Denis Lukyanov
Wernher von Braun es conocido y valorado por muchos como la persona que llevó a los astronautas estadounidenses a la Luna. Pero esta figura tan importante para la conquista del espacio por parte de EEUU tiene un historial de trabajo para los nazis.
Este norteamericano de origen alemán fue una de las figuras clave en el desarrollo de cohetes que transportaron las naves espaciales tripuladas al espacio. Pero la base para esta tecnología radica en los cohetes que los nazis usaron en la Segunda Guerra Mundial contra las ciudades de los países aliados.
Von Braun nació el 23 de marzo de 1912 en la entonces provincia alemana de Posnania —hoy parte de Polonia—. Desde adolescente se sintió fascinado por la posibilidad de realizar viajes espaciales. Además, le daban bien la física y las matemáticas. A los 20 años de edad Wernher von Braun se graduó de la Universidad Técnica de Berlín con un diploma en ingeniería mecánica.
Tras graduarse, el joven ingeniero fue capaz de perseguir una carrera en el diseño y desarrollo de cohetes. Los primeros años de su trabajo en Alemania se vieron marcados por el auge del nazismo. Esta ideología de odio conquistó en cuestión de meses las mentes de muchos habitantes del país germano. Las nuevas autoridades de Alemania adoptaron una estrategia encaminada a la remilitarización del país.
Precisamente entonces Von Braun entendió que sus ideas podrían ser útiles para el nuevo régimen y en 1937 ingresó en el partido nazi. Durante su estancia en Estados Unidos explicó que no lo había hecho voluntariamente.
Aun así, Von Braun reconoció que hacía su trabajo en Alemania motivado por el patriotismo, si bien su relación hacia el entonces partido gobernante alemán, según explicó, fue muy compleja.
Pero sin duda, sus primeros pasos como especialista en cohetes estuvieron directamente vinculados con su trabajo para el régimen nazi.
Von Braun y el partido nazi
El punto de inflexión en la carrera de Von Braun como ingeniero fue su ingreso en la Schutzstaffel (SS) en 1940. El padre de la astronáutica estadounidense nunca reconoció que entró en las filas de esa organización voluntariamente. Según explicó al Departamento de Guerra de EEUU en 1947, el mismísimo Reichsführer-SS, Heinrich Himler, insistió en su ingreso en la SS.
Von Braun dijo ante los militares estadounidenses que no tuvo ninguna opción sino unirse al brazo armado del partido nazi porque el futuro de su trabajo dependía plenamente de esa decisión. En otras palabras, Von Braun aseguró que lo colocaron en unas condiciones en las que él no podía decir que no.
Sin embargo, en cualquier caso, está claro que él no pudo ignorar el hecho de que la SS fue responsable de la muerte de millones de personas inocentes y que esta organización se ocupaba de gestionar los campos de concentración, mejor conocidos como las fábricas de la muerte.
Una vez Von Braun ingresó en la organización le otorgaron el rango de Untersturmführer, equivalente al rango de teniente.
Una de las obras principales en la que participó Wernher von Braun fue la creación del cohete V-2. En su trabajo el ingeniero alemán se basó en algunos de los logros del científico estadounidense Rodard Goddard. Antes de la guerra algunos ingenieros alemanes en varias ocasiones contactaron al ingeniero norteamericano para recibir consultas sobre la construcción de cohetes.
Durante la Segunda Guerra Mundial el líder de la Alemania nazi, Adolf Hitler, ordenó usar los cohetes V-2 contra el Reino Unido. El V-2 fue el primer misil balístico de largo alcance en todo el mundo y el primer artefacto humano que realizó un vuelo suborbital.
La creación de este cohete fue un paso revolucionario tanto para la industria militar como para la espacial. Pero esta innovación fue manchada por la sangre de los ciudadanos inocentes de Londres y Amberes que murieron a causa de estos misiles balísticos.
Tras la Segunda Guerra Mundial documentos relacionados con el desarrollo de los misiles V-2 acabaron tanto en EEUU como en la URSS y fueron usados en los programas espaciales de los dos países. En Washington los antiguos nazis se convirtieron en héroes, mientras que Moscú solo se aprovechó de su experiencia y luego estos científicos, que sirvieron al despiadado régimen, cayeron en olvido.
El V-2, un cohete desarrollado a costa del trabajo esclavo
Según las estimaciones oficiales, la producción de los misiles balísticos V-2 cobró más vidas que el uso de dichos cohetes. Wenher von Braun en varias ocasiones visitó la planta Mittlerwerk donde los V-2 se ensamblaban.
El ingeniero luego calificó las condiciones en la planta como «repulsivas», pero se negó a reconocer que fue testigo de maltratos o asesinatos de prisioneros que fueron sometidos al trabajo esclavo. Al mismo tiempo, el científico admitió que para 1944 se había dado cuenta de que algunos prisioneros fallecieron.
Si bien el propio Von Braun no lo reconoció oficialmente en ninguna ocasión, algunos prisioneros del campo de concentración Mittelbau-Dora —ubicado a pocos kilómetros de la planta Mittlerwerk— revelaron que habían visto a Von Braun visitar este establecimiento. Además, acusaron al ingeniero de maltratar a los prisioneros o de elogiar el maltrato.
Según ellos, durante sus numerosas visitas a Mittelbau-Dora el científico nunca alzó su voz en contra de la crueldad a la que se sometían los prisioneros. Alrededor de 20.000 personas inocentes perdieron sus vidas en ese campo de concentración. Es difícil imaginar que uno de los ingenieros clave del programa V-2 no estuviera al tanto de las condiciones del trabajo esclavo en un campo de concentración que estaba muy cerca de la planta donde trabajaba.
Al tratar el tema del uso de trabajo esclavo durante su estancia en Estados Unidos, Wernher von Braun dijo que se sintió incapaz de influir sobre la situación.
Rendición y trabajo en EEUU
En 1944 el mismísimo ingeniero alemán casi se convirtió en una de las numerosas víctimas del régimen nazi. En una conversación privada él y dos de sus colegas expresaron su descontento con la imposibilidad de trabajar en una nave espacial. Además, hablaron sobre los problemas en el frente. Esta actitud pesimista llevó a su detención en marzo de 1944.
El entonces ministro de Armamento y Producción de Guerra de la Alemania nazi, Albert Speer, convenció a Adolf Hitler de restituir a Von Braun en su puesto para seguir con el desarrollo del programa V-2.
Cuando quedó claro que la Alemania nazi iba a perder la guerra y al ver al Ejército Rojo acercarse a Peenemünde, la localidad donde se encontraba el centro de investigación donde trabajaba, Wernher von Braun y su equipo tomaron la decisión de rendirse ante las tropas estadounidenses. Lo hicieron el 2 de mayo de 1945 en Austria.
El mando militar estadounidense estuvo al tanto de la importancia de Von Braun. Pronto las autoridades de Estados Unidos decidieron aprovechar las habilidades del científico y de su equipo para crear un vehículo de lanzamiento orbital.
Él cumplió su sueño de enviar a un ser humano a la Luna el 16 de julio de 1969. Sin embargo, durante el resto de su vida en Estados Unidos Wernher Von Braun fue una figura muy controvertida. Nunca fue castigado por su complicidad en las atrocidades cometidas por el régimen nazi.
Fuente: Sputnik