Vladimir de la Cruz
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Hoy deben presentarse las inscripciones de las candidaturas a todos los puestos de elección popular; candidatos a síndicos, a regidores; a alcaldes y vicealcaldes e intendentes con sus respectivas suplencias. En total suman varios miles de candidatos, en los 84 cantones que habrá elecciones; algunos muy numerosos poblacionalmente, otros con poquísima población.
Cuando se termine de inscribir la totalidad de candidatos sabremos con certeza el número exacto de ellos, los partidos que los proponen y el panorama exacto de cuantos partidos disputan cada cantón. El 20 de este mes vence el plazo para presentar estas inscripciones de candidaturas.
El Tribunal Supremo de Elecciones, con toda razón, ha señalado que esta es la elección más compleja que tienen que enfrentar. En la práctica son 84 elecciones diferentes, una por cada cantón, con sus casi 500 distritos nacionales, lo que exige una labor muy cuidadosa para la elaboración de las listas de candidatos por cada partido que participa.
En el registro nacional de partidos políticos, entre nacionales, provinciales y cantonales, hay casi 200 partidos. No todos participan en las elecciones. Pero, al ser una elección particular, específica, por cada cantón hace que todos los partidos se multipliquen en todos los cantones. Así, por ejemplo, los seis partidos que están representados en la Asamblea Legislativa, en el supuesto que todos ellos participen, en todos los cantones, con candidatos, hace que solo ellos se presenten en un total de 504 partidos cantonales. En el caso de los partidos provinciales es igual. En una provincia con 21 cantones, como es San José, hace que cada partido provincial se reproduzca de igual forma en los 21 cantones. La dificultad que se le presenta al Tribunal Supremo de Elecciones es también la confección de las papeletas de candidatos de cada cantón.
Desde el punto de vista meramente político para los partidos nacionales el reto que tienen es hacerse presentes en todos los cantones. En la pasada campaña electoral participaron un total de 25 partidos, de los cuales solo seis tuvieron representación parlamentaria. Esos seis partidos participaron con candidatos a diputados en todas las provincias, de allí la elección de sus diputados. En una de las provincias hubo 29 partidos participando, y en otra 24; las restantes se movieron con 25 partidos.
Los partidos que eligieron diputados no necesariamente tenían una estructura partidaria bien arraigada en todos los cantones. Esa es su prueba de fuego en estas elecciones, que son a la vez una proyección de fuerza potencial hacia las elecciones nacionales del 2026, porque lo más probable es que todos los partidos, que tienen diputados, vuelvan a participar en las elecciones nacionales, con sus propios candidatos presidenciales y a las diputaciones. Dos de ellos ya tienen sus propios candidatos presidenciales que son diputados, que repetirán su candidatura presidencial.
La presencia de los partidos políticos en los consejos municipales y en las alcaldías muestra su arraigo territorial, mas no su fuerza política efectiva. A este nivel hay dos elecciones, la de los alcaldes y la de los miembros de los consejos municipales. Son dos elecciones diferentes.
Los alcaldes van con su propio programa y plataforma de ofertas electorales. Los candidatos a regidores también van con lo propio. Eso se evidencia en la vida diaria de cada Consejo Municipal, donde los alcaldes no pueden imponer sus ofertas ni programas a efecto de que se conviertan en políticas de acción pública cantonal. El Consejo Municipal es algo parecido a la Asamblea Legislativa y, el Alcalde algo parecido al Presidente de la República, sin Consejo de Gobierno, sin ministros de su nombramiento, y sin Presidir el Consejo Municipal.
En esto influye también que las municipalidades se mueven con planes, programas y acciones que vienen ejecutándose desde atrás; de gobiernos municipales anteriores; que deben seguir desarrollándose. Algo parecido sucede con los presidentes de la república cuando asumen el gobierno el 8 de mayo, que se encuentran con un presupuesto nacional aprobado que tienen que ejecutar.
En las municipalidades es igual, para los alcaldes y miembros de los consejos municipales, que encuentran un presupuesto de ejecución municipal que no tiene relación alguna con la campaña electoral, ni con las ofertas y promesas que hagan los candidatos; que es su camisa de fuerza.
En las actuales elecciones que vienen existe también la circunstancia de que casi la mitad de los alcaldes no puede reelegirse. Tienen que elegirse nuevos alcaldes. Igual sucederá con los miembros de los consejos municipales.
La mayor presencia de miembros de un partido político en los consejos municipales produce una sensación de “poder”, de “mayoría política” partidaria; de partidos dominantes, o más grandes nacionalmente, o de partidos políticos más poderosos. En la práctica de cada cantón estos partidos son partidos de papel, con pies de barro. No tienen locales abiertos en sus cantones o principales ciudades o cabeceras de cantón; no realizan a nivel cantonal ninguna expresión de vida partidaria cantonal. Los consejos municipales ni siquiera tiene la costumbre de convocar a cabildos abiertos, a consultas ciudadanas; ni los ciudadanos, ni sus partidos cantonales, tienen la práctica de convocar plebiscitos o referéndums. Algo de esto se ha roto cuando en algunos cantones especiales, como han sido Curridabat, Escazú o Santa Ana, en procesos electorales anteriores, impusieron en las municipalidades a fuerzas electorales cantonales, que lograron hacer “gobiernos propios y específicos”, diferentes a los que venían controlando esos consejos municipales, con bastante éxito y apoyo ciudadano. Pero, han sido excepciones.
