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Carlos Revilla Maroto
En esta oportunidad voy a escribir sobre algo muy interesante que pienso desarrollar un poco y, que está relacionado con el espiritismo y su más notoria manifestación cual es la de los médiums con las sesiones espiritistas. Lo cierto es que en la actualidad estos temas han sido relegados, y han perdido la importancia de antaño, pero eso no quita que siga siendo un tema interesante. También voy a contar un par de anécdotas familiares relacionadas con el tema en cuestión.Peo bueno, ¿qué es eso de una médium? Según Google (dado que no da la fuente), médium es la “persona a la que se considera dotada de facultades mentales paranormales que le permiten comunicarse con los espíritus del más allá” y, según el RAE es la “persona que supuestamente puede ponerse en comunicación con el espíritu de un muerto”.
Ya conociendo que es, podemos decir que en la llamada época de oro del espiritismo costarricense (finales del S XIX y principios del XX), había en el país una médium llamada Ofelia Corrales (1900-1960), hija de Buenaventura Corrales, aquel gran educador y maestro, que apoyó a Mauro Fernández en las reformas educativas y de la que una prominente escuela de San José lleva su nombre.
Ofelia, con apenas 18 años en la casa de su familia, situada adonde ahora están las viejas instalaciones del Hotel Europa en San José centro (Avenida 5, calle 0), y seguramente influenciada por su tío Solón Corrales, quien también era espiritista, realizaba sesiones ante la presencia de políticos e intelectuales de la época, como Alberto Brenes Córdoba, Roberto Brenes Mesén, el pintor Enrique Echandi, Ramiro Aguilar, los hermanos Tinoco Granados (clientes asiduos), José Manuel Caballero y mucha otra gente destacada en las dos primeras décadas del siglo XX.
En las sesiones, entre muchas otras cosas, Ofelia teletransportaba (movía de un lugar a otro) fuera del recinto, con las puertas y ventanas cerradas: libros, flores, muebles y otros objetos. Luego lo hacía con sus hermanos pequeños y los regresaba nuevamente a la sala. Todo esto comprobado paso a paso por los asistentes. También se desdoblaba materialmente en dos (proyección astral) en una habitación con testigos, mientras ella estaba en otra con otro grupo de personas. Una quedaba en la sala cerrada y la otra afuera del lugar, y entre las dos hablaban, hasta que la última le pedía abrir la puerta para entrar, lo cual ella realizaba.
Todo se comprobaba detalladamente por el grupo de asistentes. En una hoja de papel sobre la mesa se producía escritura automática en español, inglés y francés, aunque Ofelia no conocía estos dos últimos idiomas. En otra oportunidad materializó una entidad o fantasma de nombre Manuel Ruiz, que pudo ser tocado, y le escucharon su corazón. Luego éste llegó con otros fantasmas, cada uno hablando en su lengua materna y pudieron intercambiar palabras con los presentes.
Su padre le tomó varias fotos, redactó un artículo y lo envió todo a diferentes revistas psíquicas y espiritistas del mundo, entre ellas: Annales Sciences Psychiques (París), Ligth (Londres), La Voz de la verdad (Barcelona), y El Siglo espiritista (México). Esto tuvo una repercusión mundial en las principales revistas dedicadas a la materia, pues muchas de ellas reprodujeron lo que otras ya habían publicado.
De diferentes partes del mundo, especialmente Europa, vinieron para conocer a Ofelia y comprobar directamente si era cierto lo que se decía sobre ella. En el año 1910, la revista Hindu Spiritual Magazine, fundada en Calcuta en 1906, publicó un texto escrito por el periodista británico William Thomas Stead sobre Ofelia, refiriéndose a ella como “La médium más notable del mundo”.
