Amy Goodman y Denis Moynihan
En el centro del campus de la Universidad del Sur de California, situada en la ciudad de Los Ángeles, se encuentra una estatua de Hécuba, reina de la antigua Troya. En el sitio web de la universidad se afirma que dicha estatua “rinde tributo a las mujeres de Troya”. Y más adelante se agrega: “Hécuba defendía a sus hijos y a su ciudad con inmensa pasión y lealtad. Ella instaba a los troyanos a seguir luchando, aunque estuvieran en inferioridad numérica, se sintieran exhaustos o enfrentaran obstáculos aparentemente insuperables”. La Universidad del Sur de California está repleta de imágenes de Troya, una ciudad amurallada que, según los escritores antiguos, como Homero, fue saqueada por los griegos tras infiltrarse en ella escondidos dentro del legendario “caballo de Troya”. El lema de los equipos deportivos de la universidad —Los Troyanos— es “¡Sigamos luchando!”. Sin embargo, la Universidad del Sur de California decidió esta semana abandonar a una de sus estudiantes más destacadas, la joven que fue distinguida como “estudiante ejemplar” de la promoción 2024: Asna Tabassum. La universidad optó por renunciar a la lucha y se doblegó ante la creciente ola de neomacartismo que azota actualmente los campus universitarios de todo Estados Unidos.El lunes pasado, la institución anunció que cancelaba el discurso de graduación de Tabassum. “La intensidad de las emociones, exacerbada tanto por las redes sociales como por el conflicto en curso en Medio Oriente, ha escalado al punto de crear riesgos sustanciales relacionados con la seguridad y el normal desarrollo de la ceremonia de graduación”, explicó en un comunicado el rector del centro educativo, Andrew Guzman, y agregó: “Para ser claros: esta decisión no tiene nada que ver con la libertad de expresión. No existe el derecho a la libertad de expresión para hablar en una ceremonia de graduación”.
Asna Tabassum es una musulmana estadounidense cuya familia es originaria del sudeste asiático, que se graduó con una especialización en ingeniería biomédica y una especialización secundaria en Resistencia al Genocidio. En el sitio web del Consejo de Relaciones Islámico-Estadounidenses (CAIR, por sus siglas en inglés), la joven compartió una respuesta al comunicado emitido por la universidad, en la que expresa, entre otras cosas: “No me sorprende que haya quienes intentan propagar el odio. Me sorprende que mi propia universidad —que fue mi hogar durante cuatro años— me haya abandonado. […] El 14 de abril, les consulté [a las autoridades] sobre las supuestas preocupaciones de seguridad y se me informó que la universidad disponía de los recursos necesarios para implementar las medidas de seguridad adecuadas durante mi discurso de graduación, pero que no iban a tomarlas porque aumentar esas medidas de protección no encajaba con ‘la imagen que la universidad desea proyectar’”.
En conversación con Democracy Now!, Asna describió la virulenta campaña a la que se vio sometida después de ser distinguida como estudiante ejemplar: “Apenas unas horas después [de que se hizo el anuncio de que yo había sido designada como estudiante ejemplar 2024] se desató una campaña muy generalizada —y, sinceramente, muy violenta y decepcionante— para que me retiren la distinción”.
Las autoridades de la Universidad del Sur de California no quisieron compartir detalles de las amenazas que supuestamente recibieron. Asna dijo al respecto: “No me brindaron ninguna información [acerca de las amenazas] y me dijeron que no era apropiado que yo me enterara de ellas”.
Su área de estudio principal y su especialización secundaria pueden parecer completamente discrepantes, pero Asna expresó: “Mi especialización en Resistencia al Genocidio me da la oportunidad de estudiar la condición humana en lo que posiblemente sea una de las peores condiciones que se puedan experimentar”.
Y agregó: “Y la ingeniería biomédica es mi forma de aprender procesos y aplicaciones técnicas para mejorar la condición humana al aumentar el acceso a la salud […], de modo de que podamos mejorar la forma en que las personas experimentan la atención sanitaria cuando más la necesitan”.
Una de las razones más probables por la que Asna estuvo en el punto de mira, y que las autoridades de la universidad no mencionaron, es la solidaridad de la joven con el pueblo palestino. En su biografía de Instagram, Asna proporciona un enlace a un sitio web en el que se expone en detalle el conflicto entre Israel y Palestina. En ese sitio se describen tanto la solución de dos Estados como la de un Estado, las dos principales propuestas para una paz permanente en la región. En una de las oraciones incluidas en el contenido del sitio se expresa que “un Estado palestino significaría la liberación del pueblo palestino y la abolición completa del Estado de Israel”.
Durante la entrevista que mantuvo con Democracy Now!, Asna señaló al respecto: “La frase que sigue [..] habla de la coexistencia entre árabes y judíos. Aquí hay muchos factores. […] Solo estoy abogando por la igualdad humana y por la sacralidad de la vida humana cuando afirmo que los palestinos, así como los judíos, los musulmanes y cualquier otra persona que se haya visto involucrada en este conflicto, tienen el mismo derecho a la vida y el mismo derecho a disfrutar plenamente de sus vidas”.
En medio de los incesantes bombardeos israelíes contra la población civil de Gaza, la solidaridad de Asna con el pueblo palestino, especialmente como mujer musulmana que usa el hiyab, podría ser la imagen que, en efecto, la Universidad del Sur de California no desea “proyectar”.
Todo esto ocurre mientras, en el Congreso, los republicanos han montado una campaña de carácter neomacartista en la que acusan a las universidades liberales de élite de tolerar el antisemitismo en sus campus. Aunque el antisemitismo genuino existe, esta actual caza de brujas parece estar dirigida a los centros universitarios donde la solidaridad con Palestina y los movimientos contra la guerra están cobrando fuerza.
Un grupo de 23 profesores judíos de la universidad de Barnard/Columbia le envió una detallada carta abierta a la rectora de la Universidad de Columbia, Minouche Shafik, antes de que esta compareciera el miércoles ante el mismo comité de la Cámara de Representantes de Estados Unidos que provocó la dimisión de otras dos rectoras mujeres, la de la Universidad de Harvard y la de la Universidad de Pensilvania. En la carta, los docentes señalan: “Nos oponemos a que el antisemitismo sea utilizado como un arma para silenciar. Y abogamos por una universidad en donde todos los estudiantes, ya sean judíos, palestinos o de cualquier otro origen, puedan aprender y prosperar en un entorno abierto y honesto de investigación y debate riguroso”.
El Consejo de Relaciones Islámico-Estadounidenses ha pedido a la ciudadanía que se sume a la campaña para que la Universidad del Sur de California restituya a Asna Tabassum como oradora en la ceremonia de graduación. Fiel al espíritu de la reina Hécuba, Asna promete seguir luchando.
© 2024 Amy Goodman
Traducción al español de la columna original en inglés. Edición: Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org