Ágora*
Guido Mora
guidomoracr@gmail.com
En esta columna de hoy, no pretendo crear polémica o abrir un foro de discusión. Mi intención es generar un momento de reflexión, promover un análisis introspectivo y lanzar un cuestionamiento a los militantes y activistas del Partido Liberación Nacional, organización en la que milité y desarrollé trabajo político en diversas instancias, por más de 20 años.
El día de ayer, 12 de octubre, se conmemoró el 65 Aniversario de la fundación del Partido Liberación Nacional.
Es indudable, y hasta los adversarios más acérrimos de esta agrupación deben reconocer que, desde el triunfo en la Revolución de 1948, pasando por el fortalecimiento de las Garantías Sociales y la transformación del Estado Costarricense, no ha existido una agrupación política que haya pesado tanto y tan positivamente, en la historia de la Costa Rica del Siglo XX.
Esta herramienta transformadora que surge del Movimiento de Liberación Nacional, triunfante en la guerra civil, floreció de la voluntad de sus fundadores: José Figueres Ferrer, Francisco José Orlich Bolmarcich, Jorge Rossi Chavarría, Daniel Oduber Quirós, Rodrigo Facio Brenes, Benjamín Núñez Vargas, Humberto Pacheco Coto, Luis Alberto Monge Álvarez, Raúl Blanco Cervantes, Armando Arauz Aguilar, Fernando Valverde Vega, Mario Quirós Sasso, Carlos José Gutiérrez Gutiérrez, Gonzalo Solórzano González, Carlos Ulate Rivera, Fidel Tristán Castro, Alfonso Carro Zúñiga, Rafael Alberto Zúñiga Tristán, Eugenio Rodríguez Vega, Fernando Volio Sancho, Uladislao Gámez Solano, Bruce Masís Dibiassi, Hernán González Gutiérrez y Rafael Carrillo Echeverría. http://www.plncr.org/fundadores
Analizando retrospectivamente la trayectoria política liberacionista, hay que afirmar y reconocer que Costa Rica ha logrado los índices sociales, educativos, de desarrollo y de salud pública, gracias al pensamiento y la acción política orientada por muchos de estos preclaros hombres y, desde luego, al esfuerzo que los costarricenses hemos hecho como sociedad.
La importancia de ese pasado, nos permite afirmar que el presente es lo que es, gracias a las labores emprendidas por varias generaciones de costarricenses, a lo largo de varias décadas.
Pero bien, una organización no puede vivir del pasado. Lo realizado es una importante carta de presentación, pero resulta insuficiente para comprometer, mediante el voto, a los miles de costarricenses que deseamos un futuro mejor.
En este particular el Partido Liberación Nacional de los últimos lustros, lamentablemente ha quedado debiendo. Esta no es una afirmación que lance irresponsablemente. Es una conclusión derivada de los últimos resultados electorales y de los números que arrojan las encuestas de opinión, que evalúan las preferencias electorales de los votantes costarricenses.
Deseo concluir esta reflexión publicando una vez más, como tantas veces seguramente se ha hecho, el texto de la Segunda Proclama de Santa María de Dota.
Este documento que, a pesar de haber sido emitido en 1948, tiene la virtud, como muchos otros escritos de la época, de mantener la más absoluta vigencia.
Les invito a que reflexionemos y valoremos personalmente o en grupos, lo cerca o lejos que, como militantes de esa agrupación política, se encuentra el Partido Liberación Nacional del año 2016, de los propósitos y objetivos consignados en este Documento histórico, suscrito por nuestro Caudillo y Padre Fundador, José Figueres Ferrer.
A 65 años de la fundación del Partido Liberación Nacional, invito a cada uno de ustedes, lectores y amigos interesados en este tópico, a leer esta Proclama y a reflexionar sobre el pasado, el presente y, sobre todo, el futuro del Partido Liberación Nacional.
CUARTEL GENERAL DEL EJERCITO DE LIBERACION NACIONAL
SEGUNDA PROCLAMA DE SANTA MARIA DE DOTA
Nuestro Movimiento Renovador y la Cuestión Social:
En nombre del Ejército de Liberación Nacional, cuya misión es fundar la Segunda República, niego todo derecho a calificar de reaccionario, burgués o retrógrado al movimiento nuestro.
Solo puede juzgársenos así por mala fe o incomprensión. Contra la mala fe, tenemos balas y contra la incomprensión, tenemos razones.
Un movimiento tan noble, tan esclarecido y a la vez tan popular como el nuestro, no podrá jamás implantar un régimen injusto. Aquí están los trabajadores y aqui están los estadistas. A todos los mueve el espíritu del siglo veinte que es el siglo del pueblo.
El día en que terminemos la guerra contra la mala fe, iniciaremos una nueva guerra: la guerra contra la pobreza.
La victoria del ejército será la Segunda República; y la victoria de la Segunda República será el bienestar del mayor número.
El hombre ya tiene medios de producción capaces de colocar en un plano elevado, material y espiritual, a todos los miembros de la comunidad. Los economistas de la Segunda República, en colaboración con todos los costarricenses de buena intención, sabrán aplicar esos medios para que desaparezca el espectáculo de las grandes mayorías empobrecidas, por la diferencia y por el privilegio.
Dejen de combatirnos los incomprensivos. Abandonen esta lucha que, por parte nuestra, va solamente dirigida contra los hombres de mala fe.
Abran todos los costarricenses los brazos a los gloriosos soldados de la Segunda República, que juran sobre la sangre vertida, dedicarse a construir una patria sin miseria.
JOSE FIGUERES FERRER
Comandante en Jefe del Ejército de Liberación Nacional.
Santa María de Dota, 1o. de Abril de 1948.
* El Ágora era el centro de la actividad política, administrativa, comercial y social de la antigua Atenas.