Cuaderno de Vida
Gustavo Elizondo Fallas
En el marco de la celebración de los 195 años de la Anexión del Partido de Nicoya, mientras un grupo de manifestantes del APSE tenían un comportamiento nada ejemplar para los jóvenes que se suponen que como profesores deben formar, el presidente Alvarado, en el decir popular “se cachimbeo” y en forma exaltada recriminó al grupo retándolos a que no permitirá que impidan el avance que requiere el país. No juzgo si estuvo bien o mal, si debió mantener la tranquilidad que ha demostrado ante las distintas presiones que han caracterizado su administración, pero lo que si estoy seguro es que mucho hubiéramos reaccionado igual.
Es que hay grupos que sacan a cualquiera de quicio, organizaciones sindicales que, mientras el gobierno y los grupos productivos buscan alternativas para reactivar la economía, amenazan con paralizar al país, en defensa de sus privilegios, sin tomar en cuenta en que hay un alto porcentaje de costarricenses que día a día enfrentan la angustia de no tener pan que llevar a sus casas, contrario a ellos, burócratas que quincena a quincena reciben su pago y que se dieron el lujo de pasar la mitad del año pasado sin laborar y aun así, recibir su salario completo. Escuchamos a uno de ellos decir _eso que ustedes llaman beneficios o como quieran llamarlos, los ganamos en la calle y allí los defenderemos_ pero, ¿ante quien lo defienden?, ante el Estado y este no tiene ni pozos petroleros ni minas de níquel para financiarlos, lo hace con los impuestos que paga el pueblo, entonces por consecuencia, los defienden ante el pueblo que ellos dicen defender, “cosas veredes, amigo Sancho”.
El presidente “se encanfinó”, otro decir popular como analogía a la reacción explosiva del kerosene, porque cansa estar recibiendo consultas sobre temas que no son trascendentes para la situación que vive el país, que si baños neutros, que si norma de aborto terapéutico, que si “ideología de género”, que si va a participar otra vez en el desfile del orgullo gay cuando existen grandes retos encabezados por esa reactivación económica que urge, urge y urge, al que se le suma la amenaza del cambio climático, la presión del crimen organizado, la infraestructura pública, urgencia que si entendieron algunos diputados tanto de su partido como del mismo PLN, con una agenda muy responsable en el Congreso. (Aplican restricciones, hay una diputada oficialista impulsando un proyecto para el uso responsable del condón, sea más seria doña Paola).
El presidente se alteró porque los grupos de presión nunca pudieron digerir la presencia de Rodolfo Piza en el gobierno, ¿acaso se les olvidó que su llegada fue a partir de un pacto político que todos conocimos para la segunda ronda electoral?, la permanencia o salida de don Rodolfo se ha convertido en monotema, cuando este asunto único debiera ser otro: reactivación, reactivación, reactivación.
Los miles de locales con el rótulo “se alquila”, los negocios de comidas vacíos, las interminables filas en las ferias de empleo, los jóvenes abandonando las aulas, los cultivos perdidos por la sequía, el faltante de agua potable en muchas regiones del país, el estado de los puentes, la excesiva tramitología, las acciones para reducir las tasas de usura, la reactivación de la demanda interna, el transporte colectivo, esos son los temas que deben ahora preocuparnos, pero desgraciadamente los gremios tiene otras preocupaciones “primeros mis dientes, después mis parientes”.
No señor. No existe la más mínina justificación para que una persona con esa envestidura reaccione de esa manera, en ese lugar y en ese momento.
Hay muchas palabras que encajan para describir tal reacción, pero ya se saben cuales son.
También hay muchas palabras para describir este «artículo» defendiendo lo indefendible, pero este espacio merece un poco de respeto y no las escribiré.