La «gripe de Hong Kong» fue tan agresiva porque el virus causante -el H3N2- se considera una de las cepas de gripe más problemáticas, al punto que hoy sigue circulando a nivel mundial
Por Barrabás Prosaico
A finales de los años ’60 y principio de los ’70, la atención internacional estaba centrada en eventos como la llegada del hombre a la Luna y la Guerra de Vietnam. Sin embargo, en esa época surgió una mortal gripe, parecida al actual coronavirus, que le quitó la vida a más de un millón de personas y que en la actualidad pocos recuerdan.
Fue en 1968 cuando se detectaron los primeros casos de esta enfermedad, que tuvo sus primeras apariciones en Hong Kong, pero que luego se extendería a gran parte del planeta hasta 1970.
Esa gripe olvidada que mató a más de un millón de personas la recuerdan medios como BBC Mundo, que en un reportaje rememora cómo la humanidad se ha enfrentado a plagas y pandemias de enfermedades desde hace millones de años.
Entre esas enfermedades, al menos las más recientes, están la peste negra, la (mal)llamada gripe española y la viruela, que dejaron a su paso millones de muertos alrededor del mundo en distintas épocas de la historia.
La «gripe olvidada» o Gripe de Hong Kong, como se llamó en su momento, es conocida científicamente como gripe H3N2 y se descubrió en julio de 1968.
Pero la humanidad y los medios de comunicación insisten en mencionar a otras pandemias. Se recuerda con horror las secuelas de la epidemia de poliomielitis, que se ensañó especialmente con los niños hasta que se encontró una vacuna.
Lo que sí es cierto es que todas causaron estragos en la población y acabaron impulsando avances médicos y mejoras en los sistemas de salud pública. Al mismo tiempo, ocasionaron también enormes desafíos sociales y económicos, como sucede actualmente con el coronavirus SARS-CoV-2 que causa la enfermedad COVID-19.
Una de las más letales del siglo XX
Desde diciembre de 2019 a la fecha, el nuevo coronavirus ha cobrado la vida de más de 328.000 personas y ha infectado a más de 5 millones de personas. El H3N2 cobró la vida de un millón de personas en dos años, es decir, el comportamiento entre ambos virus luce parecido con respecto al promedio de muertes por periodo de tiempo.
En 1968, desde que el virus se detectó en Hong Kong, en apenas dos meses llegó al continente americano, específicamente a Estados Unidos, pues fue en septiembre cuando se detectaron los primeros casos de H3N2.
Algo parecido ocurrió con el COVID-19, que en la actualidad tiene como epicentro a la nación estadounidense y que se ha masificado en América con gran virulencia y mortalidad.
Ya el continente americano cuenta con más víctimas mortales e infecciones que otros continentes y según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la pandemia aún no ha llegado a su momento más crítico.
Pero, ¿qué tan mortal fue la gripe H3N2? De acuerdo con varias reseñas históricas, la gripe fue catalogada como catastrófica. Cuando llegó a Estados Unidos se extendió de forma agresiva hasta convertirse en una pandemia de gripe.
Así llegó a convertirse en uno de los tres brotes mundiales pandémicos de influenza que ocurrieron en el siglo XX: la «española» en 1918, la conocida como «gripe asiática» en 1957, y ésta que comenzó en 1968.
La «gripe española» (1918-1920) fue la más agresiva y grave, ocasionada por el H1N1 y al final provocó la muerte de entre 40 y 50 millones de personas. La «gripe asiática» de 1957-1958, producida por el H2N2, mató a dos millones de habitantes; y la «gripe de Hong Kong» de 1968-1970, producida por el H3N2, dejó alrededor de un millón de fallecidos.
¿Por qué fue olvidada?
Para Anton Erkoreka, director del Museo Vasco de Historia de la Medicina y especialista en historia de las enfermedades, «tanto la ‘gripe asiática’ como con la ‘gripe de Hong Kong’ se olvidaron enseguida».
Citado por BBC Mundo, Erkoreka sostiene que «las medidas preventivas que se tomaron no fueron excepcionales ya que se consideró como una gripe más«, razón que posiblemente hizo que afectara con mayor gravedad al planeta.
«Las gripes siempre han tenido una connotación de benignidad de que sólo provocan mortalidad en ancianos con patologías añadidas por lo que, socialmente, se han banalizado», explica. Esto, agrega, hace pensar que tanto lo sucedido como las enseñanzas de anteriores pandemias parecen haber caído en el olvido.
Además, la «gripe de Hong Kong» llegó a Occidente en los años del aterrizaje del hombre en la Luna, la Guerra de Vietnam, la era hippie y las protestas en defensa de los derechos civiles, hechos que acaparaban la máxima atención.
