Gabriel Goñi Dondi
A mediados de 1970, el nuevo viceministro de Cultura, Guido Sáenz Gonzáles le propone a la Junta Directiva de la Orquesta Sinfónica Nacional hacer una reestructuración en los miembros de dicha Orquesta y contratar nuevos músicos extranjeros, que pudieran elevar el nivel musical de las diferentes secciones del ensamble. El revuelo causó una conmoción en el movimiento sindical costarricense, que terminó apoyando a la Unión Musical y vetando la destitución de los músicos que, por años, habían estado tocando con la Sinfónica; por otro lado, los amantes de la música y el público de la época esperaban ansiosamente que la Orquesta sonara “un poquito mejor”, según nos contaba Jorge Enrique Guier “A veces llegábamos al Teatro Nacional y los músicos no sabían cual sinfonía iban a tocar, entonces imagínense como sonó el concierto sin ensayos previos”.Luego de ese proceso convulso entre los músicos nacionales y las autoridades del recién inaugurado Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes, hace su debut el Maestro Gerald Brown el 7 de octubre de 1971 con la reformada Orquesta Sinfónica Nacional. “Queremos desarrollo económico pero con desarrollo cultural” mencionó don José Figueres Ferrer en su discurso durante el intermedio de este concierto inaugural; con la llegada del Maestro Brown y varios músicos extranjeros al país, partimos a un nuevo proceso en la formación de músicos profesionales en el país.
El 26 de julio de 1972 se inaugura el Programa Juvenil de la Orquesta Sinfónica Nacional, hoy Instituto Nacional de la Música como resultado de los procesos de cambio en el escenario musical costarricense. Más de cinco mil niñas y niños se hacen presentes en las audiciones para ingresar a dicho programa que finalmente crearía la Orquesta Sinfónica Juvenil debutando el 3 de noviembre de 1973 en el Teatro Nacional.
“Para que tractores sin violines” menciona don José Figueres Ferrer en un improvisado discurso entre los nuevos estudiantes y los 250 instrumentos musicales que se exhibían en la sede del nuevo Programa Juvenil en lo que fue el Anexo del Teatro Nacional, hoy la Plaza de la Cultura. “Es necesario hacer un esfuerzo cultural superior a las posibilidades económicas de hoy. Es necesario pensar no sólo en el nivel de vida sino en la calidad de vida” palabras muy sabias de don Pepe que luego de 50 años siguen resonando en la situación cultural actual del país.
Así comenzó una institución que ha logrado posicionarse tanto en el ámbito nacional
como internacional y que ha formado gran parte de la memoria musical de los costarricenses por los últimos 50 años. Hoy celebramos esta frase tan célebre y que ha calado en nuestra cultura, muchos de sus egresados conforman la Orquesta Sinfónica Nacional de Costa Rica, otros en grandes Orquestas en el mundo como la Orquesta de la Ópera Metropolitana de Nueva York, Israel y Viena.
Desafortunadamente, celebrábamos el pasado viernes 22 de julio este importante aniversario pero tuvo que ser pospuesto debido a la cancelación repentina del solista Jacques Sagot que no logró llegar a ninguno de los ensayos por su condición de salud. Por otro lado, gracias a que en nuestro país no sólo se elevó el nivel de los músicos orquestales sino también el nivel pianístico, contamos con una generación de pianistas con varios Premios Nacionales como lo es Manuel Matarrita, con doctorados en prestigiosas escuelas como Sergio Sandí, Juan Pablo Andrade, Fernando Zúñiga y Carlos Quesada; esta vez, en la nueva programación del concierto de aniversario le tocará el turno a Ismael Pacheco de demostrar su virtuosismo en el piano al reemplazar a Jacques Sagot en la parte solista del concierto para piano de Piotr Tchaikovsky.
– Exdirector Académico Instituto Nacional de la Música