Cuaderno de Vida
Gustavo Elizondo Fallas
Mi formación económica se limita a los cursos universitarios como la temida Principios de Economía, colador instalado por la UCR para controlar el ingreso a la Escuela de Administración o la Microeconomía y Macroeconomía llevadas en la UNED, pero aun con esa limitación, me voy a atrever a plantear una alternativa que de entrada pondrá a temblar a todos los banqueros de este país, acostumbrados a no perder nunca; recordé aquel pensamiento que decía que “los banqueros te prestan el paraguas en verano y te lo quitan cuando empieza a llover”.El pueblo judío estableció la costumbre del jubileo (palabra de doble origen etimológico, yobel que refiere al cuerno usado para anunciar el inicio de año y la raíz latina iubilare, que se refiere al grito de alegría de los pastores ante el mismo acontecimiento); en la Biblia se encuentra la siguiente referencia en el Levítico: Declararéis santo el año cincuenta, y proclamaréis en la tierra liberación para todos sus habitantes. Será para vosotros un jubileo; cada uno recobrará su propiedad, y cada cual regresará a su familia. El concepto lo tomó la Iglesia Católica para establecer años donde se puede acceder a la absolución total de los pecados, en términos informáticos sería como un resetear la máquina. Para nuestra propuesta nos interesa resaltar que, en ese año del jubileo, además de recuperar sus propiedades, se desaparecían las deudas y se iniciaba todo desde cero.
En medio de los efectos de esta pandemia, tanto sanitaria como económica, las finanzas personales y empresariales van a quedar tan golpeadas, que las readecuaciones de las deudas lo único que harán será patear la bola para adelante y tarde o temprano, personas físicas y jurídicas entrarán en una fase de colapso y deberán declararse insolventes en el caso de las personas y quiebra inminente en el caso de las empresas. Tanto a nivel internacional como nacional, se debe pensar en soluciones radicales, pero ante la magnitud de esta crisis que solo se presenta cada 100 años, no queda más que llegar a lo extremo.
¿Cuál sería la propuesta?, debemos encontrar la forma de declarar el año 2021, precisamente el año del bicentenario de la independencia patria, un jubileo crediticio que consiste en suspender las cuotas al principal de los créditos y reiniciar el plan de cuotas en el 2022 bajo la premisa que el plazo se extiende automáticamente por un año más; ejemplo, una empresa tiene un crédito con un saldo de 100 millones en un plazo de 5 años y le corresponde cancelar 2 millones en el 2021, esa cuota se pasa a la cola en el año adicional de extensión de plazo, si la operación vencía en el 2025, ahora lo hará en el 2026. En el año del jubileo se pagarían solo los intereses, que deben ser ajustados de manera que la intermediación financiera cubra los gastos mínimos de las entidades bancarias.
¿Cuál será la afectación para el Sistema Bancario Nacional?, simplemente que no habrá renovación de cartera, pero seguirán recibiendo los intereses, que son los que al final van a ser tomados en cuenta en el Estado de Resultados, los activos financieros no son afectados por depreciación y con la inflación estable, no sería mucho lo que perderían, claro, no esperen las altas utilidades a que están acostumbrados, es parte del peso que al igual que todos los sectores, tendrán que apechugar por la crisis.
Esta solución sería generalizada, porque prácticamente todos los sectores de la economía fueron sacudidos por el sunami del Covid-19, se podrían revisar solo aquellos casos donde la problemática que enfrenta la persona o la empresa no esté ligada a la pandemia y se tuvieran problemas antes de este año 2020. ¿Cuáles serían los efectos de este jubileo?, las empresas tendrían la posibilidad de reanudar poco a poco sus actividades garantizando el empleo y la reactivación económica; las personas contarían con mayor disponible de compra para estimular el mercado interno, el Estado no tendría que aportar recursos de su presupuesto y la presión en la tasa de interés sería mínimo. Para bajar un poco la presión de los banqueros, se puede impulsar la propuesta del economista Gerardo Corrales, de conseguir recursos externos que cubran la pérdida estimada de las carteras que tiene la banca y se respalden de manera que los Bancos puedan liberar sus ataduras y adaptarse a las nuevas reglas.
El mundo debería entrar en la misma danza y que los acreedores internacionales asuman ese jubileo financiero, extendiendo las deudas de los países, que en el 2021 no se abone al principal antes que los países entren a una posición de impago, situación que no le sirve a nadie; no imaginamos a los acreedores internacionales reclamando el territorio nacional como parte del pago, eso no funciona así.
Aclaración de cifras, en el ejemplo del crédito, son 10 y no 100 millones. Disculpas.