En 1968, la hija pequeña de Phillip D. Snashall, profesor emérito de Medicina de la Universidad de Newcastle, en Reino Unido, contrajo la «gripe de Hong Kong» y nadie supo nunca cómo ocurrió. Su padre contó al British Medical Journal que sólo se enteraron de ello unos pocos médicos y alguna publicación especializada.
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«El mercado de valores no se desplomó, la prensa no nos asedió y ningún hombre con aparatos de respiración interrumpió los juegos de mi hija», declaró.
Sin embargo, para la Navidad del ’68, los hospitales de los 50 estados de Estados Unidos empezaron a recibir una oleada de pacientes, tal y como sucede ahora con el COVID-19.
Así se vio afectado el mundo
La epidemia golpeó con fuerza, pero la gente sana nunca dejó de ir a trabajar. En Nueva York se decretó estado de emergencia, mientras en Berlín las autoridades sanitarias tuvieron que almacenar los cadáveres en túneles del metro.
Asimismo, en algunas regiones de Francia el virus dejó a la mitad de la fuerza laboral postrada en cama, y en menos de dos años registró 30.000 muertos por H3N2.
Los enfermos desbordaron los hospitales de Londres y al menos 20 % de las enfermeras se contagiaron, recuerda el diario The Telegraph. En tanto, los dos Estados que entonces formaban Alemania sumaron 60.000 bajas.
Solo en Estados Unidos la cifra de fallecidos superó las 100 mil personas, una proporción tres o cuatro veces el promedio anual de muertes por gripe desde 2010, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de ese país (CDC, por su sigla en inglés).
En 1968 también se impuso la distancia social, el lavado de manos y se evitó el transporte público, pero las ciudades no se pusieron en cuarentena y la gente iba a trabajar. Los colegios permanecieron abiertos, las competiciones deportivas siguieron su curso y la economía continuó creciendo aunque a un ritmo más lento.
Según los expertos, todo ellos originó una segunda oleada, porque la llamada inmunidad de grupo o de rebaño no llegó y se produjo un segundo momento de infecciones masivas más fuerte.
«La gripe de Hong Kong tuvo una primera onda muy suave en el invierno de 1968-1969, pero posiblemente mutó y produjo una segunda onda que, en Europa, ocurrió en diciembre de 1969«, recuerda Erkoreka.
Añade que esa oleada fue muy agresiva y tuvo un amplio reflejo en los medios de comunicación de la época, aunque se olvidó muy pronto.
Similitudes entre la gripe del 68 y el COVID-19
De acuerdo a Erkoreka, ambas pandemias tienen varias cosas en común más allá de su virulencia y letalidad. Los dos patógenos causan muchas muertes en la población mayor de 65 años con especial incidencia entre quienes padecían enfermedades previas a contraer la enfermedad.
De acuerdo con el reportaje de la BBC, la «gripe de Hong Kong» fue tan agresiva porque el virus causante -el H3N2- se considera una de las cepas de gripe más problemáticas, al punto que hoy sigue circulando a nivel mundial y hasta puede convivir con el actual SARS-CoV-2.
Esto es así porque, al igual que COVID-19, es especialmente contagioso y tiene una alta capacidad para matar. Además, la gripe del 68 es un virus que muta y que aún se mantiene activo.
«Treinta y siete años después, el subtipo H3N2 sigue reinando como el virus de la influenza A más importante y problemático en humanos», dijo el investigador Edwin D. Kilbourne en su trabajo «Influenza Pandemics of the 20th Century» publicado en 2006.
La evidencia sugiere que las verdaderas pandemias surgen del reordenamiento genético con los virus de la influenza A animal. Es precisamente por eso, su capacidad de mutar, lo que hizo que al H3N2 inmune a las vacunas existentes en ese momento.
La clave de su agresividad reside en ese cambio de patrón, y en ese sentido el COVID-19 ha sido catalogado por la OMS como un virus que tiene capacidad de mutar y con potencial endémico, es decir, que se puede perpetuar en el tiempo.
«Los virus de influenza cambian constantemente«, explica el Centro Nacional de Vacunación y Enfermedades Respiratorias (NCIRD) de Estados Unidos. «Son pequeñas mutaciones que pueden dar lugar a cambios en las proteínas de superficie del virus» y hacer que el sistema inmunitario no los reconozca.
Erkoreka sostiene que la respuesta que se dio a la «gripe de Hong Kong» y la del nuevo coronavirus ha sido similar en muchos aspectos. El historiador cree que el menosprecio de los gobiernos a la nueva pandemia es lo que ha provocado su expansión.
«Las autoridades y muchos epidemiólogos han fallado en España y en Europa porque no han aprendido de las grandes epidemias del pasado (…) Deberían de tener claro, que cuanto antes de aborden y se tomen medidas, menor es el daño que producen», recalcó.