tan infinito. que hace un todo de la nada, que hace que la Unicidad se busque y se encuentre a sí misma, como la esencia misma del amor.

Entonces estamos atrapados en una gloriosa cárcel imaginaria, en un cuento interminable que tiene un final feliz. ¡Atrapados y agradecidos!

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