Cuaderno de Vida
Gustavo Elizondo Fallas
Empieza este Cuaderno de Vida del año 2022, con un saludo a los lectores de Cambio Político y el deseo que este año que inicia, supere con creces estos dos infelices años que lo antecedieron, el 2020 y el 2021, veinticuatro meses que desearíamos tomar sus almanaques y quemarlos en una pira.Pero será este año uno, donde desde nuestra humilde trinchera, aparte de referirnos a temas políticos, trataremos de hacer justicia póstuma a algunos costarricenses que han sido olvidados por la memoria colectiva y que muchas veces, los enterramos con sus errores dentro del féretro, olvidando sus aportes a la historia patria.
Criados en una familia que vivió en carne propia los hechos bélicos de 1948, con mi papá como soldado de tan solo 20 años y mis tíos abuelos como combatientes reconocidos, para hablar de Frank Marshall había que quitarse el sombrero y doblar la rodilla, para mi familia era un héroe y el soldado más valiente al lado de Figueres; en algún momento papá me dijo _creo que la historia no ha sido justa con él_
Para cumplir con papá, me di a la tarea de investigar un poco de este personaje, lo que me llevó a conocer su origen tico-norteamericano, hijo de un empresario estadounidense que murió en la Guerra de Sandino y de una costarricense descendiente directa de don Tomás Guardia; su madre contrae sus segundas nupcias con un reconocido comerciante de origen alemán que aparte del cuido, le da la nacionalidad teutona. Este padre afectivo, como muchos costarricenses de origen alemán e italiano son perseguidos por el gobierno de Calderón y enviados a campos de concentración en los Estados Unidos; de allí nació la enemistad del joven Marshall con el gobierno de entonces, aunque se dice que también medió una garroteada que sufrió en manos de los “blackjack”, que eran grupos afines al gobierno de Calderón y Picado que se dedicaban a perseguir a cuantos cristianos manifestara su oposición al régimen.
Sea cual sea la razón, Marshall con poco más de veinte años, fue de los primeros que llegaron a La Lucha para iniciar la guerra a la par de Figueres e incluso, por considerarse una figura poco conocida, fue enviado por don Pepe como emisario a San José para invitar a algunos políticos a unirse al movimiento de Liberación Nacional como se identificó entonces. No se conoce ninguna formación militar de Marshall, lo cierto es que con las primeras batallas se demostró su arrojo y valentía: a pecho abierto se enfrentó a la Unidad Móvil enviada por el gobierno y logró liberar La Sierra, estuvo al frente del Batallón del Empalme que fue fundamental para proteger el acceso de las tropas del gobierno al San Isidro y a Santa María de Dota, donde se ubicaba el Cuartel General. Se encargó Marshall de dirigir un grupo en la batalla del Tejar, que lamentablemente dejó tanto dolor en ambos bandos.
Una vez concluida la guerra y en especial al eliminarse el ejército, Frank volvió a sus actividades empresariales, pero la historia lo volvió a sacar para colocarlo a la par de la Junta Fundadora para repeler el intento de golpe conocido como El Cardonazo; en el pleno centro de San José, Marshall, al igual que en La Sierra, a pecho descubierto, detuvo un vehículo blindado que se dirigía a tomar el Cuartel de Bellavista. Luego se trasladó a dirigir la toma de la Penitenciaría Central, donde sus otrora compañeros de lucha, Cardona y Tuta Cortés, se habían atrincherado; fue el mismo Marshall el que meses después pidió con éxito el indulto para ellos, concedido por don Pepe.
Faltaba una más, año 1955, con el apoyo de los dictadores Pérez Jiménez, Trujillo y el mismísimo Tacho Somoza, quienes consideraban a don Pepe su enemigo por fomentar movimientos revolucionarios en sus países, un grupo de costarricenses se embarcó en una invasión para derrocarlo; más temprano que tarde Marshall acude una vez más al llamado de la patria; las llanuras cercanas a La Cruz, conocieron la valentía de este costarricenses, quien con un puñado de soldados logró liberar el aeropuerto El Amo que había sido tomado por los invasores; con esta acción y la intervención de la OEA, se puso fin a la malograda aventura.
Como buen rebelde, Frank Marshall formó su propio partido y fue elegido diputado en dos períodos, además de servir al gobierno de su amigo Chico Orlich como ministro de Seguridad. De sus años finales conocemos poco, pero lo arriba escrito lo creemos suficiente para resaltar su servicio a la patria y reconocerlo como “Héroe de tres guerras”.
Don Enrique, conozco perfectamente lo del contrabando de Chomes, pero ¿qué persona está completamente limpia?, el que esté libre de pecado que lance la primera piedra, hasta los Santos se equivocan. Don Pepe, Calderón, Juanito Mora, todos tuvieron sus yerros, pero eso no quita el aporte que dieron a la patria.