Prohibido pensar…

Fernando Berrocal

Fernando Berrocal Soto

Prohibido pensar y hablar o escribir contra Daniel Ortega y su doña Rosario. Si usted lo hace, le echan brutalmente la policía sandinista y lo meten a la cárcel acusado de “provocación, proposición y conspiración en menoscabo de la integridad nacional y en perjuicio del Estado y la sociedad nicaragüense”.

Así están las cosas en Nicaragua. Igual que en Cuba y Venezuela.

Tengo un gran cariño por el pueblo nicaragüense y tengo amigos entrañables en ese país. Nadie me puede acusar de ningún tipo de xenofobia. Lo que sí siento es indignación por una revolución traicionada y por la forma burda, grotesca, anti histórica y criminal como Daniel Ortega y su mujer Rosario han terminado iguales o peores que la larga dinastía tiránica de la familia Somoza.

Si Cuba es una isla perdida en el tiempo de la historia y sometida a una dictadura comunista, en donde pensar, hablar o escribir contra el régimen castrista está rigurosamente prohibido, la Nicaragua de Daniel Ortega y su mujer Rosario se ha transformado exactamente en lo mismo, con un agravante a la venezolana: el enriquecimiento a mano armada, cínico y a más no dar desde el poder político. En eso son iguales a Chaves y Maduro.

A eso llaman el “socialismo del siglo XXI”: un invento tropical de los hermanos Castro, para sobrevivir en el poder político después del derrumbe de la Unión Soviética y el comunismo en Europa. La madre ideológica de ese artificio ideológico es, sin duda alguna, el comunismo cubano y el tío rico que lo ha financiado es la Venezuela de Hugo Chaves y su sucesor Nicolás Maduro.

Ahora se quedaron sin el tío rico porque el “socialismo del siglo XXI” arruinó al país más rico y poderoso de América Latina que era Venezuela y a Nicaragua solo le ha quedado la madre ideológica que es Cuba. De ahí el endurecimiento del régimen de Managua, al costo que sea y sin reparos de ninguna naturaleza.

Y sobre todas las cosas… que no exista posibilidad alguna, ni la más mínima, de que por vía electoral, en las urnas, libremente, a Daniel Ortega le vuelva a pasar lo que ya le pasó con doña Violeta de Chamorro, que lo derrotó y lo sacó del poder por un tiempo. Eso jamás. Democracia y elecciones libres nunca.

Por eso le echaron violentamente la policía y le dictaron la medida cautelar de no salir de su casa a Cristiana Chamorro, hija de doña Violeta, así como a Arturo Cruz le han dictado 90 días de prisión preventiva y así seguirán… hasta que no quede ningún candidato con posibilidades reales y solo quede de contrincante algún zoquete de tercer nivel y mampara de la pareja presidencial y que Daniel Ortega sea así reelegido en elecciones fraudulentas y llenas de puro cinismo.

En Costa Rica estamos iniciando, en democracia, un proceso electoral libre para elegir a nuestros futuros gobernantes. Valoremos esa diferencia abismal.

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