Por Kathrin Wesolowski (dpa)
Los turistas que viajan a México suelen visitar Cancún o Ciudad de México, pero desde el punto de vista paisajístico y cultural la región de Oaxaca es como mínimo igual de diversa e interesante, además de uno de esos lugares pocos conocidos fuera del país, pero sí muy apreciados por los mexicanos.
Cuando la luna llena se refleja sobre la laguna costera de Manialtepec, los turistas salen en lanchas motoras al Pacífico para vivir algo extraordinario: si se agita el agua con la mano, entonces relucen una gran multitud de pequeños puntos azules.
Se trata de un fenómeno conocido como bioluminiscencia y que se puede observar en esta zona del sur de México, cuando miles de organismos como el plancton generan una luz, visible cuando se agita el agua.
Y se puede ver bien cuando el cielo está completamente oscuro. Es por ello que los lugareños han construido pequeños pabellones, anclados en mitad del mar, para poder observar el agua sin ningún tipo de contaminación lumínica.
Los turistas bucean en esas aguas cálidas entusiasmados cuando ven el espectáculo de luces, en el que pequeños puntos brillantes de pueden posar sobre sus brazos o extremidades.
Playas de ensueño sin apenas visitantes
La Laguna Azul es uno de los lugares más emblemáticos por visitar en Oaxaca. Pero hay otros rincones de impresionante belleza que también merecen una visita como las bahías de Huatulco, ubicadas a unos 130 kilómetros de Manialtepec. Estas bahías son un lugar bien conocido por los mexicanos, pero hasta la fecha son pocos los turistas extranjeros que se dejan caer por allí.
La región cuenta con playas en las que prácticamente se puede pasear solo como es el caso de la bahía El Órgano. En las inmediaciones del parque nacional de Huatulco hay un pequeño camino que conduce a una bahía dorada con claras aguas turquesas. Pero Oaxaca tiene además montañas y una oferta de turismo ecológico, que en muchos casos apenas se está poniendo en marcha.
En el pequeño pueblo de Cuajimoloyas viven tan solo unos pocos cientos de personas, cuya subsistencia se basa fundamentalmente en la producción agrícola a nivel familiar. Pero desde hace unos años han comenzado a recibir la visita de turistas, que llegan al lugar prácticamente por su cuenta en los «colectivos», taxis que llevan a varias personas a un mismo lugar.
Marcha y música en la ciudad de Oaxaca
Mucho más poblada está la animada ciudad de Oaxaca, capital del estado federado homónimo. Apenas queda a dos horas de coche del pueblo de Cuajimoloyas, pero cuenta con un Zócalo, o plaza central, muy concurrido. Allí acuden los lugareños para vender las prendas de ropa decorada con vistosas flores o algunas joyas.
A Itandehui, profesora de Historia, le gusta conversar con turistas, a los que les habla de Oaxaca, sus tradiciones y su vida allí. Les cuenta, por ejemplo, que las mujeres en México suelen ser madres más pronto que en Europa, pero en Oaxaca comienzan a tener el primer hijo especialmente jóvenes.
«Muchas mujeres lo tienen ya con 15 años», explica Itandehui. Y realmente llama la atención ver en las calles a muchas madres jóvenes con niños.
Y la ciudad cobra vida sobre todo de noche, cuando los bares están llenos y se ve a la clientela bailando ritmos latinos. También los restaurantes y los puestos de comida en la calle se ven animados.
A Shirley, una joven lugareña, le gustan las tlayudas, una tortilla de maíz típica de Oaxaca. «No va a encontrar nada parecido en ningún otro lugar de México. Nada representa tanto la comida de Oaxaca», señala. La tlayuda consta de una tortilla de maíz, que se rellena con un queso típico de la región, así como carne y verduras.
Siguiendo el rastro indígena
Muchas personas en Oaxaca tienen raíces indígenas y hablan en la lengua de los aztecas, mayas y zapotecas. La que fuera capital de los zapotecas, Monte Albán, está solo a unos diez kilómetros de la ciudad de Oaxaca.
Allí se pueden contemplar antiguos templos, palacios y casas. También este lugar es poco visitado en comparación con otros más conocidos y sigue siendo considerado un secreto bien guardado entre las ciudades con restos arqueológicos.
Información práctica sobre Oaxaca
Se puede llegar a la zona en avión desde Ciudad de México con un vuelo hasta hasta la ciudad de Oaxaca o Puerto Escondido. A la llegada al país, las autoridades conceden un visado de turista que dura un máximo de 180 días. Ese visado se retirará a la salida. Si se pierde, se pagará una multa.
Información en: www.visitmexico.com
dpa