La crónica, la duda y una reflexión de fondo
Parte III
IV
Ahora bien, contrario a las ciencias sociales latinoamericanas, las ciencias sociales europeas, les han puesto más atención a los medios, esto, sin dejar de lado a la televisión. Tal es el caso del libro: “Homo Videns”, del politólogo Giovanni Sartori.
Él abordará la dependencia a ese aparato, de ahí, al Internet y las plataformas, solo hay un paso. Lo primero es la imagen, luego la información o la abstracción. Este es el origen, de la crisis de la opinión publicada y la opinión pública: esto es parte de la crisis de la política y lo político, claro está, ellas, alimentan la crisis de la democracia.
En esta lógica: las acciones de Stanley y su equipo, eran parte de la dinámica de evasión, que se lograba por medio de sus programas televisivos; más que, promover una superación personal, trataban de mantener a sus televidentes en un nivel promedio, que, de un modo u otro, favoreciese al régimen del PRI (Partido de Stanley).
Además, a 25 años del asesinato del animador, es evidente la “complejización” del ecosistema de los medios, esto a su vez, hace más difícil el uso de criterios, para saber cuáles fuentes, dan buena información. Solo como ejemplo, en el marco de esta memoria, se han generado: una serie – documental y una serie, que está más inclinada a la ficción, de cara a hacer uso de una presunta libertad (¿Libertinaje?), para la construcción de la narración de los hechos.
A esto hay que agregar una mirada presuntamente crítica, pero que, en realidad, abraza “una idea de conspiración”, ella sustituye la construcción y conclusiones reflexivas, con lo que sustituimos: “la fe antropológica, en ciertos relatos, para sustituirlos por otros”.
Una vez más: una cosa es la imagen y otra, las personas en sí mismas, lo que se observa en plataformas, televisión, Internet; no siempre corresponde con la catadura moral de quienes aparecen en los medios de comunicación colectiva.
Quizás, en los sectores populares, hay respeto y cariño por encima de la catadura moral mencionada, de las personas en la palestra de la industria del entretenimiento. O bien, ese cariño y respeto, se da por encima, pese a que muchas veces se sabe quiénes son, los que están en esa palestra.
Aquí es donde se cae en la famosa división entre lo público y lo privado: en un extremo, “lo privado, es propio de esa realidad, lo público es lo valedero”; en el otro, “hay poca diferencia entre lo público y lo privado, volviéndose lo segundo (Lo privado), cada vez más parte del terreno de lo primero (Lo público)”.
Entre más se acerca al énfasis de “lo público como lo valedero”, hay poca diferencia de los afectos hacia “los actores de la vida de los medios”; entre más cerca de lo contrario; es más posible, que cambien los afectos: lo privado, es cada vez más público, lo que revela “los pies de barro, de los ídolos de la gente que les consume”.
Por si fuera poco, de la época de Stanley a hoy, el abanico de la entretención se ha ampliado: hay “Youtuber”; hay comediantes tradicionales; los hay en el género de “stand up”; gente que se presenta en redes sociales, como Facebook o Instagram.
¿Sabemos quiénes son?; ¿Nos interesa?; ¿Sirve saber de sus vidas privadas si lo que: “vale es lo púbico” ?; ¿Sirve que la vida privada, sea cada vez más pública?; en el caso de Stanley: ¿Descorazonó a sus seguidores, el ver las producciones realizadas en los últimos tiempos?: así: ¿Qué nos entretiene?; ¿Quiénes nos entretienen?
Por otra parte, si la cuestión es entretenerse, la sociedad va “siendo un espectáculo”, “toda la vida (La política, la economía, la cultura); puede ser divertida”: las justas electorales, se sobre simplifican: los candidatos se venden como gaseosas y serias reformas políticas, quedan cobijadas bajo la figura de felinos. La economía, maquillada como “cara de payaso”, hipnotiza hacia el consumismo; una cultura, que oprime, pero que aliena, cuando es necesario escapar de la anarquía política y económica.