Pero, siendo un tema tan polémico, hubo mucho debate y controversia. Es así como el investigador Willy Reichel, quien viajó desde Francia, escribió sobre Ofelia que “encontró casi infantiles los intentos de fraude durante las sesiones de materialización”, no obstante, afirmó que “era indudablemente una competente médium para voces independientes y escritura automática”. Por otro lado el inglés Joseph McCabe indicó “La linda Ofelia Corrales era uno de los más evidentes fraudes que había hallado. Localmente, sus pequeñas cosas eran notables, pero su padre y unos pocos admiradores habían dado descripciones claramente inexactas de ellos y era bien conocido que su ‘fantasma’ [Mary Brown] era una sirviente del vecindario”. En 1920, McCabe tuvo un debate con Arthur Conan Doyle, quien era entusiasta espiritista y creador del excéntrico detective Sherlock Holmes. En esa discusión, McCabe definió la experiencia costarricense como una “reconocida impostura” y un “desvergonzado fraude”.
No hay certeza si el retiro de Ofelia se debió a estas criticas pero en 1914, ella decidió alejarse de las sesiones espiritistas y de todo lo referente a la mediumnidad. Tuvo esporádicos regresos especialmente durante la dictadura de los Tinoco. Se menciona mucho la sesión que se hizo para invocar al espíritu de Joaquín Tinoco, para que dijera quien lo había asesinado.
Sobre lo anterior solo voy a anotar en general que el fraude es muy común en esta actividad. El gran mago Harry Houdini dedicó gran parte de su vida, junto a su esposa Bess, a desenmascarar los estafadores, y eran muchos. Pero también hubo unos pocos que parece que si eran algo legítimo. Houdini le prometió a su esposa que si moría primero que ella iba a contactarla del “más allá”, algo que nunca sucedió. En particular sobre Ofelia, me parece que era una combinación de ambas cosas; se podría decir que era a veces un fraude no malintencionado, para redondear la experiencia.
Ahora si, el par de anécdotas prometidas de mi familia:
Mis abuelos paternos vivían en Barrio Amón y, conocieron a la familia Corrales. Mi abuelo Juan Revilla tuvo la pulpería-cantina “El Ballestero” (hace unos años dejó de existir), en avenida 9 calle 0, cerca de donde vivían los Corrales (200 m). Mi abuelo era asiduo asistente a las sesiones espiritistas de Ofelia y Solón Corrales.
Contaba mi abuela que un día estaba en el cuarto principal de la casa amamantando a una de mis tías recién nacida, y vio pasar por el frente (el cuarto tenía un ventanal grande que daba a un corredor interno) una mujer con un vestido negro que parecía flotar, y que en un momento dado se detuvo y se le quedó mirando fijamente por unos breves segundos, para luego continuar su camino hasta el área de la cocina. Mi abuela, apenas se repuso del susto, fue a la cocina donde estaba la empleada de la casa y le preguntó si había visto a alguien, y ella le respondió que no, a nadie. Unas horas después volvió mi abuelo a la casa, y contó que estuvo en una sesión espiritista, donde había aparecido el fantasma de su hermana muerta, que le dijo que tenía una bonita familia.
En alguna oportunidad conversando con mi papá de Ofelia Corrales y las sesiones espiritistas, me contó que una vez, siendo un adolescente, mi abuelo (su papá) lo llevó a una de las sesiones, donde se escuchó a Carlos Gardel cantando y había un olor a flores. En algún momento de la sesión, estando todos los asistentes sentados alrededor de la mesa, esta levitó (se despegó del suelo) por unos segundos, lo que fue una impresión muy fuerte. Me dijo que primera y última vez que iba a una de esas sesiones, dado que casi se muere del susto.
Si están interesados en el tema, pueden leer el libro “La ciencia del momento. Astrología y espiritismo en la Costa Rica de los siglos XIX y XX” del historiador Iván Molina Jiménez, que se puede obtener en versión pdf en la biblioteca digital del sinabi.
Califique esta columna:
Con la ayuda de la Enciclopedia de Ocultismo y Parasicología, artículo “Ofelia Corrales internacional” de Iván Molina J. (ver anexo), y algunos textos encontrados en FB.
