Progresemos
Carlos Manuel Echeverría Esquivel
cmecheverria@yahoo.com
El debate y la declaración final, válida como expresión colectiva de un grupo de altísimo nivel en el ramo político, dejó clara la importancia de seguir adelante con la integración económica por la vía de una Comunidad Económica Centroamericana, concepto totalmente congruente con el Protocolo a la Carta de la Organización de Estados Centroamericanos (ODECA), que en 1991 creó el Sistema de la Integración Centroamericana (SICA).
Antes de evaluar los resultados del evento, es importante plantear por qué la integración, hasta donde pueda llegar y al menos en lo económico, es el camino para países vecinos y pequeños como los nuestros: de otra forma no es posible enfrentar los desafíos permanentes del devenir, aprovechar las oportunidades que aquel y la cambiante realidad nos presentan, ni tener peso consistente en la agenda internacional. “La lucha es sin fin” decía don Pepe. Cuando uno ve un mapa de América Latina, se hace raro ver ese picadillo de países centroamericanos, lo que posiblemente se debió a la geografía y las dificultades para comunicarse, así como a las diferencias socio-económicos y de explotación de riqueza a la luz de los tiempos colombinos; tema cautivante pero muy largo para tratarlo aquí.
El valioso encuentro, que lamentablemente no repercutió al menos en Costa Rica como hubiera sido deseable, acertadamente se enfocó en la idea de una Comunidad Económica Centroamericana (CEC). Desgraciadamente, no es posible pensar en una integración política en el corto o mediano plazo y muy difícil la veo inclusive en el largo plazo. Hay una mezcla de prácticas deficientes, ambiciones e intereses personales o de grupos nacionales y otras razones, que hacen imposible dar ese paso en el que Europa se ha empeñado, con dagas clavadas muy fuertes y diferencias culturales que no se dan en Centroamérica, pero que aún no fructifica. Vámonos entonces por la “integración posible”.
La idea de la CEC debe ir mucho más allá del libre comercio, en el que actualmente se enfoca la SIECA y los gobiernos. Tenemos que pensar y planear en grande: encadenamientos productivos y comercializadores de los bienes y servicios que generemos o que requiramos como insumos productivos o para consumo final; reconocimiento común de títulos universitarios, etc. Pensar en el desarrollo tecnológico compartido regionalmente en su generación y aplicación; quitarnos la idea de que la competencia somos nosotros mismos, lo que está bien al interior del Mercomún, pero no para ir al mercado mundial, que es donde están las posibilidades de generar los recursos requeridos para nuestro progreso sostenido, sin que “nadie se quede atrás”, como lo marcó el Popol Vuj. Paradójicamente es un poco volver a las ideas integracionistas de los años sesenta, pero con un marco mucho más amplio, acorde con los tiempos y lo que viene, con un enorme sentido social y de sostenibilidad integral. ¿Por qué el que Honduras no construya un puerto en el Pacífico y que use más bien el salvadoreño La Unión, destinando recursos para otras necesidades y El Salvador garantizando el uso?
Una CEC, “jala” a los sectores no económicos, pues en la vida práctica, la integración de cualquier tipo, implica una interacción con los otros componentes del “todo”. El proceso es sistémico y por ende del resorte del SICA, con la Secretaría General como ente coordinador sistémico por excelencia. Así lo planteó la Comisión Presidencial Preparatoria del SICA en 1991 y de la que honrosamente forme parte como representante de la sociedad civil. Visión holística por excelencia.
Termino con el pensamiento de que ya va siendo hora de que Costa Rica ejerza, a partir de julio del 2021, cuando vence el período del actual Secretario, la Secretaría General del SICA (SGSICA). El aporte que Costa Rica puede hacer a Centroamérica, hasta por su propia conveniencia, es importante. El Salvador ha ejercido la SGSICA en tres ocasiones; Guatemala, Honduras y Nicaragua en dos ocasiones cada país. Costa Rica, como una de las cinco hermanas históricas, debe asumir el desafío, para el que tiene personal calificado, capaz de hacer un magnifico papel. Luego le tocará en algún momento a Panamá, la República Dominicana y Belice.
– Diplomático y ex viceministro de Planificación