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Carlos Revilla M.
En mi reciente visita a la ciudad de Nueva York, iba con el cometido de visitar tres lugares muy especiales para mi, todos de casualidad ubicados en el famoso Central Park de esa ciudad. No voy a hablarles del Central Park, sería como llover sobre mojado, ya muchos otros lo han hecho, y además hay una gran cantidad de información disponible en Internet, y muy buena por cierto, como la Wikipedia que tiene la historia muy completa y amena.Los tres lugares especiales que ansiaba visitar en el Central Park eran “Imagine” el memorial frente al sitio donde fue asesinado el exbeatle John Lennon —el famoso edificio de apartamentos Dakota—, y las estatuas del perro “Balto” y la de “Alicia en el País de las Martavillas”. De Imagine ya escribí en mi columna “Imagina” donde hablo también sobre esa canción de John Lennon, y sobre Balto, hablo en mi columna “Los perros que salvaron cientos de vidas (La Gran Carrera de la Misericordia)”, y solo me faltaba escribir sobre la estatua de Alicia.
El Central Park es enorme, tiene un área 3,41 km2 o lo que es lo mismo 341 Ha, comparemos esto con La Sabana en San José, que es de solo 72 Ha, es decir el Central Park es casi cuatro veces más grande; esto para que se den una idea de sus dimensiones. Así que para visitarlo hay que tener un mapa, que conseguí el primer día a la entrada del mismo parque por el lado sur, a un costo de $2, muy bueno porque le pone números a las cosas, y uno solo busca en el índice el número y ve a que corresponde. Así fue como ubiqué los lugares en los que estaba interesado. Y resulta que los tres sitios que les mencioné están en el Top-5 de las más buscadas por los visitantes al parque, así que estaban apropiadamente numerados en el mapa.
El primer día fuimos a ver la estatua de Balto y el mosaico de Imagine. Solo nos dio tiempo para eso, con unas caminatas que ni les cuento, además que el hotel estaba como a 3 km de distancia, haciendo el recorrido a pie, ida y vuelta. Pero eso si, por la famosa 5ta Avenida. En total creo que el tiempo que estuvimos en Nueva York, caminé unos 15 km diarios en promedio.
En medio del bullicio de Manhattan, en el corazón del Central Park, se rinde un homenaje en forma de estatua al querido clásico de los niños “Alicia en el país de las maravillas”, de Lewis Carroll. Si, uno de mis libros favoritos de todos los tiempos, y ni que decir de su autor Lewis Carrol, que en realidad, como sabemos, se llamaba Charles Lutwidge Dodgson. Tan es de mis favoritos, que hace años mantengo un sitio web dedicado al autor y todas sus obras.
El lugar donde está la gigantesca y detallada estatua de bronce, se llama Margarita Delacorte Memorial, y tiene que ver con que la obra fue encargada, al final de los años 50 del siglo pasado, por el filántropo y millonario local George Delacorte en honor a su esposa, Margarita, quien solía leer el libro de Alicia y otras obras de Carroll para sus hijos. Cuentan que Delacorte estaba muy angustiado por el reciente fallecimiento de su esposa y salió a caminar por el Central Park, y al ver a los niños jugando, recordó lo mucho que su esposa los amaba, y lo mucho que ella admiraba al escritor Lewis Carroll. Así que, en su honor, se le ocurrió financiar la creación de la escultura.
Las figuras fueron diseñadas por el escultor Jose de Creeft y creadas en la Fundición de Arte Moderno de Queens. Alicia, la protagonista, está sentada encima de una hongo gigante y se cree que la estatua es una imagen de la hija del diseñador Donna. Los otros personajes del libro, como el Conejo Blanco, el Lirón y el Gato de Cheshire, se sitúan alrededor de Alicia. Por otro lado, se supone que la estatua del Sombrerero Loco es una caricatura del propio Delacorte.
Desde el momento en el que la estatua fue inaugurada en mayo de 1959, ha sido la favorita de los niños (y no tan niños, como mi caso) que visitan el parque y que disfrutan subiéndose (bueno, no llegué a tanto) en cada una de las figuras, las cuales fueron diseñadas con este propósito en mente.
El poema favorito de Margarita Delacorte, “Jabberwocky” (El Galimatazo) de Carroll, está grabado alrededor de la estatua, junto con otros fragmentos poéticos del libro, todos haciendo referencia a canciones de cuna y canciones infantiles de la época. El texto grabado que las audiencias modernas (de lengua inglesa) pueden reconocer más fácilmente es “Twinkle Twinkle Little Bat”. (Todo se puede ver en la galería)
A los pies de la escultura se puede leer: “Twas brillig, and the slithy toves did gyre and gimble in the wabe”, una cita del famoso poema de Carrroll, ya mencionado, y que es, probablemente, el poema nonsense (sin sentido) más famoso de Carroll. Curiosamente este poema no está en “Alicia en el País de las Maravillas”, más bien en “Alicia a través del espejo”, la segunda parte del libro.
El lugar exacto donde está se ubica al norte del Conservatory Water, un estanque poco profundo que hay en el parque donde grandes y chicos van a jugar con sus botes a escala, especialmente en los días de verano, en la calle 74 Este (ver el mapa, al cual le agregué los puntos de Imagine y Balto).
El día de la visita a la estatua estaba lloviendo, en uno de esos típicos fríos y lluviosos días de otoño que hay en Nueva York, por lo que la mayoría de las imágenes están un poco oscuras. Sin embargo, al día siguiente hizo un lindísimo día soleado y despejado, y por suerte la estatua queda de camino al Met (Museo Metroplitano) donde íbamos, por lo que aproveché y tomé algunas imágenes nuevas.
La galería es exclusiva de la estatua de Alicia y su entorno. Si quieren ver imágenes de Balto o el mosaico Imagine (además de las de referencia), en las galerías de los respectivos vínculos que ya incluí al inicio, pueden hacerlo.