Así, la oferta varía: cuando es necesario se divierte, pero cuando es necesario, se polariza desde la rabia…
Esa alienación: seduce, conforma, emociona, degrada el conocimiento. Por su parte, los alienadores, defienden su “modus vivendi”: divierten, causan pereza, son efectistas, presentan el camino facilista, lo banal, lo predecible, lo superficial. Los que polarizan entre los adoradores de la tragicomedia social y los críticos de la situación que se vive.
Asimismo, lo que en el lenguaje común era cultura, en casos como, por ejemplo, el costarricense, pasa a ser puro entretenimiento y alienación: pasamos a explicarnos: el arte implica un grado de educación, un grado de ilustración, de buen gusto.
Pero, como lo decía no hace mucho tiempo, el dueño de un teatro de nuestra capital: “la gente no busca ilustrarse, busca entretenerse, busca olvidar sus problemas. Por eso, no vale la pena invertir, por ejemplo, en obras clásicas”.
Así las cosas y tomando en cuenta que, las artes dramáticas, son base de muchos de los productos, que luego pasan a los medios de comunicación masiva, es válido decir, que en esa lógica: se ha confundido lo popular, como ‘lo nuevo’; cómo lo que alimenta las percepciones de “algunas clases medias” (Las que por la alienación del capitalismo neoliberal, se creen altas); aquellas que, son otro producto de la sociedad de consumo, cuyo único criterio es el dinero, cuya religión es el “dios” mercado (No podemos olvidar las reflexiones del teólogo de la liberación, Frei Beto); y cuya “cultura”, alimenta por ejemplo, la “telebasura”, que ayuda a la erosión de la democracia (Gustavo Bueno)
Por si fuera poco, las clases bajas, que aspiran a ser mesocracia con deseos de ser ricos, por los caminos del facilismo, encuentran ejemplos fértiles en: participantes en “reality shows”, “youtubers” y, muchas estrellas fugaces de la “pantalla chica”.
Muchos años antes, ya Emilio Azcárraga Milmo, tenía claro ese rol alienante de la televisión: “México es un país de una clase modesta, muy jodida… para la televisión, es una obligación llevar diversión a esa gente y sacarla de su triste realidad y su futuro difícil”.
Desde este contexto: “México se ve a sí mismo, desde esa alienación: como una sociedad de clase media o media baja”. Y, para el momento del asesinato de Stanley, el único medio de entretención, era la televisión abierta. La conciencia de esa función alienante, era de tal grado, que Azcárraga Milmo, llegó a sugerir a los arquitectos, construir las casas tomando el aparato de televisión como centro.
Regresando a Stanley, si se ve a la persona, distanciada del “personaje”: por su formación, podría calzar perfectamente en la categoría de: “afín al arte”, pero en el personaje de Paco, se inserta “como anillo al dedo”, en las confusiones que hoy se consideran “cultura” y que, ya hemos descrito.
Por otra parte, antes de morir: en la vida del comunicador: lo que: “valía es lo púbico”; pero al ser asesinado: su vida privada, fue haciéndose cada vez más pública: ya lo dice el gran teórico Jurgen Habermas, en su libro: “Historia y crítica de la opinión pública”: “La esfera íntima, otrora el centro de la esfera privada, retrocede por así decirlo, a su periferia en la medida en que comienza a desprivatizarse”.
En esa dinámica: “cuando lo privado se convierte en público”, se somete a los juicios subjetivos del “ágora pública”, y, en tanto, subjetivos, de cualquier índole: allí cupieron y caben, los juicios sobre su vida y muerte.
En ese tránsito, no se puede dejar de lado el caminar del feminismo hacia las tesis propias de un marxismo cultural, que, acentuaba sus críticas a la misoginia. Quizás, en ese proceso, también varió el humor, que ya no veía con “buenos ojos”, la burla densa, la pesadez, y el abuso de quien lo permitiera.
