Por Carlos Revilla
“Bosque tropical con monos” : Henri Rousseau (1844 – 1910)
Henri Rousseau o “El Aduanero” Rousseau, nació el 21 de mayo de 1844 en Laval, Francia, y falleció el 2 de septiembre de 1910 en París. Fue un pintor postimpresionista autodidacta, conocido por sus pinturas de escenas de jungla y paisajes exóticos, a pesar de que nunca salió de Francia ni vio una jungla en la vida real.
Nació en una familia modesta. Su padre era un hojalatero, y tuvo una infancia sencilla. Después de asistir a la escuela en Laval, se trasladó a París, donde trabajó como funcionario de aduanas, de ahí su apodo «El Aduanero». Comenzó a pintar a tiempo parcial a una edad relativamente avanzada, sin recibir una formación artística formal.
El estilo de Rousseau es único y fácilmente reconocible, caracterizado por sus formas simples, colores vivos y escenas oníricas. Aunque su técnica fue inicialmente objeto de burla por su aparente falta de habilidad técnica y su estilo naíf, sus obras capturan una cualidad mágica y primitiva que más tarde sería apreciada por los surrealistas y otros movimientos artísticos. Rousseau afirmaba haber desarrollado su técnica gracias a la observación y a la copia de las obras de maestros en el Museo del Louvre.
“Bosque tropical con monos” (también conocida como “Jungla con monos”) es una de sus obras más emblemáticas, creada en 1910. Esta pintura captura una escena exuberante y fantasiosa de una jungla llena de vida. En el centro, una variedad de monos se balancea y juega entre las ramas de frondosos árboles tropicales, rodeados de densas hojas verdes y flores vibrantes. La escena está imbuida de una atmósfera mágica y onírica, con detalles intrincados y colores brillantes que destacan el enfoque primitivo y naíf de Rousseau. A pesar de su aparente simplicidad, la composición transmite una profunda sensación de asombro y curiosidad por el mundo natural, reflejando la visión única y la imaginación desbordante del artista (Galería Nacional de Arte, Washington DC)
A pesar de la burla inicial de críticos y contemporáneos, Rousseau fue defendido por varios artistas de la vanguardia parisina, incluyendo a Pablo Picasso y Guillaume Apollinaire. Picasso, impresionado por la autenticidad y la originalidad del trabajo de Rousseau, organizó una famosa cena en su honor en 1908.
El legado de Rousseau es significativo, y su influencia se puede ver en el trabajo de artistas surrealistas y en el desarrollo del arte moderno. Su capacidad para combinar la fantasía con una sensibilidad casi infantil en su representación de la naturaleza le ha asegurado un lugar destacado en la historia del arte.
Murió en París en 1910 y fue enterrado en el cementerio de Bagneux. Aunque nunca fue plenamente reconocido en vida, hoy se le considera uno de los pioneros del arte naíf y una figura clave en la transición hacia la modernidad en el arte europeo.
Estas son las obras más conocidas y representativas del arte, cada una en un estilo y una época, pero que resumen a la perfección los grandes momentos artísticos de la humanidad.