Marta Enciso Santocildes, Universidad de Deusto
El día Mundial de la Justicia Social se celebra cada año el 20 de febrero. Naciones Unidas en su Asamblea General o alguno de sus organismos especializados (OIT, FAO, OMS…) son los que aprueban el establecimiento de estas efemérides a propuestas de sus Estados miembro. Son temas vinculados a los principales campos de acción de las Naciones Unidas, como puede ser la paz, los derechos humanos, el desarrollo sostenible o la ayuda humanitaria, entre otros.
Estos días mundiales persiguen ser un poderoso instrumento para dar difusión, sensibilizar y plantear demandas y mejoras. Al menos que un día al año una cuestión relevante esté en el foco y en la agenda pública, privada y de la ciudadanía, y que pueda ser difundido por los medios de comunicación. En total son 857 días internacionales), es decir, 857 temas diferentes que merecen atención y divulgación a nivel mundial.
El reconocimiento de la importancia y carácter prioritario del desarrollo social y del bienestar humano fue por primera vez proclamado por Naciones Unidas en la declaración aprobada en la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social, celebrada en Copenhague en 1995, urgiendo a atender más eficazmente las necesidades materiales y espirituales de las personas, sus familias y las comunidades, por medio de gobiernos democráticos, transparentes y responsables.
Cinco años más tarde se reiteró la determinación de Naciones Unidas de erradicar la pobreza, promover el empleo pleno y productivo, fomentar la integración social y crear un entorno favorable al desarrollo social. Por otro lado, la Cumbre Mundial de 2005 reafirmó el desarrollo como un objetivo esencial en sí mismo en sus aspectos económicos, sociales y ambientales como un elemento fundamental del marco general de las actividades de las Naciones Unidas.
Sin paz no hay justicia social
Continuando esta misma trayectoria, el 26 de noviembre de 2007 la Asamblea General de Naciones Unidas resolvió declarar el 20 de febrero de cada año como Día Mundial de la Justicia Social, como recordatorio del compromiso para “el acceso al bienestar social y la justicia social para todos” y reconocimiento de que “el desarrollo social y la justicia social son indispensables para la consecución y el mantenimiento de la paz y la seguridad en las naciones y entre ellas, y que, a su vez, el desarrollo social y la justicia social no pueden alcanzarse si no hay paz y seguridad o si no se respetan todos los derechos humanos y las libertades fundamentales”.
Una año mas tarde, la Organización Internacional del Trabajo (0IT) adoptó por unanimidad la Declaración de la OIT sobre la Justicia Social para una Globalización Equitativa, considerada la tercera declaración de principios y políticas de gran alcance desde su constitución, para situar el empleo pleno y productivo y el trabajo decente como elemento central de las políticas económicas y sociales.
Se plantea en este contexto descrito la necesidad de establecer un sustrato común sobre qué se entiende por justo y por injusto a nivel social, cuáles son las áreas de desigualdad tanto entre las personas como entre los países, así como la necesidad de recabar información al respecto y medirla.
Los seis ejes para identificarla
Pero ¿qué es realmente la justicia social? Para definirla se han establecido seis ejes:
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Prevención de la pobreza.
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Educación equitativa.
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Acceso al mercado laboral.
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Inclusión social y no discriminación.
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Justicia intergeneracional.
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Salud.
Para cada cada uno de estos ejes se han determinado unos indicadores, lo cual permite medirlos.
Con carácter anual se publica el Índice de Justicia Social , lo que nos permite conocer la situación de en términos de justicia social para cada país que participa, su evolución respecto de ediciones anteriores, y una comparativa entre todos ellos.
Esta imagen nos ofrece el índice ponderado de justicia social correspondiente al año 2019 y su evolución desde el 2009 en los 41 países participantes. El primer lugar lo ocupa Islandia, con una calificación de 7,90 en el año 2019, mientras que México ocupa la ultima posición con un 4,76. España se encuentra en la posicion 28 con una nota de 5,53, por debajo de la nota media, que se sitúa en 6,09.
Marta Enciso Santocildes, Profesora Titular Facultad de Derecho, Universidad de Deusto
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.