Paralelismos entre la ocupación de Ucrania y la de Palestina

Asad Ghanem | Gideon Levy

Paralelismos entre la ocupación de Ucrania y la de Palestina

Carta abierta al Presidente Zelensky desde Palestina

Asad Ghanem

Estimado presidente ucraniano Volodímir Zelenski,

Su reciente discurso ante la Knéset (Parlamento israelí, 20 de marzo) fue una vergüenza para las luchas mundiales por la libertad y la liberación, especialmente la del pueblo palestino. Invirtió los papeles de ocupante y ocupado. Perdió la oportunidad de demostrar la validez de su causa y la de la libertad en general.

Usted dijo: «Estamos en países diferentes y en condiciones totalmente distintas. Pero la amenaza es la misma: para nosotros como para ustedes: la destrucción total del pueblo, del Estado, de la cultura. E incluso los nombres: Ucrania, Israel».

Me enfada y entristece que Rusia pretenda ocupar su país y aniquilar los derechos del pueblo ucraniano a la autodeterminación y a la libertad; y creo que los ucranianos y ucranianas que se resisten a esta bárbara agresión deben recibir todo el apoyo posible. Al mismo tiempo, rechazo las políticas de Estados Unidos y sus aliados de la OTAN en todo el mundo.

Si bien admiro el hecho de que se haya conseguido crear una gran coalición internacional para apoyar su lucha contra la agresión rusa, me gustaría que los palestinos convenciéramos al mundo para que se movilizara al mismo nivel y obligara a Israel a cumplir las resoluciones internacionales.

También me preocupa el doble rasero que parece aplicar a la legítima lucha palestina contra la ocupación, la opresión, los asesinatos, la discriminación racial y los desplazamientos; crímenes que Israel lleva perpetrando más de 70 años contra mi pueblo.

Entre los crímenes de Israel contra el pueblo palestino está el desplazamiento forzado de cientos de miles de palestinos durante la Nakba de 1948. Cientos de pueblos y aldeas fueron víctimas de una limpieza étnica y arrasados, con la mayoría de sus rasgos borrados de la faz de la tierra, impidiendo el regreso de su gente. Algunos palestinos fueron desplazados dentro del nuevo Estado de Israel, mientras que otros buscaron refugio en los países árabes vecinos.

Ocupación y asedio

La población palestina convertida en ciudadana israelí ha sufrido una discriminación endémica, mientras que en Cisjordania vive bajo una ocupación brutal y en Gaza bajo un asedio aplastante. Israel ha ilegalizado la lucha palestina por la libertad y la liberación, impide cualquier liderazgo palestino legítimo, ha confiscado propiedades y recursos palestinos y ha detenido a activistas palestinos.

Las leyes racistas, como la Ley del Estado Nación de 2018 y la revisada Ley de Ciudadanía, han codificado la oposición de Israel a la autodeterminación palestina y a una patria palestina.

Sin embargo, usted se ha posicionado públicamente apoyando la ocupación israelí. En 2020, usted decidió abandonar el Comité de la ONU para el Ejercicio de los Derechos Inalienables del Pueblo Palestino, el organismo encargado de apoyar los derechos de las y los palestinos. E incluso apoyó el derecho de Israel a la autodefensa cuando practicaba las formas más extremas de agresión contra nuestro pueblo.

Desde el comienzo de la ofensiva rusa contra su país, usted ha seguido practicando el doble rasero. Aunque Israel se ha mostrado reacio a aceptar a los refugiados ucranianos no judíos que huyen de los bombardeos rusos –una política motivada por la inhumanidad y el supremacismo étnico, cosas con las que el pueblo palestino está demasiado familiarizado–, sigue recurriendo al primer ministro israelí, el nacionalista de derechas Naftali Bennett, para que medie.

