Suiza No.16
Mauricio Castro Salazar
mauricio.castro.salazar@gmail.com
La verdad no contesto y sigo…
Por esas cosas que muchos sostienen son parte del curso de la vida…un poquito antes de la navidad pasada viajamos con mucha felicidad a Santa Marta, caribe colombiano (la de la canción de la Billo´s Caracas Boys…♫♫ Santa Marta, Barranquilla y Cartagena son tres perlas que brotaron en la arena…♫♫) al matrimonio de mi hijo mayor, que repito: nos llenó de mucha felicidad.
En esos días estábamos entre 0 y 3 grados en Lausanne y en Santa Marta a 33 y subiendo..
¡No tienen idea del golpe térmico recibido!
Tanto que mi cuerpito me dijo: —¿diay mae que me estás haciendo?
Increíblemente –por lo bolivariano que soy— no tenía claro que Santa Marta quedaba muy cerca de San Pedro Alejandrino, donde murió El Libertador…y por esas casualidades (¿?) estuve el 17 de diciembre, fecha en que murió Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Ponte Palacios y Blanco hacia 191 años.
“Castrosalazar: ¡qué habladas! ¡qué bárbaro! Con el calor que hace y vos con ese cuento interminable, ¿de qué es lo que querés contar?¿de Bolívar, de Suiza, de Guanacaste o del calor?”—me dijeron
En realidad me acordé de esta historia por el calor de estos días en Lausanne: 24 grados y 30% de humedad…
Cuando Bolívar anunció que llegaba a la Quinta San Pedro Alejandrino, nadie sabía el estado en que venía, y como hacía tanto calor y para mantenerlo fresco le colocaron una hamaca bajo tres árboles, que nunca pudo utilizarla… ¿saben ustedes de qué especie era uno de esos árboles? No me lo van a creer…
“Castrosalazar: puta maje más rajón y fachento, si que manda güevo, pero de verdad manda güevo que rajés con eso, puchis con razón que hay gente que no quiere a los liberianos…”—me dijeron con tono de reclamo, sabiendo para donde voy…
v¿Rajón solo por lo que voy a decir? Pues entonces rajón soy:
¡Bajo la sombra de un frondoso GUANACASTE!, sí de un GUA-NA-CAS-TE.
¿Cómo les quedó el ojo?—
“Castrosalazar: ¿y qué es la rajonada con eso? ¿acaso no es ese el árbol nacional de TODOS los costarricenses, de TODOS, no es solo de los liberianos ni de los guanacastecos?”—me dijeron con cierta impertinencia.
No di bola, porque de verdad que para mi fue tan emocionante saber que era bajo un GUANACASTE que pensaban mantener fresco a Bolívar y me puse como un güila chepo cuando estando en la Quinta San Pedro Alejandrino, admirando la estatua de Bolívar en el Altar de la Patria, de guaba escuché a un maestro diciéndole a un grupo de estudiantes: fijénse bien en la estatua……
Si la ven del lado izquierdo ven a El Libertador cuando estaba joven, su cara, y la espada, si lo ven del lado derecho lo ven viejo y la espada con bastón
“Castrosalazar: que rajón mae….¿a quién quiere impresionar diciendo que viaja mucho?”—me dijeron
—En realidad a nadie, solo que cuando hace tanto calor como hace ahora, independientemente que haya flores y árboles verdes verdes verdes que los hay por todos lados en Lausanne….
Hago cálamo para acordarme como aprendí a protegerme del calor, y sin duda aprendí a buscar sombra, y mi mama siempre decía que la sombra de un guanacaste era la mejor—dije
“Castrosalazar: jajajaja como las vacas. Ni se te ocurra poner el palo ese de guanacaste que está en Liberia en medio de la calle para mostrarlo como ejemplo y menos la ridícula foto esa de un guanacaste con vacas abajo”—me terminaron diciendo cuando sitió claramente mi intención de poner esa foto.
“Castrosalazar: ¿y qué tiene que ver todo este cuento tan cansón con Suiza?”—me preguntaron malcriadamente.
Me pareció curioso que estando conmigo siempre mi vocecita interna no entendiera la relación con Suiza, así que imagino que ustedes tampoco…
—Diay yo vivo en Suiza—