Solo como ejemplo, en 2015, el animador conocido como “Don Francisco”, llegaría a decir que: “…mi mayor arrepentimiento son los chistes de género que yo hacía en su época, porque no tenía la cultura ni la preparación para saber que yo con eso estaba hiriendo a mucha gente”.
Sobre el tono burlón, la pesadez y el abuso, no se puede olvidar una de las últimas escenas en televisión del 7 de junio de 1999, entre Stanley y Bezares: el primero, le dice al segundo que, “pague sus deudas” (Algunos dicen que, se refería a las deudas de Mario con los narcotraficantes)
De seguido, le comienza a pegar en el brazo con unos papeles: Bezares, le dice: “con los papeles no, ¿okey?”; de nuevo, Paco lo golpea: Bezares cambia su tono de voz: le dice con más seriedad y firmeza: “Mira Francisco, con los papeles no”; la broma termina, cuando Stanley hablando, “escupe” a Mario (El “Patiño”, dirá que, ese tipo de bromas, estaban acordadas desde mucho antes, hablamos de la pesadez de la rutina, no de sus detalles)
Otra faceta de Paco, era su coquetería: la misma esposa de Bezares, reconoció que coqueteaba con ella. En el caso de Brenda, Stanley, ya había dicho que, no le gustaba que, las esposas de los miembros de su equipo, fueran a las oficinas, pero bromeaba que: “estaba buena”. La esposa de Mario, diría muchos años después, que ella debía guardar silencio, “para resguardar el trabajo de su esposo”. Eso sí, ella, le pedía a Mario, que dejara de trabajar con Paco. Este tema de la coquetería, llevaría al comienzo de los rumores, sobre el motivo del crimen de Paco: se decía, que andaba con la esposa de un general del ejército.
El periodista Jorge Gil, diría a las autoridades, que, en una ocasión por lo menos, Stanley le dijo a Mario: “¿Tú que pensarías si el mejor amigo de una persona, tuviera relaciones con la esposa de éste?”.
Bezares contestó: “No estoy de acuerdo amigo”. El tono de Mario, era bastante serio. Stanley riposta: “No crees que será mejor, que tu mejor amigo tuviera relaciones con ella, en lugar de andar con un desconocido”. Según Gil, la discusión, fue de tal grado, que no se dieron cuenta de su presencia y se retiró.
Paola Durante, expresó que Paco, la invitaba a salir y le dio “un beso a la fuerza”; la madre de Paul, era amante del animador. Aparte de ser edecán, en uno de los tantos programas de Stanley. Y he aquí, otro giro del destino: la muchacha, era hermana de Javier Fernando Durruti Castillo, quien estuvo en prisión, por lo que se conoce como: “la masacre del Río Tula”: el 14 de enero de 1982, en ese afluente, aparecen varios cadáveres, con signos de brutal tortura; además, Durruti, había participado en el asesinato de José Luis Alonso Ochoa, alias: “El Chocorrol”; quien, según las investigaciones, el 30 de mayo de 1984, mató al famoso columnista: Manuel Buendía Tellezgirón.
Stanley le prometía a su amante, Mónica Durruti, luchar por la liberación de su hermano. Al final, Paco, nunca cumplió… inclusive, se dice que el animador, le expresaba a “su cuñado”, que le consiguiera droga, para vender en TELEVISA. Al final, el 7 de junio de 1999, mismo día del asesinato de la estrella de televisión, Durruti, era liberado sin la menor intervención a su favor.
Las autoridades, pensaban que, Javier Fernando Durruti Castillo, sabría mucho de la muerte de Paco Stanley, pues estaba al corriente que, acosaba a su amada, Roxana Reyes Vivanco, además, de que sabía que engañaba a su hermana, respecto a sus gestiones para liberarlo.
En otro orden de cosas, el hermano de Mario Bezares, también era parte del “mundo de la farándula”: Rodolfo, había sido parte del elenco de la exitosa serie: “Cachún, cachún, rá, rá”. Tanto Paco, como miembros de su producción, decían que era homosexual, de vez en cuando, Mario, defendía a su hermano.
