El gobierno tuvo un resultado agridulce: logró su principal objetivo que era emparejar la elección en la provincia de Buenos Aires y mantuvo la primera minoría en la Cámara de Diputados, pero perdió el quorum propio en el Senado.
Rubén Armendáriz
Las elecciones de medio término de 2021 serán recordadas por mucho tiempo y se sentirán en los próximos dos años porque después de 38 años el peronismo perdió el quórum propio en el Senado. El oficialista Frente de Todos seguirá siendo la primera minoría en la Cámara de Diputados con 118 escaños y si bien en el Senado perdió el quórum propio, el oficialismo sabe que cuenta con el acompañamiento de sus aliados Alberto Weretilnek (Río Negro) y Magdalena Solari Quintana (Misiones).
El gobierno logró el principal objetivo que se trazó luego de la fuerte derrota en las elecciones primarias abiertas PASO: emparejó la elección en la provincia de Buenos Aires, el principal distrito electoral del país, mantuvo la primera minoría en Diputados pero perdió el quorum propio en el Senado. Un resultado agridulce. Al gobierno de Alberto Fernández le quedan dos años por delante para intentar que el Titanic eluda el iceberg, señala el analista Jorge Falcone.
La coalición opositora Juntos por el Cambio (JxC) triunfó en la suma nacional de votos, con una diferencia de alrededor de 8,8 puntos porcentuales respecto del oficialista Frente de Todos (FdT), pero no logró su sueño de ser primera minoría en Diputados con el bonus capcioso de sacarle la presidencia del cuerpo al gobierno y resignó su primacía en el Senado bonaerense que queda empatado 23 a 23 lo que le alivia un dolor de cabeza al gobernador kirchnerista Axel Kicillof.
El peor momento para el gobierno fue después de las PASO, donde dirigentes de la alianza de la derecha y las corporaciones mostraron su intención de pasarle con una topadora, con la intención solapada de obstaculizar y hostigar al oficialismo para adelantar el retiro del gobierno al estilo de lo que pasó en Brasil con Dilma Rouseff.
Las grandes corporaciones mediáticas que respaldan al macrismo pintaron un escenario de vacío de poder y fisuras profundas en la alianza que gobierna, un cuadro crítico con el país al garete. Hubo rebelión de las grandes corporaciones contra el gobierno cuando decretó el congelamiento de precios. Y presiones para provocar una devaluación que terminara de fundir el bolsillo popular. Mauricio Macri rompió la veda electoral cuando fue a votar y declaró a los medios que ellos iban a «garantizar una transición ordenada», recuerda Luis Bruschtein.
Pero «el Gobierno perdió y respiró alivio ayer. Hay 2023, supeditado a que el oficialismo pegue un salto de calidad… aunque la narrativa dominante insista en almorzarse la cena, algo que a menudo resulta indigesto», comentó Mario Wainfeld.
El Frente de Izquierda de los Trabajadores-Unidad se convirtió en tercera fuerza nacional. Entre los cuatro diputados nacionales conseguidos se encuentra Alejandro Vilca, un trabajador jujeño, y por la Ciudad de Buenos Aires regresa al Congreso Myriam Bregman que, junto a Vilca, Nicolás del Caño y Romina del Plá formarán el bloque de izquierda.
La ultraderecha también se aseguró cinco curules. Javier Milei y José Luis Espert se reivindican libertarios o liberales. Sus discursos son la representación más clara y precisa de la ultraderecha. Jugando por los márgenes de la democracia y valiéndose del malhumor social, avanzaron sobre el universo de electores de la coalición de derecha Juntos por el Cambio. Milei y Espert juntan entre sí unos cinco diputados.
La lista de Juntos por el Cambio en la Ciudad de Buenos Aires consiguió el 47% de los votos y retuvo cinco bancas en la Cámara de Diputados. La diputada electa María Eugenia Vidal, exgobernadora de la provincia de Buenos Aires, que ganó con una diferencia del 22%, extendió el triunfo al plano nacional y el jefe de gobierno capitalino, Horacio Rodríguez Larreta, ratificó sus aspiraciones presidenciales para el 2023.
Este domingo se definieron los senadores que representarán a las provincias de Córdoba, Santa Fe, Tucumán, Mendoza, La Pampa, Catamarca, Corrientes, y Chubut. En cada una de ellas el ganador se lleva dos lugares y el que quede en segundo puesto una banca. Al igual que lo que sucedió en las primarias abiertas de octubre, el derechista Juntos por el Cambio se impuso en seis de las ocho provincias en donde se elegían senadores y logró romper la hegemonía que detentaba el peronismo en la Cámara alta.
La elección es una bisagra para el sistema político porque la Cámara Alta es hasta ahora donde se aprobaban los decretos presidenciales y, sobre todo, los pliegos de los jueces nacionales. El oficialismo quedaría con 35 legisladores y necesita 37 para no depender de otras fuerzas. Juntos por el Cambio quedará con 31 senadores y quedan seis legisladores provinciales que serán quienes definan.
Alberto Fernández sufrió un castigo electoral por la dificultad para encontrarle una salida a la crisis y su particular sistema de «toma de indecisiones». Pero la derrota sería también una expresión del agotamiento del esquema de polarización política vigente desde hace décadas y de la imposibilidad de estabilizar ciclos políticos fuertes.
En las últimas elecciones, la solidez y continuidad del voto peronista, una de las certezas de la democracia formal argentina, se resquebrajó, planteando interrogantes acerca de la representación política nacional. Y este fragmentado peronismo realmente existente no encuentra un liderazgo nacional que proponga una estrategia que no sea sólo defensiva.
El presidente y el FMI
Sin la presencia de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, el presidente Alberto Fernández celebró los resultados de las elecciones legislativas de este. El gobierno confiaba en achicar la diferencia que le sacó Juntos por el Cambio en las PASO en la provincia de Buenos Aires. El aumento de la participación en las elecciones favoreció al oficialismo que hizo una gran elección en el territorio bonaerense.
Quedó a un punto de Juntos por el Cambio, con un final abierto. Además, dio vuelta los resultados en provincias como Tierra del Fuego y Chaco. Alberto Fernández manifestó que convocará a los representantes de la voluntad popular para acordar una agenda lo más compartida posible.
«Hemos pasado dos años muy difíciles. Ante tanta adversidad, todo el pueblo argentino se sobrepuso y sigue dando pelea para construir el país que nos merecemos», dijo. Así mismo, anticipó que en la nueva etapa que se inicia profundizará los esfuerzos del gobierno para llegar a un acuerdo sustentable con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Recordó que la deuda con el FMI es el daño más grande que ha dejado el gobierno del entonces presidente Mauricio Macri: «ese es el escollo más grande que enfrentamos para continuar con la senda de recuperación económica, debemos enfrentar el desafío para reparar el daño que ha dejado», explicó.
Anunció que en la primera semana de diciembre enviará al Congreso un proyecto de ley que explicite el Programa económico plurianual para el desarrollo sustentable.
«Ese programa contemplará los mejores entendimientos que nuestro gobierno haya alcanzado con el staff del FMI en las negociaciones que lidera nuestro ministro de economía, Martín Guzmán, sin renunciar a los principios de crecimiento económico e inclusión social a los que me he referido previamente. Ésta es una decisión política que cuenta con el pleno aval del Frente de Todos», advirtió
* Periodista y politólogo, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)
Fuente: https://estrategia.la/2021/11/15/tras-las-elecciones-parlamentarias-dos-anos-cuesta-arriba-para-el-gobierno-argentino/