Vladimir de la Cruz
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El Comando Sur de los Estados Unidos fue creado el 6 de junio de 1963, recién triunfada la Revolución Cubana, ya declarada Revolución Socialista, con desarrollo de procesos guerrilleros en América Latina, recién pasada la crisis de octubre de 1962, llamada Crisis del Caribe, en que se había determinado presencia soviética militar importante, de instalación de misiles nucleares, en Cuba. Fue un momento de mucha tensión mundial.
El Comando Sur así se creó en el contexto de la Guerra Fría, para, entre otras razones, dar seguridad y defender el Canal de Panamá, en ese momento sometido a control administrativo político de los Estados Unidos.
Allí Estados Unidos tenía una zona militarizada, con 22 emplazamientos para distintos fines de capacitación militar de contingentes de todo el continente, y la preparación de antiguerrillas y contrainsurgencias. Costa Rica enviaba a sus policías y oficiales de la Fuerza Pública, a entrenarse especialmente en Fort Gullick. Además, estaban los fuertes Amador, Grant y la Escuela de las Américas (USARSA-United States Army School of the Americas).
Después de los Tratados Torrijos-Carter, del 7 de setiembre de 1977, y la entrega del Canal a Panamá, así como la salida parcial de las tropas norteamericanas de la llamada Zona del Canal, las bases militares fueron reubicadas, poco a poco, en La Florida, en Honduras, en la Mosquitia y en el Departamento de Copán; bases aéreas y dos bases navales, una en Puerto Castilla, departamento de Colón, y la otra en la laguna costera de Caratasca, donde tenían un uso estratégico en el conflicto centroamericano, de esa década, frente a Nicaragua y El Salvador; y en Puerto Rico, operando en paralelo con los centros de operación militar móviles que estaban en la frontera norte de Costa Rica, en coordinación con John Hull, con colaboración solapada del gobierno de Costa Rica, que fueron desmantelados cuando Oscar Arias asumió la Presidencia el 8 de mayo de 1986.
John Hull ayudó a la CIA en la entrega de armas y «ayuda humanitaria» alimentos y ropa, a los Contras sandinistas y sus familias. Las fincas de Hull tenían pistas de aterrizaje que eran utilizadas para transportar armas y otras ayudas en operaciones subsidiadas por la CIA para ayudar a los Contras.
Desde entonces el Jefe del Comando Sur tiene un papel importante de relación con todos los jefes militares de Centroamérica y del Caribe, y en se momento también con los del Consejo de Defensa Centroamericano, CONDECA, del cual Costa Rica en miembro observador.
Desde esos años la Jefatura del Comando Sur ha mantenido la tesis de que está en la posición de ejercer su poder de influencia sobre las fuerzas armadas del continente, en materia militar, y en el apoyo a la modernización política, social y económica de la región.
El Comando Sur fue una escuela de dictadores, tiranos, torturadores, golpistas políticos, violadores de Derechos Humanos. Cuando derrocaron a Salvador Allende, hace 50 años, el periódico Times señaló que de esas escuelas y emplazamientos militares se habían graduado “más de 170 soldados y oficiales, hoy jefes de gobierno, ministros en los gabinetes, comandantes en jefe, jefes de Estado Mayor y jefes de Inteligencia”, y detallaba los chilenos graduados que participaron en el Golpe de Estado. Así también de otros países, y de la colaboración que dieron en la crisis de las Malvinas, hace 41 años, en contra de Argentina, a favor de Inglaterra.
En la Zona del Canal estaba la Escuela Cartográfica de Investigación Geodésica Interamericana (Cartographic School of Inter-American Geodetic Survey – IAGS), en Fort Clayton, que ha jugado un papel muy importante en la elaboración de los Mapas básicos de Costa Rica, escala 1-50.000.
Muchas de las labores que realiza el Comando Sur se coordinan con el Departamento de Defensa.
Desde hace algunos años, parte de las operaciones militares de los Estados Unidos, se ocultan bajo la lucha de enfrentar a la droga, las amenazas del tráfico ilícito, y hoy también el terrorismo, con lo cual se han firmado Tratados con toda Centroamérica para la libre movilización de buques de Estados Unidos en ese sentido en ambas costas de la región, especialmente en el Pacífico.
La visita de la General no se anunció para atender asuntos militares, policiales o de lucha antinarco. Se anunció para promover “una reunión bilateral en la Casa Blanca”, en la cual, el presidente Biden y el presidente Chaves definirán medidas orientadas a profundizar y fortalecer nuestra cooperación en una serie de temas claves para responder a las necesidades de nuestra población… en cómo nuestros dos países pueden construir economías inclusivas y sostenibles, lo que incluye las acciones a través de la Alianza para la Prosperidad Económica en las Américas; impulsar los valores democráticos en la región, promover una migración segura y ordenada en consonancia con los principios de la Declaración de Los Ángeles sobre Migración y Protección, y abordar desafíos en materia de seguridad regional.”
Específicamente vino a intervenir en política interna nacional, en asuntos de soberanía; vino a manifestar sus preocupaciones por la relaciones que Costa Rica tiene con la República Popular China, insinuando que esas relaciones tienen un “eventual uso militar”. Manifestó su preocupación por “la participación que el gigante asiático tiene en el desarrollo de infraestructura crítica, en puertos de aguas profundas, ciber tecnología, inversiones en el campo espacial y las redes 5G”.