Por su parte, Jorge Gil, en su testimonio judicial, expresaría que: le parecía extraño, que, cuando Mario, se vestía de mujer: “sus actitudes cambiaban”. Además, reitera que, Rodolfo: “tenía tendencias homosexuales”. Según Gil, Paco se burlaba de ello con Mario, pero éste: “aguantaba callado su enojo”.
Al final de su vida, Stanley, profundizó su mal humor y para algunos testigos, manifestaba hasta patanería con sus colaboradores… eso no quitaba, lo que muchos de ellos mismos, reconocían del comunicador: amable, divertido, generoso, puntual, trabajador.
Otros testigos llamados por la Procuraduría fueron:
- Ricardo Salinas Pliego: presidente de TV AZTECA (Él se enojó con Del Villar, porque lo tuvo declarando por horas)
- Tristán Canales Nájar: vicepresidente de noticias.
- Arturo Borrego Hinojosa: director del área jurídica de la televisora ya mencionada.
- Raúl Sánchez Carrillo: director de noticias.
- Jorge Garralda: conductor.
- Jesús del Pozo: jefe de seguridad.
- Víctor Hugo Puente: reportero.
- Lily Téllez: periodista.
Los judiciales, comenzaron a investigar a Salinas Pliego, respecto a cómo se había adquirido la televisora y si, verdaderamente era el dueño o había otras personas detrás de él. Salinas, llegaría a describir los interrogatorios, que eran larguísimos, con el objeto de que él y sus empleados, cayesen en contradicciones y poder imputarlos.
En el caso de Sánchez Carrillo, el periódico “La Jornada”, publicó cuatro conversaciones, que tuvo con un tal “Jesús”, quien estaba preso en el Penal de Barrientos, en el Estado de México: él entregó una información: un croquis, unas fotos, tres cartas. Carrillo, desechó la información que, supuestamente tenía que ver con el crimen, “pero era irrelevante”. En contrario, para la Procuraduría, esto, no era así, pues esa evidencia, reforzaba la culpabilidad de Mario Bezares.
Este es un evento más, de la rivalidad entre la entidad judicial y TV AZTECA. El Procurador Samuel del Villar, negaba esa tensión: él hablaba de la libertad de prensa, pero una cosa era: “la protección de las fuentes y otra, actuar al margen de la ley”. Según del Villar, la Procuraduría, actuaba apegada a la ley. Este tema se las trae: hubo especialistas, que hablaban y hablan, de violaciones a la “Ley Federal de Radio y Televisión”. Lo cierto es que, en su momento, TV AZTECA, no recibió sanciones.
Por su parte, Lily Téllez, dijo que lo que habían sufrido Salinas Pliego y sus empleados, había sido una persecución… tiempo después, ya cerca de las elecciones presidenciales, en las que, contendía Cuauhtémoc Cárdenas, ella sufre un atentado: al salir de TV AZTECA, comenzó a sentir como una especie de explosiones en su auto, los agresores, salieron de la parte de atrás de un puesto de comida en la calle, y comenzaron a disparar a su vehículo; éste recibió, 8 balazos (El calibre de las balas, correspondían a armas solo usadas por el ejército)
El 10 de mayo de 2002, la Procuraduría General de Justicia, informaba que, habían sido detenidas 19 personas, que podían estar implicadas en el asesinato de Paco Stanley, estos arrestos, se dieron en el marco, de las investigaciones hechas por el atentado a Lily Téllez, del que ya hemos expuesto. Se partía de la tesis, de que había un vínculo entre ambos crímenes.
Los autores materiales, fueron señalados por el escolta de la periodista, es en ese momento, que Eduardo Saldaña, “El Jalisco”, era el líder de la banda y como ya hemos visto, se presumió, que pudo haber participado en el homicidio de Paco. Pero, las pruebas de ADN, resultaron negativas.
