Pandemia
Yayo Vicente
Confieso que no soy escritor de oficio, en realidad no soy nada, sólo soy. Un paquete con más defectos que virtudes o viceversa, según quien mi vea. Me gusta la polémica, el debate, la controversia y la discusión. Me encanta el disenso, la unanimidad se me hace aburrida y engañosa. Tal vez sea que me gusta la diversidad de opiniones y defiendo la libertad de expresión, como nos enseñó Evelyn Beatrice Hall, autora de “Los amigos de Voltaire” (1906).En el libro VII de la obra La República de Platón, escrita hacia el año 380 a. de C., leemos la alegoría sobre la realidad. Platón nos enseña con el símil de la caverna, que nos encontramos encadenados dentro de una caverna desde que nacemos y las sombras que vemos reflejadas en la pared son lo que consideramos realidad. Llegamos a sentirnos cómodos en nuestra ignorancia y podemos oponernos, incluso violentamente, a quienes intentan ayudarnos a cambiar.
Y es que en el mundo traidor nada hay verdad ni mentira: todo es según el color del cristal con que se mira: Ramón (Pérez) de Campoamor.
Platón, Campoamor y mi [de] formación académica, me enseñaron a dudar y que la polémica es ingrediente indispensable e imprescindible. Por eso no compro el pescado como me lo venden, hago la tarea, procuro ver desde otras perspectivas. No es desconfianza, simplemente Platón, Campoamor y mi [de] formación académica.
Un Estado en buen estado
Podemos decir que a la mayor parte de los ciudadanos nos interesa tener un Estado en BUEN ESTADO, que funcione, que sea eficaz y ojalá eficiente. Que nos brinde:
SEGURIDAD, desplazarse de un lugar a otro sin miedo. Que nuestros seres queridos y bienes estén seguros.
PENSIÓN, al acabar la etapa laboral y luego de haber cotizado en proporción, merecemos retirarnos los últimos años con un ingreso digno y razonable.
SALUD, el acceso a los servicios médicos, preventivos y curativos es un anhelo básico.
INFRAESTRUCTURA, queremos un país que nos facilite el transporte (terrestre, aéreo y marítimo), que sea seguro, confiable y con mantenimiento.
AMBIENTE, saludable y sostenible, para vivir y que viva nuestra rica biodiversidad.
HONESTIDAD, para no desconfiar en las autoridades.
POLÍTICAS PÚBLICAS de largo plazo que faciliten la inversión y los emprendimientos y aseguren materias estratégicas como la energía, las relaciones internacionales, el trabajo decente, la investigación y fomente valores como el respeto y la solidaridad.
EDUCACIÓN, con excelencia desde la preescolar hasta los posdoctorados.
INTERNET, la mejor disponible y con la mayor cobertura.
ATENCIÓN A COLECTIVOS VULNERABLES, que nadie duerma con la zozobra de no saber si comerá al día siguiente.
Un largo etcétera
Otros países si tienen un Estado así y sus habitantes no tienen dos cabezas, son iguales a nosotros. Pretender esa utopía, no es irracional, tampoco exceso de ambición.
Un Estado en mal estado
Tenemos un Estado en mal estado. Cabe preguntarse, ¿es por casualidad o por causalidad? Algunos grupos (económicos) concluyen en su diagnóstico que la causa es el tamaño y que a eso se le agrega un funcionario público entre corrupto e incompetente. Venden ese pescado, con una línea lógica que parece cierta. La medicina en ese marco es: cierre de instituciones, malos salarios para el empleado público, mecanismos sencillos para el administrado y engorrosos para la Administración. Dos costarricas, una de empresarios no estatales y otra del Estado en mal estado.
La expresión en inglés “Follow the money”, que traducida al español significa: «Siga la plata» (una frase que se popularizó con la película “Todos los hombres del presidente”, protagonizada por Robert Redford y Dustin Hoffman), puede ser la que nos permita explicar por qué tenemos al Estado en mal estado y no como todos los ciudadanos queremos.
– ¿A quién le interesa una policía mala?
Se me viene a la cabeza que al delincuente.
– ¿A quién le interesa que los servicios médicos estatales sean deficientes?
Por supuesto que a los actores no estatales que están en ese negocio.
– ¿A quién le interesa una educación pública regular?
A los que están en el negocio de la educación.
– ¿A quién le interesa un sistema financiero mal controlado?
A los que lavan plata mal habida.
– ¿A quién le interesa un sistema tributario débil y sin sanciones?
A los contrabandistas, elusores y evasores.
– ¿A quién le interesa un sistema de transporte público poco eficiente?
Los que ganan con eso.
