Costa Rica en el laberinto

Progresemos

Carlos Manuel Echeverría Esquivel
cmecheverria@yahoo.com

Carlos Manuel Echeverría

Estamos en un laberinto y no sabemos por dónde ir, a pesar de que las opciones son pocas. Costa Rica… un país tan rico en factor humano, que tanto ha invertido en educación, que logró un desarrollo social envidiable con el coeficiente de Gini (indicador de diferencias sociales) a niveles favorables, con una economía productiva y diversificada, competitiva a nivel internacional en una democracia imperfecta pero funcional; con sectores sociales y de gobierno colaborando unos con otros y si no con huelgas razonables; pionero a nivel mundial en temas de conservación natural, a pesar de que tiene muchas deficiencias en su tratamiento ambiental… Ante lo dicho, uno se obliga a preguntarse qué fue lo que salió tan mal, porqué involucionó? Llegó a ser el país número 42 del mundo en el 2003 según el informe de desarrollo humano de la ONU. Hoy día, estamos muy cerca de perder lo ganado y somos el país número 68.

La crisis económica que nos agobia y que se agravó con el ataque pandémico de la naturaleza a nivel mundial, parafraseando a don Leonardo Boff, ha venido a desnudar nuestra grave situación. El déficit fiscal que nos aqueja es su principal manifestación, aunque va acompañada de una mucho más seria pues toca la fibra de lo somos: una crisis de valores y moral. “Moral y luces, nuestras primeras necesidades”, decía el prócer continental don Simón Bolívar. “Luces” las tenemos pero parpadean.

El anterior ministro de Hacienda don Rodrigo Chaves se atrevió a precisar y quería entrarle de lleno al tema de 3600 millones de US$, entre evasión fiscal, elusión (aprovecharse de los portillos fiscales) y lavado de dinero, lo que tuvo posiblemente que ver con su salida.

Los diferentes sectores de la sociedad costarricense relacionados con la economía halan cada uno para su lado sin reparar en el daño a los otros sectores y menos a la economía y el sistema socio-político como un todo…inconciencia total.

Con sus excepciones los empleados públicos trabajan con total desgano en el marco de esquemas de gestión y dirección política inefectivos.

El costo del sector público, inflado por malos manejos financieros desde hace décadas y egresos para el pago de los servicios personales –remuneraciones y pensiones- descabellados es exageradamente desproporcionado.

Un poder judicial que queda debiendo…ni pronta ni cumplida tiende a ser la justicia. Prevalecen se dice con gran insistencia pero poco se hace, esquemas de corrupción de monto con fondos públicos en sectores claves de la vida nacional.

Malas inversiones por mal cálculo o mala fe dicen algunos, en instituciones autónomas como el ICE por ejemplo, que nos cuesta a los ciudadanos “un bigote de plata”, pues es de la inversión a futuro, la capacidad para reponer activos del estado y del consumo ciudadano, de donde salen los recursos para pagar tanta “torta” y granjería.

El Congreso ha aprobado leyes importantes, sobre temas pendientes de hace muchos períodos legislativos. Pero se ha hecho a trocha y mucha, con poco diálogo de calidad, a veces candorosamente, aparte por supuesto de los intereses políticos propios del fragor legislativo. El momento que vive Costa Rica es delicado, especialmente para un sector importante de compatriotas. Quienes legislan deben tener claras las consecuencias a mediano y largo plazo de sus decisiones. Balancear analizar integralmente los pros y contras de cada iniciativa es el arte a seguir.

El gobierno a menudo erra el camino. Me da la impresión de que falta experiencia y las contradicciones son notable. No veo dirección estratégica y cuando no la hay, las acciones tácticas no tiene asidero y se dan descoordinadas. A veces “echar atrás” está bien, pero no cuando se vuelve práctica común. Acciones como el mal manejo de la UPAD o el nombramiento de la exministra de comunicaciones en el INS se piensan mejor antes de hacerlas. Se le dificulta al gobierno ver los rinocerontes grises o no lo comunican, lo que no estaría bien. Un ejemplo, el de las cuarterías, vergüenza nacionales desde hace varios lustros, que ni el GOCR ni la Muni de San José enfrentaron con todo. En lo sanitario no opino a fondo, no es mi campo. Me parece entender y apruebo lo que se está haciendo. Obedezco.

El asunto se agrava en el tema de la política económica y la social, que no pueden ir descoordinadas. El sistema de planificación nacional y política económica según lo establece la ley 5525, no funciona: no genera la coordinación deseable entre el aparato estatal y mucho menos la participación de la sociedad civil organizada sectorial y regionalmente.. Este servidor fue viceministro a los 25 años, pero bajo un ministro de 53 años y del calibre del doctor Wilburg Jiménez Castro. Esa es una buena combinación. Sin dudan es después de los 45 años cuando el profesional en el servicio público, si está saludable, “da leche como” vaca Holstein de altura.

El acuerdo con el FMI es vital…sin esos recursos no salimos. Es lógico haya condiciones; quien no lo vea así, no sé en qué estará pensando. Estos acuerdos con el FMI de largo aliento, son para re enrumbar economías, no para seguir en la misma senda errada. Habrá que tomar decisiones que serán como “tragar cable” y como dice un cercano amigo…”habrá que empezar de cero”, como hizo Corea del Sur a fines del Siglo XX, en un momento crítico de su historia económica donde hasta las señoras de clase media para arriba le llevaban sus alhajas al gobierno para ayudar a pagarle al FMI. La República de Corea pagó al FMI antes del vencimiento, sin andarse con lloriqueos. No fue el FMI, el Banco Mundial o el Orden Internacional Vigente el que llevó a Costa Rica donde está. Fuimos nosotros mismos como colectivo, unos por abusar y otros por permitir.

En este momento hay aprehensión en los diferentes sectores. La UCCAEP ha asumido su posición corporativista. Los sindicatos han dicho que tomaran medidas de derecho y hecho, pero sin absolutamente nada proponer a la familia costarricense para solucionar sus problemas socio económicos y políticos. Las cooperativas calladas. El gobierno tiene que encontrar la forma de asumir su papel de conductor a corto, mediano y largo plazo, resolviendo de paso sus cada vez más evidentes contradicciones y promoviendo los entendimientos intersectoriales estratégicos y tácticos. No podemos esperar 21 meses.

Ex viceministro de Planificación Nacional y Política Económica.

Blog: carlosmanuelecheverriaprogresemos.com

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