Ante el asesinato, la persona y el personaje, ya fusionados, permiten también la fusión noticiosa: el asesinado interseca: farándula, política y narcotráfico: las dos primeras, eran evidentes como ya lo hemos visto. Pero la tercera (El Narcotráfico), se irá abriendo paso, en la televisión abierta mexicana.
Con el pasar de los años, el tema sería parte de las producciones realizadas para la gran audiencia. Aquí, ya no se tomarían en cuenta los nichos de mercado, es una manifestación de la “sociedad del espectáculo”; y opuesto a los criterios clásicos de arte.
Es así, como a modo de ilustración, la actriz, Kate del Castillo, interpretará la ficción basada en la historia de Sandra Ávila Beltrán, alias: “La Reina del Pacífico”, en la novela: “La Reina del Sur”; por otra parte, en el marco más amplio de la globalización de las comunicaciones, en México, se trasmitirá, la producción colombiana: “Sin tetas no hay paraíso”.
En éste, contrario al melodrama azteca, en el que: “la muchacha pobre, asciende socialmente, por medio del matrimonio con el ‘junior’ rico”; la protagonista cafetera, “Catalina”, era una joven, que aspiraba a salir de la pobreza, haciéndose amante de algún narcotraficante; para ello, quería hacerse una cirugía plástica, que: “le aumentara las tetas”.
Luego vendrían: “El Cartel de los Sapos”, “Las Muñecas de la Mafia” y la reconocidísima: “El Patrón del Mal”. En esta línea, los mexicanos produjeron: la ya mencionada: “Reina del Sur”; “El Señor de los Cielos” (En ésta, se narra a modo de ficción, la relación entre Stanley y el ya citado, Amado Carrillo, así como el asesinato del primero), y “Señora Acero”.
Con estos productos, desde la perspectiva de la dinámica de los medios, se rompían los límites de: “la información o conexos sobre el Narco”: en el presente siglo, el tema “de los narcos”, ya no era solo materia de las columnas, del ya citado periodista Jesús Blancornelas o las cintas en el ya superado VHS, de los hermanos Almada (Especialistas en realizar, dramas violentos y narco películas); por cierto, que, en el año 2000, en ese ámbito de producciones exclusivas en VHS, dirigida por María Bornel, y protagonizada por Jorge Reynoso y Rafael Goyry, sale una película llamada: “El asesinato del Paco ‘ese’”; para evitar las demandas de la familia de Stanley.
En 2001, se concreta la “opera prima”, del director de cine, Armando Casas: “Un mundo raro”: ella está inspirada en hechos de la vida real, al final, el filme es una comedia fallida, que cuenta la historia de un tal “Tolín”, conductor de un exitoso “show de televisión”, que es víctima de un secuestro “exprés”, a bordo de un taxi ecológico, por parte de dos sujetos. Uno de ellos, Emilio, reconoce “a la luminaria”, y le pide que lo lance como cómico (Aquí, copia una idea de Scorsese); entonces, la película, muestra el lado oscuro de la televisión:
- La droga.
- La prepotencia de algunos conductores (De ahí a creerse impunes, solo hay un paso)
- El periodismo manipulador y manipulado.
- La apertura de oportunidades a bellas mujeres, a cambio de sexo.
- El anhelo de un sector de las clases bajas, por ser “estrellas de televisión”.
- La enajenación hacia los productos de la pantalla chica.
Véase los puntos de unión con “el caso Stanley” …
Ante la acción de ese rompimiento del que venimos hablando, se da una reacción conservadora, ella, habla de la “apología de la violencia” de esas producciones, pero pese a las críticas, el morbo, genera una legitimidad de tipo capitalista: “puede haber cuestionamientos morales (O hasta de moralina), pero: “las narco novelas, generan grandes ganancias”.
