Desde La Mina 2.0
Mauricio Castro Salazar
mauricio.castro.salazar@gmail.com
Se flexibilizan las medidas, inicia el desconfinamiento
Assouplissement des mesures, se flexibilizan las medidas, anunciaron que se haría en tres etapas, una a finales de abril, otra a mediados de mayo y se supone que la final a principios de junio. Hemos seguido las medidas al pie de la letra y además, yo he seguido algunas recomendaciones para el confinamiento que han recomendado las grandes empresas a sus empleados en teletrabajo: hacer una rutina todos los días.
La recomendación me cayó de perlas (a veces la hiperactividad y las dificultades de concentración me comen…) y esta es mi rutina: me levanto temprano, me lavo los dientes, me veo en el espejo y me piropeo: que bien te ves, que guapo estás…preparo desayuno, echo un vistazo a las noticias de la DW, BBC, Al Jazeera, CNN, RTS y TVE, leo titulares de algunos periódicos: El País, La Nación, The Guardian, la Extra. Luego hago ejercicios, me baño, y me alisto y me pongo a trabajar. Nunca me quedo en piyamas.
Cuando ya llevaba unas 3 semanas, de repente un día haciendo la rutina me vi en el espejo… y seguí con la rutina…Y empecé a notar con insistencia en las noticias que conforme pasaban los días todos los medios que veía, independientemente de qué país fueran, reportaban algo en común: la gente estaba preocupada por su pelo, por su tinte, por su corte y lo externaban con molestia…
Incluso un día leí una noticia que me sorprendió: “….Wal-Mart reportó que se han registrado compras de pánico de tintes para el cabello y afeitadoras en sus tiendas desde las últimas semanas, una nueva tendencia por la cuarentena debido a la pandemia del coronavirus…”
Y yo, seguía con mi rutina: me levanto temprano, me lavo los dientes, me veo en el espejo…, preparo desayuno, echo un vistazo a las noticias de la DW, BBC, Al Jazeera, CNN, RTS y TVE, leo algunos titulares de periódicos: El País, La Nación, The Guardian, la Extra. Luego hago ejercicios, me baño, me alisto y me pongo a trabajar. Pero empecé a notar que me faltaba algo…Los que tenemos problemas de atención hacemos conteos de cada cosa para no olvidar y noté que me faltaba un paso.
Y en las noticias todos los días la gente con más fuerza pedía flexibilizar las medidas para la apertura de salas de belleza y de barberías y yo con mi rutina… me lavo los dientes, me veo en el espejo, preparo desayuno, veo las noticias…
Y una mañana me di cuenta que no me estaba piropeando y de inmediato cuando me vi en el espejo tuve una “iluminación”: entendí el porqué la gente pedía con fuerza la apertura de los salones de belleza y barberías y me había dejado de piropear…
Tan mal me vi que estuve valorando que me cortaran el pelo en casa o cortarme yo solo, en la casa no hay tijeras para pelo y en el súper solo vendían tijeras para cortar papel, las compré, pero desistieron de cortármelo: —“con esas tijeras te voy a dejar fatal, seguro que no búscate bien”—me dijeron y regresé al súper, y efectivamente no habían tijeras para cortar pelo.
Encontré un peine con navaja y estuve a punto de comprarlo pero me acordé que con uno de esos me había cortado el pelo un par de veces mientras estudiaba en Cardiff y había quedado fatal, lleno de huecos, todo porque me daba horror ir al barbero y no tener claro que decirle para que no me dejara como un policía de los 80…
En aquellos días de estudiante para ir al barbero primero decidí aprenderme un diálogo, dando instrucciones en inglés, pero el día que fui estaba tan asustado que solo dije: to trim, a little bit, to trim y hacía ademanes con mis dedos… todo lo ensayado se me olvidó, pero quedé mejor, no bien, mejor que con el peine con navaja.
Pues aquí en Nyon decidí no hacer lo mismo, no me compré el peine con navaja, y decidí esperar que abrieran las barberías, que ante la presión popular ya se había empezado a anunciar que lo harían y me dije que tenía elaborar y practicar un dialogo, solo que esta vez lo haría frente al espejo hasta decirlo para no trabarme.