Anexo
Ofelia Corrales internacional
Publicado por Iván Molina Jiménez
Junio 28, 2021
Alrededor de 1910, el Hindu Spiritual Magazine, una revista fundada en Calcuta en 1906 y editada por el bengalí Babu Shishir Kumar Ghose (1840-1911), publicó un texto del periodista británico William Thomas Stead (1849-1912) acerca de la “médium más notable del mundo”: la costarricense Ofelia Corrales.
Stead, quien falleciera en el hundimiento del Titanic, se basó en información proporcionada por el padre de Ofelia (Buenaventura Corrales) para afirmar que, en sesiones efectuadas en un cuarto con las puertas y ventanas cerradas, “varios artículos tales como libros, muebles, flores y otros objetos sólidos son misteriosamente transportados desde fuera, aparentemente a través de las paredes o del cielo raso, por una fuerza invisible”.
Además, durante las sesiones, en hojas de papel colocadas sobre una mesa se producía una escritura automática en español, francés e inglés, pese a que la médium no conocía estos dos últimos idiomas.
Si bien Ofelia compartía con sus hermanos la capacidad para transportarse fuera del cuarto cerrado, únicamente ella podía producir un fenómeno que consistía en que “la doble de la medium es materializada dentro del cuarto, mientras que la médium misma está por fuera de la puerta cerrada intentando entrar. La doble materializada va a la ventana y toca música y canta, mientras la voz real de la señorita Corrales es escuchada afuera, llamando a quienes están adentro para que abran la puerta y le permitan entrar”.
Revistas. Una crónica parecida a la de Stead, basada en una carta escrita por Buenaventura Corrales, fue dada a conocer en algunas de las principales revistas psíquicas y espiritistas del planeta: Annales des Sciences Psychiques (París), Light (Londres), El Siglo Espiritista (México) y La Voz de la Verdad (Barcelona).
La repercusión que tuvo este caso a nivel mundial se explica, en mucho, por la condición social de los Corrales y por las características profesionales e intelectuales de quienes participaban en las sesiones. En relación con lo primero, el Theosophist Magazine de julio-septiembre de 1910 destacó que el padre de la médium era “un propietario y había ocupado una elevada posición en el Ministerio de Instrucción Pública”; e insistió en que la familia era “distinguida y acomodada”.
Con respecto a lo segundo, en la edición inglesa de los Annales des Sciences Psychiques de abril-junio de 1910, se informó que las sesiones eran conducidas “por el Dr. Alberto Brenes, profesor de la Escuela de Leyes, previamente un escéptico. Asistieron Roberto Brenes Mesén, Subsecretario de Instrucción Pública, y Ramiro Aguilar”, director de la “Escuela Superior de Varones de San José”.
En razón de su preparación, tales personas –a las que habría que añadir los nombres de los artistas Enrique Echandi y José Manuel Caballero– constituían, según lo indicara Frances Swiney (1847-1922) en The Ancient Road or the Development of the Soul (1918), “testigos creíbles”.
Credibilidad. La credibilidad era fundamental, dada la índole de las experiencias descritas. Una de las más célebres fue consignada de la siguiente manera en la tercera edición de la Encyclopedia of Occultism and Parapsychology (2003): “Ofelia tenía en ese tiempo [1907-1909] 18 años de edad. Retuvo completa consciencia mientras una entidad, que se identificó con el nombre de Manuel Ruiz, se materializó”.
También indicó que Ruiz “pudo ser tocado, se escuchó su corazón… Él se volvió el guía de las sesiones y a menudo venía en compañía de otros fantasmas, de los cuales la más notable era Mary Brown. En algunas ocasiones, hasta cinco fantasmas fueron observados al mismo tiempo, cada uno hablando en su lengua materna”.
