Centenario del nacimiento de Daniel Oduber Quirós

El filósofo, el político, el estadista.

Guido Mora Mora

Guido Mora

Por razones de diversa naturaleza, la vida me ha premiado con la posibilidad de conocer y compartir de forma particular -unos más, otros menos-, con algunas personalidades y con los expresidentes más emblemáticos del Partido Liberación Nacional: Carlos Manuel Castillo, Jorge Manuel Dengo, Bernal Jiménez; Don Pepe, Luis Alberto, Oscar Arias y José María Figueres, para mencionar sólo algunos.

Nunca había escrito sobre Daniel Oduber Quirós, porque lamentablemente no tuve oportunidad de compartir personalmente con él. La vida no me permitió disfrutar de esa experiencia.

Sin embargo, de niño y en nuestra casa en Aquiares de Turrialba, no me perdía el Programa del Dr. Luis Burstin, que se emitía en la televisión nacional durante los años setenta y que, sin temor a equivocarme, fue uno de los mejores programas de entrevista del siglo pasado.

El Dr. Luis Burstin fue un destacado cardiólogo y un gran intelectual. Convocaba a personalidades sociales, económicas y políticas de la época para conversar sobre temas de diversa naturaleza. Siempre procuraba verlo, el programa era transmitido en un horario que, posiblemente, rondaba las 7 de la noche.

Cuando anunciaban la participación de Daniel Oduber, no me lo perdía; era obligatorio verlo y escucharlo. Buscando en internet, encontré la transcripción de una de las entrevistas en que participó Daniel Oduber, con Luis Burstin. Les invito a leerla: Daniel Oduber: Conversación con el Dr. Luis Burstin.

Cada programa reunía manifestaciones de conocimiento, de sentido común, de estudio y de cultura, de que hacía gala el Dr. Luis Burstin. Cuando Daniel Oduber participaba, —que era amigo cercano del Dr. Burstin—, se complementaban con el basto conocimiento, la cultura y el refinamiento que caracterizaba a tan ilustres personalidades.

Fue entonces cuando aprendí a admirarlo.

Daniel Oduber fue un hombre de una cultura y una formación extraordinaria. Un intelectual, un filósofo, un político, un humanista y un gran socialdemócrata.

Sin dudarlo, muchos hablarán de lo que hizo en su paso por la Cancillería, por el Congreso o por la Presidencia de la República. Su accionar político se caracterizó por el impulso de grandes obras, de las que hoy disfrutamos y nos beneficiamos. Es esa, sin duda alguna, la fuente de su grandeza.

Deseo enaltecer una cualidad que superpone y anticipa todas las grandes decisiones de las que fue partícipe y que lo signan como el gran ciudadano costarricense y el gigante intelectual; me refiero concretamente a su visión de estadista, a su capacidad de ver el futuro y de impactar, con sus obras, el mediano y largo plazo de la historia costarricense.

Pocos presidentes han marcado el futuro de la Patria como lo hizo Daniel Oduber: la conservación y reforestación de las tierras boscosas; el sistema nacional de radio y televisión; el desarrollo de la capacidad industrial en diversas áreas de la producción nacional; el fortalecimiento de la actividad agrícola; el impulso a los comedores escolares y su profundo compromiso con nuestra democracia.

Todas sus acciones se enmarcan en la preocupación constante de robustecer el sistema democrático; en transformar el Estado costarricense en un instrumento de desarrollo, para beneficio de todos los ciudadanos.

En la concepción de Daniel, era imprescindible fortalecer el Estado, para orientar la generación de la riqueza y vigorizar a la clase media. Este era uno de los objetivos de su accionar político y particularmente, durante su Administración, procuró construir, con su mirada puesta en el futuro, una sociedad más equitativa, más justa e igualitaria.

Tenía presente Daniel Oduber la importancia de la gestión gubernamental, la claridad de comprender el papel del Estado como orientador y promotor de la generación de la riqueza, no para que esta quedara en manos de los grupos más conservadores, sino para procurar una mejor distribución entre un mayor numero de costarricenses.