Inclusive, algunos investigadores con líneas implícitas de “progresismo”, hablaban de lo positivo: “del rompimiento de los límites de la moral burguesa”, por ejemplo: ya no solo se habla de drogas y tráfico, sino, de sexualidad explícita: hetero – normativa y homo – afectiva (Criminales con eyaculación precoz; hombres “que violan mujeres y hombres”; la violencia contra las féminas; narcos que, pese a su actividad ilícita, son “buenos padres”)
Para esos investigadores, “es positivo que se propongan nuevos modelos de género”, además: “de criticar el uso de drogas” y “criticar los modos de producción y la súper – estructura alienante en el éxito de la industria de las drogas”. En esta línea de razonamiento: “Se desnuda que el narco impacta a empresarios, policías y políticos” (Pero es interesante, que no se estableciesen relaciones entre los actores comunes de: el asesinato de Manuel Buendía; “la masacre del Río Tula” y el asesinato de Stanley.)
Ellos suman que: “hay una ética consecuencialista en estos productos televisivos: los malos reciben lo que merecen: cárcel o muerte”; debe decirse en honor a la verdad científico – social, que, estas tesis, no son compartidas, por la mayoría de los académicos.
En suma: “todo se convierte en un espectáculo”: desde el homicidio de Stanley, hasta la misma búsqueda de justicia. 25 años han pasado, y seguimos “solo viendo una parte de la total realidad”. Esto es tan cierto, que, en investigaciones periodísticas, en documentales y series, la tesis es la misma: “saque el receptor sus propias conclusiones”.
El punto es: que como hemos visto, estamos ante una multiplicidad de deslealtades, engaños e intereses, que es difícil de asimilar y discernir: solo como ejemplo, Jorge Gil y Mario Bezares, se acusan constantemente de mentir (Para algunos comentaristas, el periodista terminó paranoico, por la experiencia que vivió)
Por cierto, que, cuando a Gil, el jefe de información del Diario La Prensa, Humberto Aranda Ballesteros, le preguntó sobre Roxana Vivanco Reyes, Gil, le prometió una respuesta profunda, pero necesitaba investigar. El periodista, no volvió a llamar a su colega.
Ahora bien, es imposible no regresar a la reflexión política: la libertad de expresión, que no es la libertad de prensa, es clave para la democracia. En el caso mexicano, el asesinato de Paco Stanley, se da, cuando todavía el PRI, tenía casi todo o todo el poder.
Lo que el liberal Mario Vargas Llosa, definió como: “dictablanda”. Desde ese momento, en el país azteca, había un anhelo por el autoritarismo. Por eso, es hipócrita, que hoy, los medios conservadores, hablen del “autoritarismo de MORENA”.
Es interesante: la diversidad política e ideológica es clave en la democracia. Es cierto, desespera la lentitud por la ausencia de los acuerdos entre actores políticos, harta, de nuevo, “la sociedad del espectáculo”, en poderes como el Ejecutivo y Legislativo (México y Costa Rica, no escapan a esto)
A 25 años del asesinato de Paco Stanley, el PRI, el PRD y el PAN, se hunden en los escándalos, en las venganzas, en sus propios errores. Ellos, dieron espacio al saqueo de banqueros y los grandes empresarios. Hoy, en otras circunstancias, son otros los que hacen lo mismo, pero bajo otras mascaradas.
Por su parte, la extrema derecha – católica, ha caído derrotada, pero lo disimula muy bien…
25 años después del homicidio de Stanley, se sigue anhelando el autoritarismo en algunos sectores de México y Latinoamérica (Costa Rica, no es la excepción), por eso los discursos de los que hemos hablado de TV AZTECA y TELEVISA, no dejan de escucharse: “¿Por qué pagamos impuestos?; ¿Por qué tenemos elecciones?; ¿Para qué tenemos tres poderes?” (Inclusive, en el 2007, el Senado condenó la campaña negativa de TV AZTECA, contra los ingresos de los Senadores).
Pese a estas líneas editoriales, algunos comentaristas dicen que, ambas cadenas televisivas, no tuvieron estrategia informativa. Hoy, podemos decir que, hay estrategias políticas e informativas, que: “alimentan asonadas e incitaciones a la rebelión” (Regresando a nuestro país, el colmo es, que esas estrategias, vienen de los mismos gobernantes del Ejecutivo, que han llegado a calificar a Costa Rica de: “dictadura perfecta”); así: tanto los actores políticos como la clase gobernante, deberían velar por la preservación de la unidad nacional, además, de fortalecer las convicciones democráticas.