Según lo consignado en la Encyclopedia, que recupera las crónicas publicadas a inicios del siglo XX, Mary Brown también podía “multiplicarse a sí misma en cuatro personalidades o formas psíquicas, tres de las cuales tomaban a uno de los asistentes por los brazos y hablaban de diferentes cosas al mismo tiempo, actuando como si fueran independientes unas de otras, mientras la cuarta, a alguna distancia, cantaba”. Tal fenómeno fue posible, de acuerdo con lo que Brown explicó después, “por una división del cuerpo astral, cuyas partes podían materializarse separada y conscientemente”.
Fraude. Las experiencias costarricenses pronto llamaron la atención del estudioso francés Willy Reichel, quien acababa de publicar su célebre libro À travers le monde: investigations dans le domaine de l’occultisme (1907).
Reichel visitó Costa Rica en 1910 y el resultado de su investigación fue presentado de esta manera en la Encyclopedia ya citada: “encontró casi infantiles los intentos de fraude durante las sesiones de materialización; no obstante, afirmó que Ofelia Corrales era indudablemente una competente médium para voces independientes y escritura automática”.
A juzgar por lo que el librepensador inglés Joseph McCabe (1867-1955) señaló en su obra Spiritualism (1920), el veredicto de Reichel, publicado en Psychische Studien, fue mucho más severo.
En esa revista alemana, impresa en Leipzig, Reichel afirmó “que la linda Ofelia Corrales era uno de los más evidentes fraudes que había hallado. Localmente sus pequeñas cosas eran notables, pero su padre y unos pocos admiradores habían dado descripciones claramente inexactas de ellos… y era bien conocido que su ‘fantasma’ [Mary Brown] era una sirvienta del vecindario”.
McCabe tuvo un debate en 1920 con Arthur Conan Doyle (quien, aparte de ser el creador de ese excéntrico caballero conocido como Sherlok Holmes, era un entusiasta espiritista), en el cual calificó la experiencia costarricense como una “reconocida impostura” y un “desvergonzado fraude”. Quizá debido a la publicación de Reichel, en 1914, según se indica en la Encyclopedia, “para infortunio de sus amigos, Ofelia Corrales decidió descontinuar sus sesiones”, algo que no hizo del todo, puesto que estuvo muy activa durante la dictadura de Federico Tinoco (1917-1919).
Huella. Pese a los cuestionamientos planteados por Reichel, la difusión de las experiencias costarricenses dejó una huella profunda. Como ya se indicó, Swiney las citó otra vez en 1918, y fueron evocadas en el número de diciembre de 1953 de la popular revista Mechanix Illustrated.
En un artículo titulado “¿Han dividido el átomo los espiritistas?”, se indicó que “Ofelia Corrales… llamó la atención años atrás cuando súbitamente desarrolló habilidades de médium. Sometida a estrictas pruebas, en las que se tomaron todas las posibles precauciones contra el fraude, produjo flores, libros y muebles a completa satisfacción del investigador William Thomas Stead”.
De esta manera, Stead fue convertido en testigo directo de experiencias que conocía por medio de Buenaventura Corrales. De hecho, en el texto publicado en el Hindu Spiritual Magazine, Stead se preocupó por aclarar que “la realidad de estos fenómenos es afirmada por aquellos que han asistido a esas sesiones, entre los cuales se incluyen algunos de los más inteligentes ciudadanos de San José”.
A más de cien años de distancia, el fascinante caso de Ofelia Corrales muestra cómo experiencias llevadas a cabo en Costa Rica lograron abrirse un importante espacio en la industria cultural globalizada de inicios del siglo XX, específicamente en su dimensión sobrenatural.
Igualmente, las prácticas efectuadas en la casa de la familia Corrales constituyen una invitación a los investigadores para abordar aspectos hasta ahora muy poco conocidos de la vida cotidiana de los círculos políticos e intelectuales costarricenses de hace un siglo.
Que Interesante , que fue de vida de esta señora ?, volvio a Costa Rica luego del viaje al exilio de los Tinoco?
¿Los Corrales de Escazú son parientes de esa familia corrales de barrio Amón?