En economías como la nuestra, el tiempo nos ha mostrado que el accionar del mercado sólo conduce a la concentración de la riqueza, nunca a distribuirla. La distribución de la riqueza debe ser la tarea de un Estado fuerte, con gran conciencia política y una orientación ideológica que favorezca a los que menos tienen.

Paradójicamente, nuestra clase política sigue sin aprehender esa lección. Ha privado en las últimas administraciones, la aplicación de recetas económicas orientadas a reducir la participación del Estado en el funcionamiento de la economía y, por ende, desde ese modelo la reducción de su participación en la aplicación de medidas redistributivas de la riqueza.

La ejecución del recetario y la complicidad de la clase política con los grupos conservadores que lideran las redes de poder, son en buena parte responsables de los niveles de desigualdad e inequidad que caracterizan actualmente a la sociedad costarricense.

El verdadero fin de nuestra gestión, decía Daniel Oduber, no es la riqueza sino el hombre. Gobernar es estar junto a los que más necesitan, no a la par de lo que todos lo tienen; es procurar estar a la par de los pueblos que más apoyo requieren.

Bajo esa consigna, Daniel Oduber recorrió todos los rincones de la patria, procurando desarrollar obras para los que más soporte requerían. Sus acciones se orientaron a luchar por combatir la existencia de un problema que aún persiste, la coexistencia de las dos Costa Ricas: la urbana y la rural. Este derrotero condujo a favorecer son sus decisiones políticas, la obra gubernamental en la Zona Sur del país y en su Guanacaste querido.

Fue en esta provincia, lugar en que descansa su corazón, en donde más impactó su labor gubernamental; el Distrito de Riego de Moracia, la donación de una gran extensión de su finca La Flor, para ser utilizada por la Escuela del Trópico Húmedo y el impulso del Aeropuerto que hoy —con justicia— lleva su nombre, como instrumento para convertir a Guanacaste en un importante destino turístico; son algunas de las grandes obras que los costarricenses recordamos y que prevalecen en corazón de todos los guanacastecos. Todas obras construidas algunos unos años atrás, pero con un impacto tan impresionante, que aun constituyen ejes de desarrollo de esa provincia.

Ese es el Daniel que quiero recordar el día de hoy, el que se preocupó por poner desde una Costa Rica pobre, los cimientos para una Patria solidaria. Para qué, en esa Costa Rica del futuro, que ya él no iba a ver, la sociedad y la acción del Estado se enfocaran en las necesidades de los que menos tienen “sin ceder nada en el plano de la justicia, nada abandonar en el de la libertad”.

Celebramos mañana 25 de agosto el centenario del natalicio de un estadista: ojalá que el ejemplo y el pensamiento aún vigente de esta mente brillante, se convierta en guía de la clase política actual, con el fin de que la acción política y estatal sea menos cómplice de los grupos conservadores y retome su papel en el funcionamiento de la economía en apoyo de los que menos tienen, que son los que más necesitan.

Hoy, a cien años de su nacimiento, también quiero decir: Yo también, voy con él, con Daniel… ¡Que viva por siempre Daniel Oduber Quirós!

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2 comentarios

  1. La Costa Rica qué hoy nos ilusiona, no existiría sin Daniel Oduber.

  2. Gustavo Elizondo

    Gracias Guido por honrar la memoria de un político que en palabras de mi tata, era el costarricense mejor preparado e inteligente del siglo pasado, que tuvo enemigos acérrimos que siempre trataron de desprestigiarlo. Gracias a Oduber, muchos niños cuentan con al menos una comida al día por medio de Asignaciones Familiares y muchos jóvenes cumplimentan su educación gracias a la donación de su Finca La Flor a la EARTH, mientras que otros políticos más bien se enriquecieron con el erario. Ese estribillo «yo también voy con él, con Daniel» me trajo a la memoria su campaña, yo estaba carajillo Guido, creo que usted también.

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