– ¿A quién le interesa un procedimiento licitatorio que permita adjudicaciones con sobreprecio?
A los oferentes.
Cada vez que identificamos algo que no funciona como debería, termina uno encontrando al grupo que se beneficia, que promueve ese mal funcionamiento. A veces tan organizados (de manera legal o ilegal), que ponen o compran sus fichas en los tres poderes (Ejecutivo, Legislativo y Judicial).
La pandemia
La pandemia vino a demostrar la importancia de la CCSS, de FANAL, de Correos de Costa Rica, de contar con un pueblo educado, de la cobertura de INTERNET (teletrabajo, teledocencia).
Fea demostración para quienes se benefician con un Estado en mal estado. Hoy sin sonrojarse nos dicen que las cargas sociales son altas, comparadas con otros miembros de OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), que la culpa del alto costo del barril de petróleo, la tiene RECOPE, que la deuda política adelantada debe rebajarse, que la Regla Fiscal debe aplicarse a rajatabla.
Seguro piensan y no dicen, que alquilar edificios ruinosos para albergar a las dependencias estatales, es lo correcto, que la deuda tóxica (corto plazo y altos intereses) del Estado es una necesidad, que el Estado debe olvidarse de las dependencias especializadas y juntar papas con chayotes.
Periodo electoral
Entramos (oficialmente) al periodo electoral, producto de la falta de estudio, hemos olvidado las propuestas ideológicas y las lideresas y líderes los hemos cambiado por dirigentes oportunistas. Tendremos una florida y abundante propuesta política: 31 partidos a escala nacional, 24 provinciales y 94 en el ámbito cantonal. No son distintas posiciones ideológicas, ya no se discute si la economía debe estar al servicio de la sociedad o si debe ser al revés.
Pero es a esa pléyade política, a la que debemos preguntar: lo primero que nos deben de responder, ¿el Estado debe seguir en mal estado y empeorando o el camino es un Estado en buen estado y mejorando? Lo segunda son los ¿cómo?
El comportamiento ético y moralmente aceptable de quien nos gobierne es fundamental y piedra angular, seguidamente vienen los procedimientos, que deben ser transparentes, rastreables y auditados por terceras partes. La “rendición de cuentas” ni los cónyuges se la creen, es un listado de solo lo bueno y un olvido de lo que no se cuenta.
Lo que tenemos no está funcionando, no reaccionamos con “Panamá Papers”, tampoco lo haremos con “Pandora Papers”, ¿la razón? “Siga la Plata”. La Contraloría ataja ratones y deja pasar elefantes de 70 mil millones cochinillos, ¿dónde están los proyectos de reforma de ley y de procedimientos para que no les hagan el túnel y el sombrerito?
149 partidos políticos tienen la palabra, esperamos las propuestas para estudiarlas. No pedimos mucho, solo un Estado en buen estado.
PANDEMIA. El fenómeno salud-enfermedad, es complejo y cuando se escala a una población, se le suman infinidad de nuevas variables, haciéndose todavía más intricado. Poner en palabras simples lo que todavía no termino de comprender, ha sido mi reto durante la pandemia por covid-19.
Tantos candidatos presidenciales también postulados a diputados, en general evidencian que no tienen claros sus objetivos y que se postulan para la presidencia, para que sus nombres «se oigan» de vez en cuando y así, su «popularidad» les alcance para ser electos diputados. ¿Y para que? ¿Para tratar de componer el Estado? ¡Ojalá fuera así!, pero quién sabe. La enfermedad del Estado no está en buenas manos para curarlo, y por eso la desesperanza generalizada, y el sueño por emigrar de gran cantidad de jóvenes. De los 27 candidatos, unos 24 esperan un milagro… que no se vislumbra. Nos quedan «los más serios», los que sí quieren de verdad ganar la elección, para tomar acciones correctivas urgentes…
oh my God, I thought that Brazil had the highest number of politic party in the world, and now you are saying that Costa Rica has 149 parties, I am chocked!
I believe that the higher number of parties in a country make easier corruption and confusion in the electorate’s head.
Big hug my friend.
¡Qué buen articulo Yayo!, le están sentando bien los aires de mi querido Santa María de Dota. Sólo agrego ¿A quién le interesa un sistema de transporte público poco eficiente? A los mismos transportistas actuales, con sus buses ineficientes y camiones lentos obstruyendo las carreteras, por cierto, por años buenos contribuyentes de las campañas políticas. Lo otro: La Contraloría ataja ratones y deja pasar elefantes, efectivamente, una institución que no le para un penal ni a la estatua de León Cortés y con los salarios más altos del sector público junto al otro elefante blanco llamado Defensoría.