Septiembre 16, 2024
Por Corresponsal de IPS
PARÍS – Los ataques contra las escuelas se han incrementado en el mundo, sumándose a las restricciones legales e incluso climáticas que impiden a los estudiantes el acceso a sus centros educativos, advirtió la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Según un estudio de la Coalición Mundial para la Protección de la Educación contra los Ataques, de la cual la Unesco es miembro, en 2022-2023 se registraron 6000 ataques contra los estudiantes, profesionales y establecimientos educativos de todo el mundo, es decir, una media de ocho al día.
De estos ataques, 1000 fueron casos de utilización militar de dichos establecimientos.
Eso representa un aumento de 20 % con respecto a los dos años anteriores. Se estima que más de 10 000 estudiantes y docentes fueron víctimas: murieron, resultaron heridos, o fueron secuestrados, arrestados o sufrieron algún otro tipo de daño debido a ataques contra la educación en el bienio.
La cantidad de estudiantes, docentes y personal de las escuelas muertos o heridos aumentó más de 10 % en comparación con el período 2020-2021.
Los ataques dañaron o destruyeron cientos de centros educativos, y causaron su cierre temporal o permanente, con el resultado de semanas o meses de aprendizaje perdido.
Algunos estudiantes también necesitaron apoyo psicosocial tras los ataques a sus escuelas o universidades, o temían regresar a la escuela después de las agresiones.
En 2022 y 2023 los lugares con mayor cantidad de ataques contra la educación fueron Palestina, Ucrania, la República Democrática del Congo y Myanmar.
En cada uno de esos países, cientos de escuelas fueron amenazadas, saqueadas, quemadas, atacadas con artefactos explosivos improvisados o alcanzadas por proyectiles o ataques aéreos.
Durante el mismo período, en Afganistán, India, Pakistán y Palestina se informaron altas cifras de personas que murieron o sufrieron daños como resultado de ataques a escuelas y universidades. O fueron objeto de secuestros o arrestos, o sufrieron daños durante el trayecto hacia o desde la escuela o la universidad.
En al menos 10 países, niñas y mujeres habrían sido agredidas deliberadamente debido a su género durante ataques a la educación. En algunos contextos, como Afganistán y Pakistán, se atacó a maestras y alumnas o a sus establecimientos educativos con la intención de obstaculizar que accediesen a la educación.
Además, partes en el conflicto perpetraron actos de violencia sexual contra mujeres y niñas en escuelas o universidades, o en el trayecto desde o hacia esos centros.
Las y los estudiantes con discapacidad; estudiantes de la comunidad de personas lesbianas, gais, bisexuales y transgénero; y estudiantes de comunidades indígenas y de minorías étnicas, se enfrentaron a mayores vulnerabilidades.
Dos países que no se incluyeron en el informe sobre el anterior bienio ahora figuran en el nuevo documento: Egipto y Kirguistán.
Egipto estuvo involucrado en un conflicto con un grupo armado afiliado al movimiento integrista Estado Islámico en la península del Sinaí, donde se identificaron más de 10 casos de uso militar de escuelas o universidades.
Por su parte, Kirguistán estuvo inmerso en un conflicto armado internacional a lo largo de su frontera con Tayikistán, en el que más de 20 escuelas resultaron dañadas o destruidas durante una breve escalada de las hostilidades en septiembre de 2022.
Los ataques a la educación en Ucrania, Sudán, Palestina, Siria y Nigeria aumentaron en 2022 y 2023. La agudización de la guerra en Ucrania llevó a un aumento de los ataques contra escuelas y universidades, después de febrero de 2022, y en muchos de ellos se utilizaron descargas de artillería, proyectiles y ataques aéreos.
Tras el estallido del conflicto en Sudán en abril de 2023, aumentó el número de ataques contra instalaciones educativas y también su uso militar. Otro tanto se registró en Nigeria.
En Palestina, los ataques a la educación alcanzaron un nivel máximo en octubre de 2023, tras la intensificación de las hostilidades. En Siria, niños y niñas fueron reclutados durante el trayecto hasta la escuela, y hubo ataques cada vez más frecuentes a escuelas.
En cambio, un apaciguamiento de los conflictos permitió que disminuyeran los ataques sobre escuelas en la República Centroafricana, Libia, Malí y Mozambique.
La Unesco recuerda a todos los agentes implicados en los conflictos la necesidad de cumplir la resolución 2601 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que demandó a todas lar partes involucradas en conflictos el respeto a la educación y a sus participantes, y condenó en uso militar de las instalaciones de enseñanza.
A-E/HM