Ninguna protesta se produjo, de los diputados, frente a semejante injerencia e intromisión en asuntos de la soberanía nacional.
Dijo la General que China no “invierte” sino que “extrae” inversiones, refiriéndose al flujo de recursos provenientes de China para la región. Cuando el Presidente Kennedy impulsó la Alianza para el Progreso Raúl Prebish, de la Comisión Económica para América Latina, afirmó que por cada dólar que Estados Unidos invertiá, sacaba dos, lo que no era una “ayuda”.
Señaló su preocupación la General porque según ella China ha desarrollado su mayor Ejército, que lo tiene en China. Se preguntó: “¿por qué China impulsa inversión en infraestructura en América, tan alejada de China?” Cuestionó, la General, la calidad de las inversiones y de las obras de infraestructura, brincándose todos los mecanismos nacionales que tienen que ver con obras de infraestructura, de inversiones; interviniendo directamente en la toma de decisiones políticas y comerciales de Costa Rica. ¿Acaso ella no conoce el proyecto de China de la llamada Nueva Ruta de la Seda, que hoy abarca más de 80 países en el mundo, que pasa por el Canal de Panamá, que yo sepa no toca directamente a Costa Rica, de la cual podríamos beneficiarnos.
Su visita remató en anunciar una “inversión” en Costa Rica de $9.8 millones de dólares en tres años, a razón de $ 3 millones y algo más por año, para que en el Ministerio de Seguridad se establezca un Centro de Operaciones de Ciberseguridad, ¿para Costa Rica?, ¿para la región centroamericana y del Caribe?, o para ¿América latina?, operado desde aquí.
Anunció que el Gobierno de Estados Unidos asignará un “asesor estratégico, a tiempo completo, para el desarrollo de las políticas en estrategias nacionales de ciberseguridad. De estas “inversiones” no dijo si eran “inversiones directas” propias de los Estados Unidos, a cargo de su presupuesto nacional o militar, sin que nosotros tuviéramos que reembolsar nada a modo de “prestamos” que hubiere que pagar.
Así, anunció, también una donación de $25 millones de dólares para reforzar la infraestructura digital del país, recursos que estarían a cargo del Ministerio de Ciencia y Tecnología, MICIIT. No se refirió a la red 5G, o una posible 6G, u otra base digital que el país pudiera estar pensando en instalar o desarrollar. No dio plazos ni montos parciales de esta “inversión”.
También anunció una “donación” de $13.7 millones “para luchar contra el narcotráfico, el lavado de dinero y la trata de personas”, con apoyo “en un sistema de 6 drones no tripulados de largo alcance, tipo Puma, para operaciones antinarcóticos y patrullaje fronterizo”. Este tipo de drones han sido probados en el campo de Batalla, con capacidad para múltiples misiones y operaciones de día y de noche, en todos los entornos
La General dirige, en su sede en Doral, cerca de Miami, más de 1200 militares y civiles del Ejército de tierra, aire, infantería y Marines, Guardia Costera y otras agencias federales.
El Presidente Chaves manifestó que la reunión con la General fue “encantadora” para entender la seguridad común de Estados Unidos y de Costa Rica.
En febrero la General había visitado Costa Rica y en esa ocasión ofreció $14 millones de dólares más para “crear una red de telecomunicaciones para el Ministerio de Seguridad”. El Ministro de Seguridad dijo que los drones ya están en APM Terminals, desde febrero, y “en situaciones de frontera”.
La presencia injerencista, intervencionista, de la General en asuntos de política exterior del país, provocó una respuesta de la Embajada de la República Popular China en Costa Rica, señalando que los Estados Unidos desde hace varios años ha venido politizando, instrumentalizando e ideologizando las relaciones comerciales y tecnológica de China para desprestigiar y atacar a China sin “fundamento táctico”.
Recordó la Embajada de China que es “Estados Unidos el que tiene más de 800 bases militares en 80 países de todo el mundo, que incita confrontaciones y divisiones; que impulsa una Doctrina Neo Monroe; proponiendo movimientos desestabilizadores en distintos países; aplica unilateralmente sanciones y abusa de su hegemonismo tecnológico y económico para realizar ciberataques y radioescuchas telefónicas sin distinción”.
La Embajada de China recordó a los Estados Unidos que los países latinoamericanos, caribeños y centroamericanos son independientes, soberanos, libres y no son ni deben considerarse el patio trasero de los Estados Unidos.
Para la Embajada de China estos países tienen “la sabiduría capacidad para elegir a socios de cooperación en concordancia con sus intereses”.
Para la Embajada de China sus relaciones, con países, descansan en conceptos de “respeto mutuo, igualdad, beneficios recíprocos, cooperación, ganar apertura e inclusión en la cooperación sustancial en las distintas áreas con los países latinoamericanos y caribeños sobre la base de respeto a las necesidades y beneficios de ambas partes”. Su interés es trabajar “sin interferencias y sacudidas por ciertos ruidos e intentos de sembrar discordia”.