El mayor número de alcaldías, en manos de un Partido, da poder en la Unión Nacional de Gobiernos Locales, que maneja muchos recursos y puede impulsar actividades que los proyecten.
Para los partidos que gobiernan el Poder Ejecutivo su más grande reto es tener una buena presencia en todos los cantones. En este siglo, cuando la Unidad Social Cristiana, 1998-2006, era gobierno, que empezaron también las elecciones municipales separadas, llegó a tener poco más de 40 cantones con alcaldes socialcristianos. Cuando gobernó Liberación Nacional, 2006-2014, tuvo entre 49 y 60 alcaldías, y actualmente mantiene 47. Cuando Gobernó el Partido Acción Ciudadana tuvo 12 y 10 alcaldías respectivamente en sus dos gobiernos entre el 2014 y el 2018. El actual Gobierno de Rodrigo Chaves no tiene ninguna y no es su culpa. Ingresó a Gobierno sin haber participado el Partido Progreso Social Democrático en las últimas elecciones municipales porque en ese momento no existía.
El Partido Liberación Nacional, en este sentido es el partido que más presionado está para estas elecciones municipales por las siguientes razones: porque es el que más alcaldías tiene y, al menos, debe tratar de mantenerlas, procurando aumentar su número para dar una señal de organización partidaria ante las próximas elecciones nacionales del 2026; y, porque en las elecciones del 2014 y del 2022 quedó de finalista para la segunda vuelta, cuando en la elección del 2018 quedó fuera de esa opción. Habiendo sido finalista en la elección del 2022 mostró su fuerza. Hasta ahora no hay evidencia de mayores fraccionamientos y retiros de dirigentes de los que ya sufrió en el proceso electoral del 2022. Su reto es la búsqueda de su candidato presidencial.
Para el partido de Gobierno, el Progreso Social Democrático, de Luz Mary Alpízar, es sobrevivir a estas elecciones municipales con alguna presencia cantonal. El Gobierno de Rodrigo Chaves no le está ayudando con nada. Primero, porque los diputados electos están divididos, nueve con Rodrigo Cháves y Luz Mary Alpízar sola. Segundo, porque el propio Presidente Chaves ha impulsado la creación de dos partidos cantonales, “Aquí Costa Rica Manda” y “Pueblo Soberano”, que disputarán candidaturas cantonales y espacios políticos. Está claro que la simpatía gubernamental se vuelca sobre “Aquí Costa Rica Manda” a pesar de que es un partido que internamente tiene muchas fisuras y acusaciones incluso, dentro de ellos mismos, expresadas en su última Asamblea, el pasado fin de semana, de que allí hay intereses afincados de la narcopolítica que invade ese partido y tiene sus representantes y dirigentes. Tercero, porque es evidente y público el enfrentamiento del Presidente de la República con la Presidente de ese Partido. Cuarto, porque desde el punto de vista de acciones de gobierno y políticas públicas, el partido de Gobierno, el Progreso Social Democrático, de Luz Mary Alpízar, no puede apropiarse de nada positivo que el Gobierno haya hecho, en estos 18 meses, que sean dignas banderas populares de agitación a su favor, como serían soluciones de problemas populares o ciudadanos, de los cuales Luz Mary Alpízar, con su partido, pudiera aprovecharse positivamente.
Para el caso de Rodrigo Chaves Robles, como Presidente, independientemente de cuál partido cantonal lo represente mejor, a esta altura del proceso electoral, me parece que no va a salir tan mal parado. Tiene su rédito de aceptación en encuestas. Que haya bajado no le afectará sustancialmente en lo que él pueda convocar para que apoyen a sus partidos cantonales. Chaves no pedirá directamente para esos partidos porque no puede hacerlo de esa manera; pero hablarán por él en ese sentido, para darle sostén al Gobierno, con imágenes de ciudadanos que dirán que están resolviendo problemas por lo que necesita que se le dé más poder público electoralmente manifestado en las municipalidades; que ahora no tiene.
Lo mínimo que podrían sacar, en alcaldías, quienes se miran en el gobierno de Chaves es 13 en todo el país, para superar al PAC. Eso sería insuficiente. Pero le daría cierta presencia y expectativa.
Muchos partidos participando puede aportarle cierta ventaja, por ser gobierno. Podría ocurrir algo parecido a las últimas nacionales, 25 partidos inscritos y solo 6 eligieron diputados. En este sentido Rodrigo Chaves, su gobierno y sus partidos podrían darnos una sorpresa municipalmente, lo que sacudiría mucho el árbol electoral del 2026. Ya lo veremos.
A partir de esta fecha, hasta el 6 de noviembre, también los partidos pueden acreditar fiscales ante los organismos electorales, para la fiscalización de los procesos electorales y consultivos. Esto es también otra manifestación de fuerza que hacían los partidos, que ya casi no se exalta.