Sé que la mayoría de la población palestina está pendiente de la obstinada lucha del pueblo ucraniano y le desea la victoria sobre la brutal agresión rusa. También sé que una victoria rusa podría ser un enorme regalo para la postura agresiva de Israel: una victoria para su concepto de muro de hierro, que regule sus relaciones con nosotros hasta nuestra derrota total.

Por otra parte, la lucha y la victoria de su pueblo, a pesar de la destrucción de gran parte de su país y el desplazamiento de millones de ucranianos y ucranianas, daría esperanza a otros pueblos que luchan contra la opresión y su desaparición, reavivando nuestras esperanzas de retorno y liberación. Para ello, le pido que deje de apoyar a nuestros opresores.

Asad Ghanem es un autor y activista palestino, profesor de ciencias políticas en la Universidad de Haifa.

Middle East Eye

Traducción: viento sur

Guerra en Ucrania: las y los israelíes se niegan a ver los paralelismos entre su ocupación y la de Putin

Gideon Levy

Tanto Rusia como Israel justifican sus invasiones invocando la «legítima defensa «, una idea errónea en ambos casos.

La ola de choque de la guerra entre Rusia y Ucrania llegó rápidamente a Israel y reveló algunas verdades embarazosas, a la vez que ponía a las y los israelíes ante el desafío de ver a su país tal cual es, lejos de lo que les gusta imaginar.

Comenzó con la declaración del Ministro de Asuntos Exteriores Yair Lapid, poco después del comienzo de la guerra, de que la invasión de Rusia fue «una grave violación del orden internacional». En otras circunstancias, estas palabras casi podrían haberte hecho sonreír y haber puesto de relieve la incapacidad de larga data de Israel para ver sus propias características menos atractivas, como un camello que no ve su propia joroba.

Rusia se burla gravemente del orden internacional. Pero, ¿qué pasa con Israel? ¿Qué otro país ha transgredido el orden internacional de una manera tan flagrante y arrogante durante tantos años? ¿Hay una sola decisión de las principales instituciones internacionales con respecto a sus asuntos que Israel no haya ignorado o violado descaradamente?

¿En qué se diferencia la invasión israelí del Líbano en 1982 o la ocupación militar que siguió de la invasión rusa de Ucrania? ¿En qué se diferencian las frecuentes incursiones de Israel en Gaza, que siembran la muerte y la destrucción, de la invasión rusa de Crimea? Y además de su duración, ¿en qué se diferencia la ocupación israelí de Cisjordania durante cinco décadas, cuyo final aún no está en el horizonte, de la reciente ocupación rusa de Ucrania?

Si este parecido es increíble, es aún más sorprendente ver a muchas y muchos israelíes negarlo y rechazarlo. Tanto Rusia como Israel justifican sus invasiones invocando la “legítima defensa», un concepto falso en ambos casos.

Ambos consideran el territorio ocupado como la tierra de sus antepasados, como parte de su patrimonio que les pertenece por derecho. Ucrania es la cuna de Rusia, Cisjordania es la cuna del judaísmo (por supuesto, esto no tiene nada que ver con ningún derecho de soberanía). Ambos también tratan de negar la existencia de los otros pueblos presentes, ucranianos y palestinos.

Similares violaciones de derechos fundamentales

Del mismo modo, los modos de acción son terriblemente similares: una invasión armada violenta como solución a problemas reales o imaginarios. Los rusos afirman haber invadido Ucrania para poner fin a un «genocidio», «desnazificar» el régimen y desmilitarizar el país. Los israelíes proclamaron objetivos de una terrible similitud antes de invadir Gaza y el Líbano: la legítima defensa, la sustitución de un régimen «terrorista» y la desmilitarización.

Tanto Rusia como Israel consideran que su ventaja militar les permite comportarse de esta manera. Ambos prometen atacar solo objetivos militares y, sin embargo, ambos matan a civiles inocentes, a veces sin reconocer la distinción. Sus ejércitos son casi tan violentos uno como otro, incluso si, en los últimos días, el ejército ruso parece estar yendo aún más lejos que el ejército israelí en su crueldad y en la comisión de presuntos crímenes de guerra contra una población civil inocente, lo que no es un consuelo.

