Lina Barrantes Castegnaro
Meses atrás, una de las últimas expatriadas nicaragüenses me explicaba que el problema con Daniel Ortega, era que todos sus adversarios lo habían interpretado a partir de parámetros políticos. La lógica política indicaba consistentemente que “eso no lo va a hacer”, “no se va a atrever”, “a esa no la va a encarcelar” etc., etc. Me decía esta amiga, que Daniel y Rosario, debían ser analizados a partir de la psicología no de la política.Hace un par de semanas, vi un documental en la televisión “Unfit: The Psychology of Donald Trump”, que es justamente Trump desentrañado por psicólogos y psiquiatras.
En ese documental aprendí:
- Que Trump es un mentiroso patológico, miente en cosas que le convienen, y miente en cosas intrascendentes. Miente diciendo que es un jugador de golf extraordinario, pero también miente para defraudar el fisco. El ser un mentiroso patológico, hace que mienta con mucho aplomo y que sea muy convincente.
- Al igual que lo hizo Goebels, durante el tercer Reich, decidió dividir la sociedad. Nunca Estados Unidos estuvo mas polarizado. La estrategia es: partir el país en dos, y luego llevar a los bandos a enfrentarse en “guerra”.
- Al encontrarse en guerra, los bandos, son capaces de hacerle cualquier cosa unos a otros, que en condiciones normales, no harían. Pensé entonces en los Utus y Tutsis que convivieron tanto tiempo hasta que se dividieron en dos. Por supuesto en la Alemania nazi, en Bosnia y Herzegovina. En el Chile de Pinochet en el que familias hermanas se denunciaban unas a otras. En la Argentina de Videla. ¡Pasa incluso en algunos divorcios! O en los pleitos de familia por plata. Parece que ese mismo comportamiento lo tienen los chimpancés. Cuando la manada está en guerra, tiene licencia de odiar. He leído que una persona que por error mata a alguien, por ejemplo en un accidente automovilístico, podría tener mas secuelas psicológicas post traumáticas que el soldado. Un ser humano en guerra piensa y siente menos, si no fuera así, no podrían cometerse las atrocidades que se cometen.
- Explican como en su discurso repite sistemáticamente 2 o 3 veces las mismas mentiras, y así consigue que se graven en el cerebro a la gente. Todos pasamos a creer las mentiras sin cuestionarlas. Lo que ahora llaman post-verdad.
Todas estas observaciones sobre Trump que nos ayudan a interpretar a tantos lideres hoy, me hicieron reflexionar en contraposición con lo que ha venido haciendo Macron en Francia: Macron ha buscado temas que unen a la sociedad francesa. El mas importante, culminó con la conmemoración de los 80 años del desembarco. Si se fija uno en los cuerpos que han sido trasladados al Pantheon donde están los Grandes Hombres de la Patria, todos tuvieron logros en su vida por la liberación de Francia en la segunda guerra mundial. Llama la atención que el último homenaje de febrero de este año es a Manouchien y sus compañeros, con quienes Francia hace un homenaje a los extranjeros que se unieron a la resistencia. El mensaje: los extranjeros son amigos, nos apoyaron. Antes de eso Josephine Baker también unida a la resistencia, también extranjera.
Recuerdo recientemente a Simone Weil, quien rompió con ese país partido en dos en el tema del aborto, llevando la discusión a un tema de salud pública: el aborto no es un tema de feministas, es un tema de salud pública. Las elecciones europeas del domingo nos muestran, con el crecimiento monstruoso de la ultraderecha, que ese esfuerzo no ha sido suficiente. Los políticos no populistas están a la defensiva, y del otro lado, están los que no oyen razones. Mientras se pierde el tiempo tratando de convencerlos, el fascismo avanza, ¡y avanza con fuerza en todo el mundo!
Espero que estas notas nos sirvan para reflexionar un poquito sobre todo lo que esta sucediendo en el mundo, y como, para nosotros, los mayorcitos, es tan difícil entender la política hoy, cuando no pueden usarse para analizarla, los viejos paradigmas de la ciencia política o del actuar político de los 80.