Por otro lado: con cierta frecuencia, en las lógicas de libre mercado, ciertos actores, hablan de que no deben ser controlados, porque se “autorregulan”: en la palestra de la comunicación, en Costa Rica, agencias de publicidad, llegaron a decir que, “no era necesario que la ley hablase de ‘publicidad engañosa’, pues, las mismas agencias, controlaban que eso no pasara”; al final, esto, no resultó cierto. En México, los discursos de TV AZTECA y TELEVISA, eran una muestra del fracaso de la política de la autorregulación y que, en su momento, apoyó el entonces presidente Ernesto Zedillo.
Esto nos lleva a otro tema: el tema de la moral, la ética y la ley: no entraremos aquí en debate de términos: digamos que ética y moral, son sinónimos. También digamos que, la ley, tiene en sí misma, una ética: refutamos así por convención que: “no todo lo legal es moral”; diríamos entonces: “que todo lo legal, contiene una ética”.
¿Y cuál es la ética de la ley?: una ética de las consecuencias, si se viola la ley, se tienen sanciones, consecuencias: así, el derecho a la información, es tutelado por la misma ley. Viendo la historia, como que el presidente Zedillo, no tenía clara la relación ética y derecho, lo que conduce a la impunidad.
Entonces: ¿Con los discursos ya expuestos, se violaba o no se violaba la ley?: la respuesta era: sí, pero esa violación era constante, sobre todo, en materia de contenidos: solo como ejemplo, la prohibición de la apología del delito (Ya hemos tocado el tópico de las narco novelas)
A la distancia del tiempo, es evidente que, las cadenas mencionadas, explotaron el suceso del asesinato de Paco Stanley, de manera morbosa, además, que, aprovechando los recursos, encadenaron sus televisoras y por horas, alarmaron y perturbaron a la población.
25 años después, el PRD es más un cadáver que un partido vivo: la confrontación entre Cuauhtémoc Cárdenas y Andrés Manuel López Obrador, se ha desenvuelto en otros escenarios: de hecho, Cárdenas, criticaba a López, pero apoyaba a la Presidente electa: Claudia Sheinbaum. Indudablemente, uno de los derrotados por el “caso Stanley”, fue Cárdenas.
En defensa del gobierno de izquierda en la ciudad, el periódico: “La Jornada”, hablaba de una: “vasta, irresponsable e inmoral, campaña de linchamiento, encabezada por los medios electrónicos contra las autoridades capitalinas… lucrando con la muerte, con el dolor humano, con el morbo, con los ratings y con el hartazgo de la población, en tales medios se han vertido temerarias e infundadas acusaciones e insinuaciones en lo que constituyó uno de los días más vergonzosos – y, posiblemente más lucrativos en lo económico y en lo ideológico – para estaciones de televisión y radio”.
Según ese editorial (del 8 de junio de 1999), los medios citados: “prácticamente borraron la corresponsabilidad del gobierno federal en el combate a la delincuencia”. De seguido, expuso el “delicado contexto político”, en el que ocurrió el homicidio del locutor.
Dice la publicación: “No debiera… descartarse como posible propósito del homicidio el causar desasosiego e incertidumbre y, tal vez, el invocar peticiones de mano dura y de reacciones autoritarias o totalitarias violatorias de las garantías individuales e incompatibles (,) con los avances democráticos y las libertades tan arduamente conquistadas”.
El 9 de junio de 1999, el periódico “El Universal”, publicó: “es muy preocupante la forma en que las dos principales empresas televisivas abordaron el homicidio del conductor Francisco Stanley, reveladora de afanes ajenos al proceso informativo, pues se generó un clima de zozobra que estuvo a punto de desencadenar una histeria colectiva”.