El 15 de abril encendí un toque tarde la tele y ya había empezado la conferencia diaria que da la Confederación Suiza, a veces la Presidenta, a veces el Zar anti covid-19, a veces la gente de Salud, en todo caso, vi parte del Assouplissement des mesures y todavía sigo sin entender por qué las pusieron en un orden que nosotros jamás lo hubiéramos hecho: de primero las de a partir del 11 de mayo (escuelas, museos, tiendas, mercados, agencias de viaje, restaurantes…), luego las que siguen el 8 de junio (todo lo que faltaba), pero no veía que abrieran los salones de belleza, no veía en ninguna que apareciera la ansiada apertura…
Durante toda la conferencia de prensa recalcaron una y otra vez: vous devez respecter les règles d’hygiène et de distanciation sociale (debe respetar las reglas de higiene y de distanciamiento social). Y casi a lo último de la conferencia recibí la noticia tan esperada con mucha alegría:
Depuis le 27 avril 2020, Ouvert ou autoricé: Établissements proposant des prestations impliquant un contact physique comme les salons de coiffure, de beauté….
¡La apertura de las barberías a partir del 27 de abril…!
Así que tenía 12 días para aprenderme el diálogo y lo incluí en mi rutina diaria y empecé frente al espejo:
Tre tre tre tre tre tre tre, rrro rrro rrro y a abrir y cerrar la boca como un pez, y recordando la pronunciación de los diálogos aprendidos en las clases de francés
“qui es?
—Ce Monik,
—antrrré Monik
Trrrua, catrrre, sanc, sissss, set…”
Y por supuesto la pronunciación de PePe l´amour…
A diferencia de aquellos años en Cardiff ahora tuve la ayudita de un App traductor, de esos que también tienen pronunciación.
El 27 hice mi rutina y me fui…
Como era de esperar todos los barberos con mascarilla, con guantes, las gente que esperaba separada dos metros y con mascarilla…. Todo el mundo siguiendo la instrucción dada: respecter les règles d’hygiène et de distanciation sociale; llegó mi turno, primero traté en español, por si acaso —¿Quién quita un quite?—pensé y pregunté: —“¿me pue-de cor-tar el pe-lo? (no sé porque se tiene la maña que si uno habla despacito la gente tiene la posibilidad de entender español en cualquier país del mundo), pero la gente no reaccionó al español hablado de modo universal…
Luego en inglés y nada, así que a recitar el diálogo practicado (me puede cortar el pelo, solo las puntas, no quiero parecer un militar) que había aprendido de memoria, y frunciendo mi boca como un pez y como PePe l´amour para hablar bien afrancesado, dije: Peux me couper les cheveux? Juste les pointes, je ne veux pas avoir l´air militaire…la espera por la respuesta fue terrible, mientras decidía si repetía mi diálogo, el segundo o los dos segundos que duró el barbero en procesar o entender mi solicitud fueron de sobra para ver que la moda era cortarse el pelo estilo militar y que no solo los comensales se lo cortaban así sino que todos los barberos andaban con buenos “guardabarros” alrededor de las orejas y peinados como cepillines al estilo Manolito el de Mafalda…cuando oí el “Qui,” el alma me volvió al cuerpo.
Seguro soné tan convincente que de primera entrada solo me cortó muy poquito y pensé:— “si está carajada tiene una recaída y nos vuelven a confinar, esta despuntadita no me a aguantar…”— y tuve que decirle que me diera un momentico (un moment s´il vous plait), saqué mi teléfono y rápidamente escribí y el App tradujo: un peu plus pour revenir dans deux moins, pensando que a los 60 el pelo no crece rápido y en dos meses ya tendría tiempo de ir en Costa Rica.
No quedé para nada mal, de hecho me veo muy bien, cuando he ido al súper las señoras que se parecen a mi abuelita paterna –hija de francesa— se me quedan viendo y sé que es por bien parecido y no por miedo por tener pinta del Magreb (como dicen que tengo) y volví a mi rutina, pero la varié un poquito, porque el desconfinamiento no termina todavía: me levanto temprano, me lavo los dientes, me veo al espejeo, me piropeo, preparo desayuno, echo un vistazo a las noticias de la DW, BBC…hago ejercicios, me baño, me alisto, me pongo a trabajar y cada cierto tiempo me estiro, me veo al espejo y mi piropeo, ahora con más ganas y entusiasmo…
Y por supuesto me he impuesto este mantra, que repito a todo momento: mantené el distanciamiento social, yo puedo con la nueva normalidad, mantené el distanciamiento social, yo puedo con la nueva normalidad, mantené el distanciamiento social, yo puedo con la nueva normalidad.
¿Puede usted con el distanciamiento social y la nueva normalidad?
Muy bueno Mauricio, me lo imaginé con su locuaz francés explicando como quería el peinado, gracias por provocarnos risas en momentos de llanto.
jajaja son cosas que pasan en el diá a dia en la Costa Rica de Europa