Israel ha cometido sus crímenes de guerra y ha despreciado el derecho internacional durante mucho tiempo, sin que un final sea visible en el horizonte. No pasa un día sin violaciones flagrantes del derecho internacional por parte de Isral, ya sea la empresa de asentamiento/colonización, el traslado de prisioneros al territorio del ocupante, la apropiación indebida de recursos naturales en los territorios ocupados o la imposición de castigos colectivos.

Las violaciones criminales se han convertido en una rutina diaria bajo la ocupación israelí, ya sea la detención sin juicio, el asesinato de civiles inocentes, la ausencia de exigencia de responsabilidades legales contra los autores israelíes de actos criminales o de denegación de los derechos humanos fundamentales de las y los palestinos.

¿Cuál es pues la diferencia? Reside únicamente en el juicio del resto del mundo, lo que revela un principio de dos pesos, dos medidas y un clima de hipocresía.

Al cabo de solo unos días de la ocupación de Crimea en 2014, Europa ya estaba anunciando sanciones contra Rusia. Una semana después de la actual invasión de Ucrania, el mundo aplicó al unísono sanciones severas sin precedentes contra Moscú.

Mientras tanto, una ocupación de más de medio siglo de antigüedad se encontró con la indiferencia y la inacción del mundo. Niño mimado de Europa y los Estados Unidos, a Israel se le permite hacer lo que Rusia no tiene derecho a hacer.

Nadie se atreve a castigar a Israel. Si la Corte Penal Internacional ha estado postergando durante años una posible investigación de los crímenes de guerra cometidos por Israel, ya ha comenzado a investigar la invasión rusa de Ucrania. ¿Qué es esto sino una ética internacional de dos velocidades?

Silencio internacional

El mundo sabe todo esto y permanece en silencio. Pero lo que es tan asombroso como el silencio global es que muchos israelíes no ven la realidad desde este ángulo. Los mecanismos de lavado de cerebro y adoctrinamiento establecidos durante décadas, así como la dinámica de represión, han llevado a un estado de negación total en la sociedad israelí.

Cuando una o un adolescente ucraniano lanza un cóctel molotov contra un tanque ruso, las y los israelíes lo ven como un acto heroico digno de ser ovacionado. Cuando se trata de adolescentes palestinos impulsados por las mismas motivaciones y justificaciones que hacen lo mismo, las y los soldados israelíes les matan y el público israelí les ve como terroristas. Poca gente israelí reconoce la abrumadora similitud entre estos dos actos igualmente legítimos de resistencia contra una ocupación.

El ucraniano es un héroe, el palestino un terrorista. Rusia es un invasor y un ocupante cruel, mientras que Israel libera territorios y recupera la tierra de sus antepasados, sin más contexto.

Sin embargo, tal vez haya alguna esperanza escondida aquí. Tal vez cuando termine esta maldita guerra rusa en Ucrania, el mundo reconozca que no hay diferencia entre una ocupación y otra y se atreva a sacar las conclusiones que se imponen.

Suponiendo que las sanciones que el mundo ha impuesto valientemente a Rusia resulten efectivas y obliguen a Moscú a renunciar a sus sueños expansionistas, tal vez el mundo entienda entonces que así es como debemos resistir cualquier ocupación, tanto más en el caso de una ocupación que ya ha durado más de medio siglo y amenaza la paz mundial.

Tal vez el mundo finalmente entienda que la única manera de terminar la ocupación israelí pasa por SWIFT, la red bancaria internacional, sin la cual ningún país puede seguir actuando como le plazca e ignorar la reacción de la comunidad internacional.

Middle East Eye

Traducción: Faustino Eguberri para viento sur

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