En contrario, cuando llegó al gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, llegó a hablar con el dueño de TV AZTECA, para decirle que no quería continuar con el conflicto que esa televisora tenía con Cárdenas. Pero, además, declaró a la prensa recién electo gobernador, que, no estaba interesado en retener gente inocente, que el gobierno central, no debía meterse en el “caso Stanley” y, que ese expediente, debía despolitizarse.
Se han cumplido 25 años del asesinato de Paco Stanley. Él bajó a la tumba con sus secretos… entre ellos, que tal parecía que quería abandonar su imagen de bromista y trivial que tenía en la televisión. De hecho, quería hacer un disco con poemas y canciones.
Quien no abandonó o ha abandonado ese rol, es Mario Bezares, quien, para julio del 2022, publicó un video de broma sobre el asesinato de Paco Stanley en Instagram: él está en Monterey (Donde trabaja y vive), en un restaurante llamado: “El Rey del Cabrito”. Bezares, le dice al grupo que le acompaña: “Familia, voy al baño, eh”. El grupo le responde: “No. Espérate. Vamos al baño juntos todos”. Mario Riposta: “Ni mi familia me respeta”.
He aquí un ejemplo, de ese “humor gandalla”, del que siempre ha aspirado a ser heredero Mario. Sobre la “broma”, diría Paul Stanley: “me parece una bajeza total”. Pero conste, ya los llamados “influencers” de “La Cotorrisa” (Dos “comediantes”: Ricardo Pérez y José Luis García Slobotzky, que hacen un podcast); habían reproducido la escena, en el mismo: “Charco de las Ranas”.
En suma: la complejidad del ecosistema de los medios de comunicación, no garantiza la elevación del nivel cultural de sus receptores; y menos, la conservación de las características nacionales. Esto, por las peculiaridades propias de la globalización.
Y, si cometemos el pecado, de comparar “fenómenos muy diferentes” (Violando la ´regla de Duverger’): contrario a la idiosincrasia mexicana, en el caso costarricense, se desprecian las costumbres del país y sus tradiciones, por no hablar de la propiedad del idioma y de exaltar los valores de la nacionalidad.
Hoy, el discurso neo populista de derecha e izquierda, desconoce los avances de democracia política (Por no decir, en el caso costarricense, cuando menos, de democracia social), del equilibrio de poderes, del proceso del sistema político, tratando de vulnerar la autoridad y la gobernanza. Para ello, se aprovecha de la confusión entre pluralidad – democracia, con “ley de la selva” – “Darwinismo social”.
En el caso mexicano, la tendencia era que los medios radiofónicos y televisivos, “fuesen pro régimen”, pero para las elecciones del 2000, los segundos, fueron claves en el triunfo de Vicente Fox, del PAN.
Seis años después, desaparecería el centro de poder que ordenaba las relaciones políticas en el régimen que fenecía, además, de romper el pacto corporativo que los medios mantenían con el gobierno, ellos profundizaban su papel de grupos de presión. A esto, había que sumar, la inestabilidad del electorado, lo cual, alimentaba la tendencia del voto blando e independiente, con lo que, las estrategias mediáticas de los partidos y los posicionamientos de los medios, fueron un factor clave en las elecciones.
Para las elecciones del 2012, algunos medios, trataron de privilegiar la figura del candidato del PRI (Enrique Peña Nieto), paralelamente, se disminuía la imagen y la plataforma política de sus rivales, así como la realidad de los problemas principales del país.
En 2018, el bombardeo de spots televisivos, se dio como consecuencia de una prerrogativa gratuita para los partidos políticos. En aquel momento, la hipótesis era que la toma de decisión de voto, sería sustentada en el impacto de los medios, los debates presidenciales y en menor medida, en el contenido de las redes sociales. Este año, muchos medios, fueron muy críticos del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, la línea editorial, era: “es un peligro continuar con un gobierno izquierdista”. En el tiempo del homicidio de Paco Stanley, esa tesis fue muy intensa.
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